Nicole SI. La Barbie Triple X soloindependientes

Desde hacía tiempo quería conocer a Nicole. Hace, fácil, más de 10 años que publica. Sin embargo, siempre que leía relatos sobre ella las experiencias eran de mediocres para abajo. Estándar de belleza alto y de servicio bajo. En fin, me resigné. Supuse que, en mi caso, nunca pasaría de un "garche platónico" (No estaría mal acuñar ese término).

Últimamente algo cambió. Empecé a leer experiencias positivas y que resaltaban su "buena onda". Raro. Mi naturaleza escéptica se negaba a aceptarlo. Finalmente, lo que terminó de inclinar la balanza fue un hecho azaroso ocurrido a principios de año. No recuerdo si era febrero o marzo, todavía hacía calor. Un domingo cerca del mediodía, caminando por la zona de Villa Urquiza veo en la bicisenda de La Pampa, esperando que el semáforo de Triunvirato se ponga en verde, una rubia muy llamativa con calzas y un top deportivo. Creo que todos los tipos que estábamos en la cercanía, con mayor o menor disimulo, no pudimos evitar echarle una mirada. El enorme par de tetas que portaba la dama eran un imán para los ojos. Imponente la rubia. Ahí me di cuenta que estaba muy cerca del famoso departamento de Mendoza al 4500, dónde trabaja Nicole. Claramente, por las fotos, tenía que ser ella. OK. Listo. No más dudas. Le escribo y que sea lo que Dios quiera.

Por diversas cuestiones se me hizo difícil coordinar, después cayó un tiempo en el olvido y otra serie de etcéteras (que no vienen al caso) hasta que finalmente logramos concretar la tan ansiada cita. Speech de presentación sumamente escueto. "1 hs USD 100. 1 hs USD 200 completo. Libre participaciones". Información sobre que carajo hace, nada. Sin embargo, parecía simpática por WhatsApp. OK, saltemos al vacío. Coordinamos de forma expeditiva. Me pasó la altura y me dijo que le escriba cuando llegaba que me daba la dirección completa. La zona no es Belgrano, es Villa Urquiza. Cerca de Álvarez Thomas. Por más que en la cuadra de Nicole abundan los edificios, la zona no pierde la esencia de barrio.

A la hora indicada le mandé mensaje. Me pasó el número del edificio y bajó a abrirme. Es una mina que no pasa desapercibida. Está moldeada íntegramente en el quirófano. Cuerpo y rostro. El físico es impecable. El rostro tiene ese rictus típico del bisturí que le resta amplitud de expresión. Pómulos y boca denotan el retoque estético. De todas formas, es bonita. Tenía un pantalón oscuro pegado al cuerpo, tipo calza, con una textura que permitía transparentar su tanga negra y mostraba una retaguardia perfecta. Además, una especie de camperita corta dejaba el abdomen a la vista y un indisimulable par de tetas pugnando por ser liberadas. Desde que me abrió la puerta me pareció una mina muy simpática. Reconozco que me hizo sentir cómodo desde el comienzo. Es charlatana y abierta.

El departamento es un lindo monoambiente moderno y minimalista. La cama (con esa odiada división en el medio incómoda para garchar) y un sofá cerca de la ventana. Una semi división separa la cocina y al costado de esta un pequeño baño al que solo tiene acceso la dama. El baño principal, que usa el cliente, también es moderno. Toalla, jabón y no mucho más. Lo esencial está. A su vez, quiero destacar la pulcritud de la dama. Desde que llegué fue tres veces a higienizarse. Antes de empezar, en el inter-garching y cuando terminamos. Lo lógico y, sin embargo, lo que no todas hacen.

Nicole es imponente físicamente y, además, muy simpática. Me faltaba saber cómo era su servicio. Y acá quiero ser lo más objetivo posible. Tiene toda la apariencia de una actriz porno. Y, casualmente, coge como tal. No por la pasión que le pone sino porque coger con ella es más una experiencia visual que sensitiva. En el cine condicionado se apunta más a una serie de poses de alto impacto que a la experiencia real. Rara vez uno ve a los protagonistas a los besos. Más bien se busca estimular la vista y (en algunos casos) el oído del espectador. Nicole es igual. Apela a un lenguaje explícito y sin eufemismos que sumado a su aspecto físico se traducen en una explotación clara de la fantasía triple X. La dama hace años que publica y tiene mucho oficio en el rubro. Sabe cómo maximizar la excitación del cliente con un mínimo esfuerzo de su parte. ¿Es efectivo? Si ¿Podría ser mejor? Totalmente. La dama es dominante y le gusta tener el control. Sin embargo, lo hace de una manera sutil. No te dice que no a nada, pero tiene esa habilidad para ir, sobre la marcha, llevando disimuladamente el juego siempre a su terreno.

Empezamos franeleando parados al lado del sillón. Los besos son raros. Saca la lengua fuera de la boca con exageración. Uno imagina que va a recibir besos muy pasionales. Sin embargo, es una forma muy inteligente de esquivarlos para que no sean muy reales. Enseguida ella lleva su boca al oído del cliente y empieza con un repertorio de frases sumamente subidas de tono que despiertan los ratones más dormidos. Claramente sabe jugar. Me hizo sentar en el sofá, se arrodilló en el piso y empezó a chuparme la pija sin abandonar el repertorio de frases guarras. Algún que otro salivazo a la cabeza de la poronga y lamidas de huevos y de tronco me dejaron sumamente excitado. Y acá vino la frutilla del postre. Me escupió de nuevo la pija, se la acomodó entre las tetas y me hizo una turca. Indescriptible esa imagen. Después de un rato de amasarme con los pechos me dijo que quería sentir la pija adentro. Me puso el forro y se montó encima. Su pantalón tenía una especie de abertura. Nicole solo lo tuvo que desabrochar, correrse la tanga y subirse arriba mío. Confieso que cogerla con el pantalón puesto me calentó muchísimo. La agarré de ese culo firme mientras ella se hamacaba. Y acá tengo que confesar una de las peores performances de mi vida. Tener a esa rubia montándome, con las enormes tetas rebotando y hablándome guarangadas al oído me hizo bajar todas las defensas. Traté de apelar a algún truco distractorio barato, como recordar la formación de algún equipo de futbol de hace 20 años, pero no funcionó. En menos de cinco minutos llené el forro de semen dentro de la concha de Nicole. Creo que hacía mucho que no eyaculaba tanta cantidad. Y hacía mucho, también, que no me sacaban de combate tan rápido.

Higiene de rigor y nos quedamos charlando en la cama. Me cayó bien. Una mina agradable. Ella estaba con el pantalón ajustado, los tacos y en tetas. Una imagen que parecía casual pero que era una clara incitación a la seducción. Nos quedaba un rato todavía (Un rato largo en realidad. Había acabado a los pedos como un adolescente alzado). Le di algunos besos para reactivar. Enseguida me ofreció las tetas. Son enormes. Me entretuve un buen rato llenándolas de saliva. Ya tenía la pija dura de vuelta. Nicole volvió al oral. Me la chupó un rato y me dijo de coger de nuevo. Esta vez en cuatro. Volvió a abrirse el pantalón y se corrió la tanga. Le di un rato mientras ella seguía con su lenguaje guarro. Me dijo que me acueste y se montó nuevamente a jinetear. Esta vez mi papel fue un poco más digno. Nos estábamos acercando al final y necesitaba cumplir la fantasía de acabar en esas tetas. Nicole me sacó el forro. Me la chupó un rato y cuando sentí que venía el disparo final le apunté a los pechos. Por más que fue una acabada más que respetable mi semen parecía perdido en esa inmensidad. Le froté la pija entre las tetas hasta que perdió dureza. Listo. Logro desbloqueado. Podía retirarme en paz conmigo mismo.

Es raro concretar un objetivo. Pasa del terreno de lo ideal a lo real. No sólo deja de ser fantasía, para convertirse en experiencia, sino que además te deja esa sensación de querer fijar una nueva meta a cumplir. A Nicole la tuve como pendiente durante mucho tiempo. Cumplió con creces los estándares de belleza que había ido a buscar. Además, como plus, es una mina simpática con la que se puede conversar. En cuanto al servicio me vendió algo que más o menos imaginaba. Todos sabemos que las minas que tienen cánones de belleza por encima de la media pueden darse ciertas licencias en cuanto a la actitud. Tienen el impacto visual a su favor. Como esos futbolistas de pase preciso que en un par de toques resuelven la jugada. Otros, la gran mayoría, tienen que transpirar mucho más la camiseta para hacerse notar en un campo de juego.

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