¿El mensaje rompe las reglas?
Reporta a Lord Carrington
[XP] Esmeralda: Muy buena onda y un bucal excelente
27-Jun-2019, 14:36
La obtención de placer en el lecho de una mujer tal vez pueda ser lo más parecido a un pequeño instante de inmortalidad. Es probable que nuestro constante periplo por los brazos de las diversas féminas sea tan sólo una forma de querer aventajar a la muerte en una carrera ya perdida. Una especie de búsqueda moderna de la propia piedra filosofal.
Como un antiguo alquimista, y con esa idea rondando en la mente, decidí esta vez conocer a Esmeralda, aunque eso significara cambiar el lecho por una camilla de masajes. No suelo frecuentar masajistas, me gustan las acciones más directas, más comprometidas. Sin embargo, en este caso quería probar el bucal de esta dama, los masajes serían apenas un complemento ineludible de la cita pero no su objetivo principal. La contacté por WhatsApp. Me pasó la info del servicio detallando los masajes y aclarando que incluía bucal. Combinamos para esa tarde en su departamento de San Martín al xxx.
Edificio chico, pocos pisos y apenas dos departamentos por cada uno, lo que les da a éstos una amplitud respetable. Tocás el portero eléctrico y abren desde arriba. Portero humano, tan antiguo como el edificio, sumergido en la lectura del suplemento deportivo del diario. Ni siquiera la curiosidad lo hace levantar la cabeza para responder el saludo. Al salir del ascensor me esperaba Esmeralda con la puerta del departamento abierta.
Primera impresión, una mina mucho más joven de lo que me imaginaba. La publicación de Baires dice 40 años, cómo mínimo debe tener 10 menos. Es bonita de rostro. Me gustó mucho. Publica a cara descubierta así que no es necesario hacer muchas descripciones sobre sus facciones. Sin embargo, en persona, incluso de rostro, parece más joven y me animaría a decir que es más linda. Con respecto al físico, tal cual había leído en varios relatos, existe bastante retoque en las fotos. Tendría la ocasión de comprobarlo cuando la viera más tarde desprovista de su vestimenta. En este aspecto se encuentra alejada de lo que busco en una escort. Me recibió con una chaqueta de masajista, muy discreta y haciendo gala de una simpatía natural que te hace sentir cómodo desde el primer instante. La manera de tratarte desde que llegás hasta que te vas es impecable. Siempre atenta a los pequeños detalles. Tiene una voz suave y pausada que la da un aire de ingenuidad muy seductora.
El lugar está ambientado como un centro de estética. Tiene dos o tres habitaciones y comparte con al menos alguien más. Se escuchaban voces de la compañera con algún cliente. Así y todo, es un sitio discreto y uno no se cruza con nadie. La habitación de Esmeralda es sumamente amplia, con camilla y un gran sofá. Adornado con un estilo Feng Shui, velas aromáticas, lámparas con luz tenue y todo lo necesario para crear un ambiente propicio para el relax.
Pasé al baño. La micro toalla que me dio Esmeralda apenas daba lugar para un leve repaso por la zona genital. Un repasador fácilmente alcanzaba el doble de tamaño. No importaba, mí aspecto era impecable. El baño espacioso, con una gran bañera y todos los elementos de aseo indispensables.
Volví a la habitación y me acosté en la camilla, boca arriba. Señal que no estaba dispuesto a esperar pasivamente el famoso “date vuelta” que usan como muletilla las masajistas. Esmeralda había preparado todo, las luces atenuadas y la música suave le daban al lugar una comodidad adicional que, sumado a la buena onda de la Srta. en cuestión, me predispuso para un buen momento. Comenzaron los masajes sobre las piernas, pies y toda la parte inferior mientras íbamos charlando. De repente me preguntó: “¿Qué te parece si arrancamos con un bucal, después hacemos masajes y terminamos con otro bucal?” Creo que mi amplia sonrisa debe haber sido mucho más elocuente que el emocionado “Dale” que salió de mi boca. Ya la cosa se volvía más interesante. Me agarró la pija, que no tardó mucho en reaccionar al ritmo de la buena paja de Esmeralda. “Me saco esto”, dijo mientras volaba por el aire la parte superior del ambo de masajista. Quedó en corpiño. Me gustaron mucho sus tetas. Grandes y naturales. “Meté mano dónde quieras” me tiró, al momento que volaba también el corpiño. No me pareció cortés desobedecer e instintivamente mis manos agarraron esos pechos. La pija se puso durísima. Esmeralda se subió a la camilla encima de mí, me puso las tetas en la boca para que las chupe mientras me masturbaba. Estuve un rato así. Se me tiró encima y me dio unos buenos besos en la boca. Finalmente bajó de la camilla, se quedó en tanga y comenzó con una terrible chupada de pija. Lenta, babosa, con la presión justa. Mis manos pasaban de sus tetas a su culo. Se volvió a subir a la camilla. Nos besamos de nuevo, le volví a chupar las tetas. Ya no daba más. Se paró al lado la camilla y volvió a ese pete soberbio. Le avisé que acababa, siguió chupando hasta que exploté en su boca. Esperó que termine. Examinó mi pija y la fue apretando hasta extraer las últimas gotitas de semen, que iba recolectando con la lengua. Me dejó completamente relajado y como en otra dimensión. Sinceramente no sé si tragó o escupió, perdón por la poca precisión en este punto. Cuando logré reaccionar la vi en un rincón de la habitación haciendo un buche con enjuague bucal. Desconozco el destino de mi semen, si fue a su estómago o al balde.
Ahora sí, completamente desagotado me dediqué a disfrutar de los masajes sin que la excitación sexual provocara esa tensión que no deja que uno se relaje. Me acosté boca abajo y Esmeralda, que se había quedado en tetas y en tanga, fue masajeando todas las zonas de mi cuerpo. Perdón muchachos, no soy un experto en masajes como para comparar que tan buenos son pero al menos conmigo cumplió su objetivo. Linda charla mientras la Srta. me manoseaba. A propósito, no sé si era alguna fijación de ella pero se quedó un buen rato manoseándome el culo. No puedo decir nada, yo había hecho lo mismo un rato antes. Ya estaba resignado a terminar la sesión sólo con los masajes, me había vaciado por completo. Sin embargo, cuando Esmeralda se acercó a la cabecera de la camilla a masajear mis hombros y tuve de nuevo frente a mi ese par de tetas, mi pequeño soldado, a quien creía completamente fuera de combate, demostró una vitalidad sorprendente y dio señales de querer volver a la batalla. Mis manos volvieron a la acción. Empecé un recorrido táctil por el cuerpo de mi masajista y me di vuelta sólo sin esperar ningún tipo de aviso. Ella siguió con los masajes sobre mi pecho pero no descuidó mi pija. A partir de ese momento, como si fuera un micro viaje en el tiempo de apenas unos minutos atrás, viví una escena casi calcada del bucal anterior. Acabé una buena cantidad de semen en su boca aunque esta vez, apenas deposité la última gota, ella lo escupió sobre sus tetas y se lo desparramó con las manos. Una imagen que todavía permanece en mi retina.
Esta vez Esmeralda me dio un toallón grande y un par de ojotas para que me vaya a dar una ducha. Una excelente atención, en todos los sentidos. Al volver me vestí, le aboné y nos despedimos. Al acompañarme a la puerta me ofreció unos caramelos de fruta que tenía en una bandejita. Salí de su departamento convencido de haber pasado un muy buen momento.
Epílogo: La verdad que salí muy conforme. Brinda un muy buen servicio y sumado a su simpatía es una garantía para pasar un buen momento. Es muy bonita de rostro aunque físicamente muy alejada de los estándares que busco. Desconozco si realiza servicios más completos. La info que te pasa sólo hace mención a los masajes y al bucal. Me dio la sensación (y esto es una opinión completamente personal) que depende de la onda que tenga con el cliente puede llegar a algo más. Veré si compruebo mi teoría en una futura visita, porque desde ya que pienso volver.
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