¿El mensaje rompe las reglas?
Reporta a Riggs13
[XP] Escort vip Denisse - Congreso soloindependientes
30-Mar-2024, 03:40
Buenas, cómo andan?
Voy aprovechar para relatar mi experiencia con Denisse, mujer que conozco desde hace varios años y esta será la primera vez que voy a escribir sobre ella.
Por eso, voy hacer un relato detallado de mi encuentro a fin de que el lector pueda tratar de entender porque es una gran mujer. El que la conoce, me va a entender. El que no, espero que mi relato cumpla con la expectativa de aquel lector que quiera saber un poco de ella.
Denisse fue una de las primeras mujeres con la que estuve y si bien el tiempo nos pasa a todos, cada vez que estoy con ella recuerdo con claridad cada sensación, cada beso, cada gemido, cada roce de piel mientras nos entregábamos al placer sin restricciones en cada uno de nuestros encuentros. A lo largo de los años, habíamos llevando nuestra conexión más allá de lo físico, fusionando nuestras almas en un éxtasis compartido.
Como se puede ver en la página, las fotos de ella la describen mejor que cualquier palabra que pueda escribir.
Respecto al servicio, ella cobra U$S 75 la hora convencional y U$S 100 la hora completa. Yo hice uso de la segunda opción.
Al llegar al edificio, le aviso y me baja abrir. Nos saludamos y mientras nos dirigimos a su departamento hablamos de nuestras cosas. El lugar está todo ordenado y el baño tiene todo lo necesario. Le entrego sus honorarios y voy al baño a higienizarme.
Ya en la habitación, nuestros labios se fundieron en un beso apasionado, una danza frenética de lenguas y suspiros que encendió la llama del deseo. Ella, con su cuerpo esbelto y su mirada intensa, despertaba en mí la excitación y un hambre insaciable de placer que tengo en cada encuentro con ella.
Después de ese beso ardiente, nos entregamos a la
práctica del sexo oral. Sus labios expertos recorrían cada centímetro de mi cuerpo con una maestría que me dejaba sin aliento. Cada succión, cada gemido, era como una caricia eléctrica que recorría mi piel y encendía el fuego en mi interior. Me perdía en ese torbellino de sensaciones, entregándome por completo a su habilidad.
Luego, llegó mi turno de explorarla a ella con mi boca, y no pude resistirme a la tentación. Descendí lentamente por su cuerpo, saboreando cada rincón de su piel con avidez. Mis labios encontraron su centro de placer, y con cada roce, cada caricia, la llevaba más allá de los límites del placer. Sus gemidos se mezclaban con los míos, creando una sinfonía de pasión que llenaba la habitación. Mis labios recorrieron gradualmente la suave curva de sus hermosos pechos, sintiendo el latido de su corazón acelerarse bajo su tacto. Cada gemido que escapaba de sus labios era como una invitación al éxtasis.
Lo siguiente fue pedirle que se ponga cómoda para realizar algo que más me gusta hacer con ella; la
práctica del sexo anal. Con la gracia de una diosa, se colocó en posición de perrito, ofreciéndome su hermosa cola con una tentadora provocación. Su curva perfectamente delineada era una invitación irresistible, y yo, no podía evitar sentir una oleada de hermosas sensaciones que recorrían mí cuerpo. Me recompuse, me coloqué el preservativo y con cuidado realicé una adecuada lubricación.
Con paciencia y suavidad, comencé a introducir mi miembro en su estrecho canal anal. Cada centímetro era una lucha contra la resistencia de su cuerpo, pero también una explosión de placer que nos embriagaba a ambos. Sus gemidos se volvieron más intensos, mezclados con algunos gritos de dolor inicial que pronto se transformaron en gemidos de puro éxtasis.
El ritmo fue aumentando gradualmente, cada embestida más profunda, más intensa que la anterior. Cada roce, cada movimiento, era una sinfonía de placer que nos envolvía por completo, llevándonos a nuevos niveles de excitación. Sus manos se aferraban a las sábanas y su boca a la almohada, mientras yo la tomaba por la cintura con fuerza, acelerando cada vez el ritmo.
Cuando sabía que estaba por terminar, la agarro de sus brazos, acelero el ritmo y finalmente llegó el clímax. Fue como una explosión de placer que nos dejó sin aliento y que sellamos con un beso apasionado.
Después de haber hecho un receso, el deseo nos volvió. Ella, con su mirada intensa y su cuerpo esbelto, lograba nuevamente despertar en mí una pasión que no podía contener. Y yo no podía resistirme a su encanto.
Comenzó nuevamente con la
práctica del sexo oral. Sus labios, suaves y cálidos, envolvían mi miembro con una maestría que me dejaba sin aliento.
Llegó mi turno y volví a explorar cada rincón de su cuerpo con mi boca como si fuera la primera vez. Descendí lentamente por su piel, saboreando cada centímetro de su ser. Mis labios encontraron su centro de placer, y con cada caricia, cada succión, la llevaba al borde del éxtasis. Sus gemidos era mi combustible para seguir brindándole placer con mi lengua.
Con el deseo ardiendo entre nosotros, me coloqué el preservativo. La penetré con suavidad, sintiendo cómo se abría ante mí, entregándose por completo. Cambiamos de posición una y otra vez, explorando cada ángulo y cada sensación. La tomé con fuerza, llevándola al límite una y otra vez, mientras sus gemidos se volvían más intensos, más desesperados.
En un frenesí de pasión desenfrenada, nos perdimos el uno en el otro, sin preocuparnos por el tiempo que pasaba. Cada embestida, cada roce, nos acercaba más al clímax. Y cuando finalmente llegó, fue como una explosión de placer que nos envolvió por completo.
Nos quedamos ahí, jadeantes y agotados, pero completamente satisfechos. Me miró con ojos llenos de satisfacción, y su sonrisa fue la confirmación de que había sido una gran experiencia para ambos, llena de placer y pasión, porque habíamos revivido esas sensaciones que tuvimos cuando ambos éramos más jóvenes.
En mi caso, he experimentado muchos encuentros sexuales a lo largo de los años, pero ninguno es tan profundo, tan íntimo como los que tengo con Denisse.
El hecho de que nos tratemos como conocidos-desconocidos hace que nuestra química sexual siga siendo tan intensa como la primera vez que estuvimos juntos.
Nos despedimos para volver a ser dos extraños y regresar a la realidad nuestras vidas separadas, hasta nuestro
próximo encuentro, cuando volveremos a dejar de ser dos desconocidos destinados a encontrarse una vez más en la vorágine del deseo.
Me pregunta si reincidiría, y la respuesta es sí. ¿Por qué lo haría? Porque Denisse me hace sentir una y otra vez, en cada encuentro, los sentimientos que tuve la primera vez que estuvimos juntos.
Espero no haberlos aburrido con este relato extenso, pero quería contar las sensaciones que tengo cada vez que visito a Denisse ya que, de este rubro, es la única que me hace sentir que tengo 20 años cada vez que la voy a visitar.
Saludos
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