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Entre el abismo y yo, Alegra

Amigos, he visitado a Alegra

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y puedo decir que en los grises días de Buenos Aires me rescató.

Todavía quedan restos de humedad
Sus olores llenan ya mi soledad
En la cama su silueta
Se dibuja cual promesa
De llenar el breve espacio
En que no está
Tenía uno de esos días oscuros, donde lo más placentero que me había ocurrido era la cagada que me había echado a media mañana. Miraba con cara de sota de oros, el celular donde escogidas damas no me tentaban un carajo.
Sospeché que mi falta de actitud me condenaba a trabajar en lo mío, pero un escozor, un hilo de contrariedad me hacía torcer la boca y me desconcentraba. Cómo un autómata cada tanto agarraba el celular y ojeaba las niñas, en un loop infinito, como un meme muy patético.
Entro en Baires y ojeé las SI. Ahí vi a Alegra, a quien había visitado hace ya rato. Inmediatamente cambió mi semblante y sabía que entre yo y el abismo de mi puta indolencia aparecía Alegra.
Entonces la mueca se hizo simétrica y se convirtió en sonrisa. Esa sonrisa del cazador cebado.

Suele ser violenta y tierna
No habla de uniones eternas
Mas se entrega cual si hubiera
Sólo un día para amar
A Alegra la conozco hace años, digamos xxxx cuando publicaba en Baires. Tiene unos treinta y pico espléndidos donde el hábito del ejercicio hace de su pequeño cuerpo una delicia siempre entonada.
Y garcha que es un escándalo.
La contacto a la mañana, tarda un poco en leer y contestar. Cundo me lee pone “¿Holaaaaa… qué hacés…? ¿nos vemos…?. Arreglamos para la una en su ya clásico nido en Suipacha y Juncal.
Entro y me recibe sonriente y mirándote directo a los ojos con sus bellos ojos. Carita armónica, boca asesina y con una belleza natural y sencilla. Tiene un corte de su pelo lacio con un rubio que le sienta bien, muy cuidado y agradable. Vestida de negro con medias bucaneras, y un maillot indescifrable que deja ver su blanca piel y que no interfiere con los ratones que empiezan a roer mi cabeza. Le dejo las nueve lucas y un chocolate de los buenos que le llevé.
Tiene un en bolas delicioso y uno no sabe si quedarse con su hermoso culo (natural, una leyenda en el foro) o con sus gomas (hechas, por un artista) o con su pequeña e impecable argolla. Hago lo propio y los dos parados al lado de la cama, nos besamos con intensidad. Muy buenos besos, y consumimos largo tiempo con esto. Uds dirán “ajám” pero en la maraña de porongas que es el foro, no puedo dejar de señalarlo como algo del que sólo me sale “espléndido”
Pero lo de ella es también garchar así que esa actividad es sólo para dar paso en breves y precisos movimientos a agarrarse de la verga y lastrarla con destreza y placer. Cuando se la saca de la boca, dice varias veces “me encanta”. GP, saliva, rototorsión de la sabiola, chiches, energía y pasión.
Pará petisa que sinó se acaba el chiste. Volvemos a los besos, un lugar de pivot durante todo el encuentro. Le empiezo a propinar una soberbia chupada de cheicon y anillo. Todo impecable, ningún prolapso ni dilataciones huella de infinitas batallas. Un cuerpo privilegiado que se elastiza y reabsorbe sin memoria de lo que le entra. Y le entra mucho y fuerte.
Me dice sin cambiar el tono “tanto tiempo que no venías”.
Con esas sencillas y claras palabras (como una fórmula mágica) se me puso dura como un mástil. Le di boca arriba y después de los “me encanta” venían risas, jadeos y “más fuerte”. La verdad que cabalgar a esta nenu es una delicia difícil de empardar.
Como todos sabemos, cuando acaba, se estremece y no la podés ni tocar durante unos segundos. Pero sin decir agua va, se baja y se lastra la chota de una manera tan arrolladora que sentir la mucosa diferente de la garganta cuando acabás, no es un desperdicio.
Todas las veces que la he visto, siempre sentí que el que decía “bueno, ya está” era yo. Nunca relojea y siempre insinúa acciones para seguir garchando.

Todavía no pregunte «¿te quedarás?»
Temo mucho a la respuesta de un «jamás»
La prefiero compartida
Antes que vaciar mi vida
No es perfecta, mas se acerca
A lo que yo simplemente soñé
Conversamos, y nos acariciamos. No me dio el cuero para una pirueta pero ella, como durante todo el encuentro, va por más, acompañando sin exigir y disfrutando de lo que en definitiva pasa.
Es cómo una invitación sin condiciones, con todo el sexo que seas capaz de dar o recibir. De hecho, mientras escribo esto me acaricio las piernas reviviendo sus manos.
En definitiva, Alegra se encuentra a mi gusto, en el punto justo de servicio. Su cuerpo, su piel, su actitud, su devenir y su garche, están en un punto justo.

Todavía yo no sé si volverá
Nadie sabe, al día siguiente, lo que hará
Rompe todos mis esquemas
No confiesa ni una pena
No me pide nada a cambio de lo que da.
Amigos, todos queremos seguir teniendo que cambiar los bóxer por olor a huevo, y no por olor a pis. La consigna es encontrar quien estimule nuestras hormonas y que las dudas no quemen energía que está para otra cosa.
Por ejemplo, para garchar. Siendo así y dicho esto levanto la vista del teclado y la veo a Alegra, levantando la mano.
Quedé hecho mierda, es verdad. Pero el temblor de las gambas es lo mejor del día y se lo debo a ella.

Nuncagateo desde Buenos Aires, la ciudad de los ojos tan pero tan maquillados.


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