Carolina - masajes y algo más - tribunales bairesgirls

Antes que arrancar cualquier relato, mis más sinceras disculpas y respeto a esta hermosa comunidad que tanta info y alegrías me ha provocado a lo largo de los años. Si bien este es mi primer posteo, hace tiempo consulto a mis gurúes antes de cualquier aventura en este mundo gatero. Con el correr del tiempo, prometo ponerme al día.

En esta primera oportunidad, abro mi corazón y listado de anécdotas con una niña que, a pesar de sus sus pro y sus contras, cada vez que la visito la paso genial: Carolina. ¿Por qué arranco con pros y contras? Porque me parece que lo más valioso que tiene esa comunidad es la de avisarte sobre cada detalle, por más chico que sea, del lugar/la experiencia a la que uno se esta por aventurar.

Para no extenderme tanto: Carolina se encuentra ubicada en su depto, entiendo que propio, a metros de la Plaza Tribunales, sobre la calle Viamonte. En el lugar me cruzado, alguna que otra vez, al portero que, sin decir ninguna palabra, te deja pasar derecho a los ascensores. Al llegar al depto, Carolina te abre la puerta,: camisa escotada que deja ver esas cabezas de enano hermosas que tiene. Piquito y a la camilla.

Acá es donde me gustaría hacer una aclaración más, la última: Si uno, como es mi caso, busca masajista, no es la más indicada. Si bien se esfuerza en apretar los músculos o estirar las piernas, los masajes no son lo suyo. Ahora bien, luego de cerca de 40 minutos en los que ella va frotándote todo el cuerpo con una crema que no deja olor ni nada, llega el mágico "Querés pasar al tatami?", cosa que accedí al instante. Si bien el famoso tatami es una colchoneta en el piso, sobre la cual pone la misma toalla que agrega a la camilla. Uno ya sabe lo que se aproxima y un poquito se olvida de esos detalles.

Ya completamente tirado sobre las colchonetas, siempre boca abajo, uno empieza a escuchar como la niña se va desprendiendo de sus ropas y queda como Dios la trajo a mundo. Seguido de eso, Caro empieza a pasar sus pechos, previamente aceitados, cosa que genera un escándalo de sensaciones, y mientras se mueve, de arriba para abajo, uno empieza a sentir como la conchita se le empieza a mojar. Gemidos, besos, toqueteos, Caro no se priva de nada. Después de un franeleo intenso, mientras ella se vuelve loca y empieza con todo tipo de guarradas, te ataja los pibes con esos pechos hemosos.

Una vez finalizado todo, pido duchita, cosa que no fue de las mejores experiencias que tuve, al contrario (Baño demasiado chico y bastante incómodo, sumado a que sólo te ofrece un jabón líquido). Una vez en la habitación, me cambio, besito de despedida y hasta la próxima.

Conclusión y disculpas, de nuevo, por la extensión: Carolina es perfecta para ir a comerte un buen par de tetas, pasarla bien con una mina que es muy trola y te lo hace sentir, sin gastar una locura de dinero. Si uno busca una modelito, masajes o algo más, enfilar para otro lado.

Abrazo para todos, espero ponerme al día pronto.

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