Soe, parece que ella me hubiera pagado a mi bairesgirls

Soe, parecía que ella me había pagado a mi

Amigos, he visitado a Soe
Y puedo decir que mi ego, habitualmente muy alto, se fue a la estratósfera, diría el bueno de Carlos.

Nuncagateo, también Nuncataxiboy
Hace unos cuantos años, en unas de las tantas crisis de nuestro querido ispa, mi socio y yo nos quedamos sin laburo. Teníamos un amigo diputado en la provincia, y le fuimos a pedir trabajo. Nos dijo “laburo no tengo, pero conozco unas minas de la cámara que pagan U$S xxx por un finde enfiestadas”. Ojeamos la mercancía y a cada una de ellas era más fácil saltarlas que darle la vuelta. Desistimos.
Pero me quedó la pregunta: ¿Qué siente y cómo se comporta una mina que garpa para que se la garchen?

¿Qué ves cuando me ves?
Llego puntual a su nuevo reducto, en Alem al xxx. Pasando por delante del Ministerio de Trabajo tuerzo la boca, y sonrío. Trabajo me digo.
Subo al piso, nuevo impecable. Se está instalando, y tiene un tatami, una camilla y la catrera de dos plazas. El baño con duchador y un montón de toallas limpias. Me da una percha para colgar mi ropa al salir del baño.
Salgo del biorsi y me planto con las diez lucas en una mano y le hecho una mirada cruda y cruel.
Soe es una paraguaya muy delgada, xxx% natural, blanca, de pelo negro y lacio. Acusa 40 y los debe tener. Su rostro sonriente es agradable y tiene una mirada diáfana y directa. Me recibe con un vestidito rojo estridente, mini y ultraceñido, subida a unas sandalias negras de taco.
Cero maquillaje y producción. A mi eso me gusta especialmente, elijo lo natural. Sus pequeñas gomas son suaves y especialmente sensibles. Después iba a confirmar “cómo toda ella”
Da un servicio completo y masajes con el aditamento del squirt, por diez lucas la hora.
No hice cuentas pero me dije: veamos que tenemos, y mantuve mi interior neutro, expectante.

Masajes.com
Me tiendo en bolas boca abajo en la cama, a sugerencia de ella. La dejo hacer los masajes sin moverme. Los hace muy bien y adorna sus diestros movimientos con besos en la espalda cada tanto.
Recorre cada centímetro con dedicación y profesionalmente. Cuando está con mi espalda, subida a horcajadas siento en mis nalgas su argolla caliente.

La boa constrictor de El Principito tragando un elefante – Ricardo_sasasass33… ¡teléfono!
Sin mediar el esperado DV, desde atrás y forzando el giro de mi cuello al límite, me empieza a besar con una fruición insólita, casi desesperada. Para no romper mis cervicales por torsión la acuesto a mi lado.
Bueno amigos.
Bueno…
¡abre la boca, te come la cara, te entierra la lengua hasta la manija!
¡qué pedazo de abertura, mamadera!
Acá si empieza el candombe en serio: desde ese momento, hasta el final (mi final, en realidad) la mina se sacó todos los gustos a demanda sostenida. Un infierno, lpm.
Todos sabemos que los besos son la mejor muestra de empatía y tienen la magia de la aceptación del sujeto, y no del objeto cómo puede ser meter la verga en la boca, la concha o el orto.
La dama empieza a tirar revoluciones, y casi te obliga a besarla, a chuparla, a comerle la argolla y el anillo. Su mirada sostenida y su ceño fruncido indican mucha energía y determinación. Palabras acordes en el momento justo hacen del momento algo muy alejado del simulacro.
¿no querés hacerme el culo?, dice mientras la chupo la argolla y dos falanges del dedo mayor le cogen el orto. Ella ayuda con su mano frotándose el clítoris. Todo junto y al mismo tiempo y sus jugos me entran en los ojos.

Con diez años de menos hubiera corrido
Como una fiera al lecho en que nos conocimos
Impúdico y sangriento, divino y alado
Con diez años de menos habría blasfemado
Con savia de su cuerpo quemaría los templos
Para que los cobardes tomaran ejemplo
Exactamente eso del poema: con savia de su cuerpo, quemaría los templos. Mucha savia del squirt, luego del misionero, cabalgar, todos los chiches. La superventosa agarró mi verga hasta exprimirla hasta el final. Escupió en un papel, y la hice tumbarse a mi lado. Quedé literalmente hecho mierda, con sus jugos empapando dos toallas que tenía bajo mi culo.
Su pierna cruzada sobre las mías, su abrazo de novia.
Chan.

¿viste boludo que prejuzgás?
Había pasado más de una hora, y mientras me bañaba y miraba mi verga extenuada, me di cuenta que esta dama representa a aquellas que garpan para que las cojas: su actividad viene de dentro de ella, no de lo que yo provoqué. Estimo que no soy medida de su límite, pero yo que garcho escorts desde hace mil años, quedé aturdido y sonriente.
Entonces caí en la cuenta de que las diez lucas no se pueden medir contra nada. Es más, ya me olvidé del tema.

Nuncagateo desde Buenos Aires, la ciudad de los ojos tan pero tan maquillados

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