¿El mensaje rompe las reglas?
Reporta a Nuncagateo
[XP] Alegra 5 encuentros: impúdico, sangriento, divino, alado y perplejo
04-Feb-2024, 16:50
Alegra 5 encuentros: impúdico, sangriento, divino, alado y perplejo
Amigos, he visitado a Alegra cinco veces en los últimos tiempos. La última vez la semana pasada, cumpliendo así con las condiciones del foro.
Y puedo decirles que entre esos encuentros he visto a otras chicas. Pero me olvidé de ellas. Tengo un talento natural para que las cosas intrascendentes parezcan que no han ocurrido. Sobre todo si son “cosas”.
He garpado cada vez U$S 100, su regalito en su reducto de Suipacha, por una hora. Me ha dicho que hace encuentros en hoteles, pernoctes y alguna escapada a quinta. Desconozco el importe y las condiciones que debe cumplir el visitante, pero sé que las hay, aparte del efeté.
La frecuencia de mis encuentros es irrelevante para lo que les quiero contar, pero tienen absoluta vigencia. Es larga esta XP, probablemente les hinche las pelotas, pero esto me importa un culo.
Impúdico
Luego de franquearme la puerta desde arriba y dejar entreabierta la de su departamento, al entrar a él me recibe absolutamente en pelotas, subida a unas sandalias. Pelo recogido estilo griego, gargantilla. Para un viejo feo y pobre cómo yo, un opuesto alucinante del afuera, en la ciudad de la furia.
Voy con mi disfraz de trabajo inexplicable: saco, corbata acorde con la hipócrita estupidez urbana. Apoyando sus labios (los de arriba) en los míos y sin despegarse pasando su lengua ávida, empieza a desvestirme, hasta que toda mi ropa es una pila en mis tobillos. Huele cómo debe oler la guerra en la selva.
Tropezando con mis pantalones y mi sempiterna torpeza, me lleva al baño que está a dos, tres pasos. Sonriendo me dice “uhh, tu ropa” y le digo… “merece ser un guiñapo”. Me saco el calzado, las medias y el lienzo hecho un ovillo, en un solo bollo. Ella me lleva de la verga, y en frente al lavabo me la lava y yo lavo mis manos (condición sine qua non).
Así mojado se interpone de espaldas entre el lavabo y yo, y me empieza a frotar la verga con esa zanja mágica que tiene. Separa las gambas y empuja para atrás. Sube y baja. Se revuelve. Veo las tetas bamboleándose en el espejo y su ceño fruncido mordiéndose los labios…
Se da vuelta y me hace un koala, y así vamos al cuarto. Esos diez pasos pusieron a prueba mi deseo y destruyeron los vastos externos de mis cuádriceps, pero sus uñas ligeras dibujaban mi espalda y sus gomas con el agua patinaban. Milagrosamente pude llegar y así nos tumbamos en la cama.
Me empuja la cabeza hacia abajo, cruza las pantorrillas por mi nuca. Con los talones y las rodillas me sumerge en su concha de pequeños labios, empapada. Se frota, se refriega y se retuerce (una marca registrada ese bamboleo) durante unos diez minutos. Mi cuello y nuca están a punto de acalambrarse mientras se echa un polvo hundiendo mi mentón en su anillo. No se cómo hice para respirar. En ese momento no hay que tocarla, sus espasmos son hipersensibles.
Me doy vuelta y ella serpentea gateando hasta mi verga y se la mete en la boca, hasta los lopes. Con la lengua por afuera de la boca y la yema de los dedos y suavemente con las uñas, despliega un repertorio de caricias sin dejar de empujar hasta que siento sus dientes contra mí, su lengua pasando por los huevos y sus dos manos dando vueltas por ese lastimoso enjambre de pelos que soy.
Empiezan los espasmos de mi acabada, y así acabo. De repente, todo queda inmóvil. Ella se queda dormida con la verga en la boca entrabierta. Me duermo yo también.
Me despierto cuando ella limpia con papel, le guasca (poca) mezclada con sudor y saliva. Repta a mi verga, que es la imagen gráfica de una naturaleza muerta.
Le digo: “vení, durmamos”. Se hace bicho bolita al lado mio, y lo hacemos hasta el final del turno.
Tacháme la doble.
Sangriento
La contacto y tiene la agenda colapsada. Encima me avisa “está por venir Andrés”. Las balas, pican cerca.
Terco y ciego, consigo un jueves el día antes a que venga la regla. A las nueve de la mañana. Sé que es un encuentro imprevisible, por su condición extremadamente irritable. Pero ahí va el tipo.
Me recibe impecable, sonriente y algo tensa. Esto último, corre por mi cuenta y mi prejuicio.
Está de pollerita mini de jean, un top blanco y su rojo pelo suelto y prolijo. Empieza a besarme de dorapa, con fruición y diría urgencia, pero con una base de desesperación genuina y sexual.
Le bajo el top, y le chupo la teta. La derecha según aprendí. Me dice “despacio, que ya tengo la conchita esperándote”.
Esta vez, me saco el uniforme tranquilo, y quedo en bóxer. Me lavo las manos y la chota, y me tiende la mano, llevándome al cuarto, que es una subdivisión del ambiente. Se pone en cuatro sobre la cama, con el orto en pompa, y lo mueve arqueando la espalda.
Me tiro de cabeza y le hago con auténtica lujuria, una lamida culo – concha completo. Todos sabemos que “no vale meter los dedos” salvo en el orto con mucho cuidado. Ahí voy entonces un buen rato, con una respuesta de ella de hiato en hiato. Me doy cuenta, que “no es por ahí, maestro”.
La tumbo boca arriba y me empieza a besar, cómo si eso fuera de su interés. Le doy mi mejor respuesta midiendo cerebralmente su reacción. De costado uno frente al otro, se empieza a frotar con todo contra mi rodilla. Le da muy duro, muy duro. Me tira boca arriba y se mete la rodilla dentro de la argolla, con movimientos basculantes en el sentido transversal a mi pierna. Con violencia demandante, trepa hasta mi cara y hace lo mismo, con toda mi cara. Respiro por un huequito que queda por la raya del orto. Todo muy intenso y de rutinas cortas, como si buscase su excitación.
Vuelve a cabalgar la rodilla, ahora con mi pierna en caballete. Se la mete hasta la manija, imagino con congoja la irritación, pero así le mete hasta que con los hombros levantados empieza su éxtasis. Le da un buen rato, intensamente. En la acción final para ella, en la furia de sus movimientos, se hecha un meo corto y suave, que me corre por la pantorrilla. Se tumba sobre mi y dice “guau”.
Recuperada de su espasmo, viaja a mi verga y empieza con repertorio de “prueba y error” siempre en el límite de investigación que admita el visitante. El mío es claro y convencional y logra un palo interesante con su innegable destreza. Enfunda y cabalga, con los ojos cerrados y sus manos en mi pecho. Erguida y exacta la veo en el espejo de perfil… lo nota y empieza a bascular de adelante hacia atrás. Me preocupa que se salga el forro y levanto al cadera para que quede bien ensartada… ahí se pone en cuclillas y furiosa me saca un polvo intenso y loco.
Iba ya muy entrada la duración del encuentro y me dije tipo Porky “¡esto es todo amigos…!” pero no era la idea de ella. Me levanta los huevos y empieza a pasarme la lengua, buscando el *. Me obliga con su determinación a levantar las rodillas y le da duro usando la lengua y la yema de los dedos. A mi no me gusta especialmente, pero noté su primero entusiasmo, después interés y finalmente placer.
Le pido 69 para acompañar, y ella se mete la verga toda en la boca. Mientras le cojo el orto con la lengua, noto su entrega suave y relajada…
No es una dama que se quede jugando sola y como contrapartida me exprimió una ordeñada fuera de programa.
Había pasado un tiempo también fuera de agenda cuando dice “muy lindo todo”. Le digo entonces “¡qué lindo, gracias…!” y me dice: “nos lo debíamos”
Será que uno cree que conoce el camino, pero lo único que hace es repetir afirmaciones de otros.
Divino
Arreglo para vernos un viernes, tipo a las seis. Me recibe con un coso hecho con tiras de cuero, que la recorren surcando zanjas y cruzando pezones. Tiene una gargantilla también de cuero, unas medias bucaneras negras y unas sandalias de taco de 15cm de alto.
Nos besamos como dos estudiantes en celo como dice Joaquín y de improviso me empieza a amasar la verga, por arriba y después en vivo. Se da vuelta contra el mueble de la entrada y como un joystick se frota la cabeza por toda la raya. Lubrico con saliva para no irritarme y ella le da unas pasadas a su anillo que son en sí mismos un límite de “bueno, se va todo al carajo…”. Pero no. Sigue con la verga agarrada por el tronco, y se la pasa por la argolla, por la cara por las gomas.
Arrodillada de frente, se la mete en la boca. Se chupa un dedo y prueba con mi anillo hipercerrado. Con la verga en la boca, se ríe y dice “sin uso esto”. Como puedo para no acabar le digo “no es mi gusto ni mi costumbre”.
Sin acusar recibo, me mete dos falanges al tiempo que se clava la verga inusualmente dura, y lagrimea. Bastan dos rotaciones para que la leche le vaya directo al estómago, sin escalas.
Le digo “ese es el famoso masaje prostático” me mira y me dice “ahora no me expliques nada”.
Como si nada hubiera pasado, y sabiendo que de mi segundo polvo en un mismo encuentro pasaron quince años, le empieza a dar a la verga con la cabeza entre los dientes y la lengua en la entrada de la uretra, aprieta el tronco hasta que la sangre vuelve a la zona…
Entonces amigos, ocurrió la magia divina: frotándose contra mi frenillo, se echó un polvo mágico.
Pensar que fue por mi, es un exceso. Apenas, conmigo.
Alado
Me había tenido que postergar un par de veces, por temas personales. Le comento un estado y me dice: “¿venís…?”. Después de inventar lo inverosímil en mi trabajo y a la media hora ahí estaba el tipo.
Llevé por mi cuenta un Amarula. Me recibe y en un vaso con dos hielos, sirvo una medida cosaca. Me mojo los labios cada vez, pero a la segunda mojada, serví de nuevo, otra medida tipo vaso Martona. Se lo clava en dos o tres ademanes. Su mirada se pone brillosa.
Así toda blandita, la llevé a la cama. Inusualmente relajada, me pone los pies en los hombros. Enfundo y le empiezo a dar suave y acompasado.
Muy distinto a otras veces, recoge sus piernas hasta que las rodillas le quedan en sus hombros. Amigos, le entraba hasta la manija.
En ese momento, me dije “no tengo que acabar”. Empecé a bombear pensando en el Coco Basile y otras cosas opuestas a la libido.
Entonces empieza a acabar entre espasmos. Acaba, pero me retiene. Así tres veces en quince minutos. Yo no aguantaba más… salgo, saco y le acabo en la panza…
El momento alado fue verla sonriente, untando la guasca en su panza con los ojos cerrados.
Cuando uno cree que es el autor comete el error de vanidad más obvio: esto se hace de a dos.
Perplejo
Había juntado penosamente los U$S 100 para verla, pero estaba con una agenda impenetrable.
En una de esas, los dioses me escucharon y se le libera el último turno del viernes. Ella venía de una semana intensas, con encuentros en hoteles (estaba sin luz ni agua en el departamento) y anteriormente un par de días en una quinta.
Cómo no hay peor ciego que el que no quiere ver, y en mi caso no fue un caso de egoísmo me la encuentro impecable, pero su semblante indicaba que estaba frente a mi por su increíble profesionalidad y por su garra guaraní eterna e inclaudicable.
Sin hacerme cargo pero con una actitud empática, le digo: “hagamos lo que vos quieras, debes tener los agujeros en llamas”.
Me dice genuinamente sorprendida “mirá, no pasa nada. Con vos no tengo que usar el brazo derecho, donde tengo una tendinitis insoportable. El resto, está más que bien”
Sin ninguna infidencia de por medio me dijo que la mayor de las veces ella a pedido de los visitantes, usa juguetes… con ellos. Parece que esta
práctica le provoca en la acción de introducir dentro del visitante el objeto que él desea, un dolor en el codo del que no llega a recuperarse de un encuentro a otro. Amazing
Mi cara de asombro y sorpresa (soy claramente un ingenuo y vivo al parecer dentro de un termo) fue interrumpida por “vení, vamos a coger que me muero de ganas”.
Chan.
Mi percepción cero objetiva es que lo que leo en el foro es lo que el visitante quiere decir, omitiendo sin mentir. Hay otras partes del encuentro que pocos comparten.
Lo que me lleva a concluir que mis encuentros con Alegra, son de otra época, como yo.
Así que si me disculpan, este tango no solo nadie lo escucha, sino que pocos lo conocen.
Nuncagateo, desde Buenos Aires la ciudad de los ojos tan, pero tan maquillados.
Debes estar registrado/a para otorgar reacciones
Link a la publicacion en SoloIndependientes
Escorts Capital Federal (CABA) - Escorts Recoleta - soloindependientes