¿El mensaje rompe las reglas?
Reporta a Lord Carrington
[XP] Bebe: BB (Bucal y Bob Marley) bairesgirls
10-Jan-2022, 19:43
Creo que una vez comenté que no suelo frecuentar masajistas. Prefiero las acciones más directas, más comprometidas. Sin embargo, cada vez más seguido, suelo meterme los principios en el culo y hacer exactamente lo contrario a aquello que digo. Fue así como hace poco empecé a visitar a cierta masajista que por un precio módico me permite disfrutar de su belleza y de dos buenas chupadas de pija. No redacté ninguna experiencia con ella, ni pienso hacerlo. Todos ocultamos cierta información sensible (léase “encanutamos”), sepan disculpar caballeros. Lamentablemente esta dama está de vacaciones e intenté buscar un reemplazo.
Recordé la publicación de Bebe y su voluminosa delantera. Me comentó las condiciones de su servicio. $6.000 la hora masajes con dos orales, $5.000 la media (supongo que es un solo oral) y $8.000 la hora con participación (odio esa palabra aséptica para referirse a coger) o $6.000 la media. Opté por la primera opción y me dirigí a la zona de Tribunales. Edificio viejo. Ascensor chico y que no me daba muchas garantías así que subí por escalera. Bastante angostas. Dos departamentos por piso con un pequeño palier.
Toqué timbre, me recibió una compañera. Me aclaró que no era Bebe. Desconozco su identidad. El lugar conocido popularmente como "el Spa de Esmeralda" es medio caótico. Según Bebe, son tres amigas que comparten. Me hizo acordar a las lejanas épocas que visitaba privados. Se cierra una puerta, se abre otra, se escuchan voces femeninas, masculinas, cada vez que pasas al baño se tienen que coordinar para que no te cruces con nadie. Así y todo mientras me estaba duchando entró una compañera. Pidió perdón y salió antes que la vea. Por la voz era Esmeralda. El baño no tiene bañera. La ducha da directo a una rejilla en el piso. Al cerrar la cortina el inodoro y el bidet quedan dentro del espacio en el que estás duchando. El departamento es antiguo, techos altos y al menos tres habitaciones. La que me tocó estaba ambientada con una luz violeta. Camilla de masajes, dónde transcurrirá la acción, y un sillón amplio que en mi caso sólo sirvió para dejar los enseres personales. Una cortina roja impedía que la luz del día se filtrara en el cuarto. Agradable aroma a sahumerio, varias toallas y diversas cremas terminaban de decorar el paisaje.
Bebe. La típica morocha argenta. Es una mina exuberante, llamativa. No la calificaría de bonita pero es sexy. Esas minas que las ves y enseguida se te para la pija. Estaba vestida con una pollerita animal print, tacos altos y un top negro que, con enorme dificultad, intentaba contener esas grandes tetas. Después me di cuenta que es la misma ropa que tiene en algunas de las fotos de la publicación. Curvas por dónde se mire y cero refinamiento visual. No deja lugar a sutilezas. Me costó asociarla a las fotos. Sinceramente me importó un carajo. Me calentó. Diametralmente opuesta al estilo de mina que me gusta, despertó mí instinto más animal. Sin embargo es una mina tranquila, voz suave, maneras pausadas y de hablar poco. Cómo si el carácter y el físico no se correspondieran. Es simpática y agradable. Me cayó bien. Muy atenta y de carácter complaciente.
Me invitó a acostarme en la camilla. Tiene un carácter dulce que un poco te descoloca. Con ese cuerpo uno tiene la idea que te va a pasar por encima. Puso música y me sorprendió gratamente. Escuchamos toda la hora a Bob Marley. Con los primeros acordes y mientras escuchaba “We´re jammin´ (jammin´) I wanna jam it with you” voló el top a la mierda y se quedó en tetas. Me encantaron. Atractivas a la vista y al tacto. Se las empecé a chupar y a manosear. Tiene piercing en los pezones. Se untó crema en las manos y me empezó a tocar. Comenzó con una paja suave. No hizo falta más. Se me puso dura. Parada al lado de la camilla en cuánto le solté las tetas se puso a chupar. El oral es suave pero me gustó. Le levanté la pollera y le empecé a tocar el culo. Duro, consistente. Ella chupa con paciencia, no se apura. No es un pete guarro. En un momento se sacó la pollera y la tanga. Quedó completamente en bolas. Siguió chupando. Pasaba la lengua, por la cabeza, por el tronco. Alternaba con una paja. Mis manos iban del culo a las tetas. Estuvimos así un buen rato hasta que se dio cuenta como subía mi excitación y apuró el trámite. El oral no es hasta el final, al menos conmigo no lo fue. Mientras me hacía la paja me pasaba la lengua por la cabeza de la chota hasta que estallé. Siguió estimulándome con la mano y con la lengua hasta que eyaculé la última gota. Todo el semen quedó en mi vientre. Ella me trajo servilletas y me limpió. Me dejó liquidado.
Me pidió que me ponga boca abajo y empezó los masajes. Sinceramente no soy un experto para opinar del tema, se lo dejo a los que saben. Para mí son apenas un trámite ineludible que debo afrontar en el tiempo que transcurre entre las dos chupadas de pija. Cuando se acercaba la hora me empezó masajear cerca de la entrepierna. Creí que ya estaba agotado después de la primera descarga y que no iba a tener respuesta para un ballotage. Me equivocaba. Cuando la mano de Bebe pasó de la entrepierna a los huevos, la pija empezó a acusar recibo. Cuando me di vuelta ya la tenía dura. Arrancó otra buena chupada de pija, similar a la anterior. Habrá estado alrededor de 10 minutos, tomándose su tiempo, sin apurarme. Paja, chupada y lamida hasta llegar a un epílogo parecido al de la primera vez. Mientras me lamía el tronco, como si fuera un helado, me hizo saltar un chorro de semen que aterrizó de nuevo en mi vientre y la descarga posterior se la dejé en la mano. Algunas gotas más audaces tuvieron su lengua como destino final. Ahora sí, no quedaba nada. Ducha posterior, nos quedamos un rato charlando y me acompañó hasta la puerta dónde me ofreció el infaltable caramelo de la bandejita. Me hizo acordar cuando era chico e iba de la pediatra (porque me daba un caramelo cuando me iba, no por la chupada de pija…..No sean mal pensados).
Lo pasé bien con Bebe. Tiene muy buena onda pero no sé si volvería. Si bien las chicas se manejan de forma independiente el lugar es medio despelotado. A esta altura de mi vida priorizo la discreción y la comodidad. Me estaré aburguesando. Por otro lado, soy consciente que por ese arancel existen opciones mucho más completas. Lo que ofrece Bebe es un servicio con límites muy tangibles y que deja poco espacio para el libre albedrío y la improvisación.
A pesar de lo expuesto tenía ganas de conocerla, me di el gusto y fue una buena experiencia. Después de todo, acostarse a escuchar Bob Marley mientras te hacen masajes y te dan dos buenas chupadas de pija tampoco es un mal plan.
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