¿El mensaje rompe las reglas?
Reporta a Nuncagateo
[XP] Stefy, sé dónde está su deseo y sé cuánto pesa. bairesgirls
04-Apr-2022, 19:28
Stefy, sé dónde está su deseo y sé cuánto pesa.
Amigos, he visitado a esta sorprendente dama Stefy
… y puedo decir que puedo ser cualquier cosa, menos un buen amante.
¿Cuánto pesa el deseo de ellas…?
Llegaba hace unos años a Trefen, a uno de los afters de Aminobwana. En la escalera al subsuelo, estaba Slash con su inconfundible semblante de rufián melancólico.
Lo saludo y le pregunto qué tal los foristas. Me contesta:
Bien, pero ninguno me pudo contestar porqué con la esposa necesitan 50mg de Viagra, y con las putas necesitan xxxmg.
Luego, muy luego caí en la cuenta de que el deseo de ellas, pesa 50mg. Justamente la ¿diferencia?.
Con la balanza con precisión de xxxmg en una mano y la chota en la otra
Con la abstinencia mínima para que cualquier idea tome sentido, empecé a evaluar a esta niña mientras me amasaba la verga para amorcillarla y que las ganas venzan cualquier duda metafísica. Sus fotos me cerraban por todos lados.
Con esa maniobra sencilla que tenemos los hombres más las imágenes, parecía alcanzar para dejar atrás dudas e ir calentando motores.
En su publicación sólo habla de masajes (ningún dato de servicios sexuales que brinda), por tanto me pregunté:
Ma come… e il servizio sessuale?
… a eso le sumo que la zona es tristemente conocida por los cambiassos y/o plantones. Ante éstos datos opté por hacerme olímpicamente el dolobu.
Me conecté para verla, y me dijo que su masaje profesional salía $ 3.000 y si quería “algo más” $ 7.000. Arreglé por las siete lucas, occcccccccbiamente.
Cuando se hallan dos balas en un campo de guerra, algo debe ocurrir.
Llego al edificio y su imagen me confirmó lo imaginado: una poronga setentosa, impersonal y mustia.
Me vino a la mente los encuentros del forista Lulopez, que cuando él arregla con una dama, es en un buen lugar, con champagne y vituallas a la ocasión. O sea, como le dije a él al respecto “y si, en un banquete no hay fideos con manteca”.
Con este pensamiento sombrío, llego al piso en cuestión.
Me abre la puerta una muy bonita dama, blanca, de gomas grandes y redondas, sonriente y con un rostro angosto de ojos increíblemente rasgados, casi orientales de un color miel.
La miro detenidamente en su ceñido vestido mini blanco y negro. Le escruto el orto y concluyo con certeza: ¡qué buena que está esta niña!.
Pero lo que más impresiona, es que tiene el cabello lacio y largo castaño y con esos claritos blancos que se usan ahora. Muy distinta a las fotos de publicación con el pelo negro. Me dice que hizo así para despistar su identidad…
Voy al baño, austero y limpio. Empiezo a no empatizar con el entorno, y no porque con ella trabaja allí una amiga, que tiene su gabinete aparte. Pero no es eso, lo que realmente me contrariaba era que ella no pegaba con el lugar. A remarla y concentrarse entonces.
Vuelvo al gabinete donde la onda se la puso ella, me tiendo boca abajo en bolas en la camilla y empieza con unos masajes realmente profesionales. Tiene la técnica del barrido de abajo hacia arriba deslizando las manos paralelas y a la vez. Muy buenos, profundos y conscientes. Te va acariciando al pasar los pliegues y se siente el erotismo muy en la yema de sus dedos.
Estuvo así tipo media hora, hasta que no aguanté más (ya tenía un palo doloroso que me molestaba en la barriga) y la manoteo cuando andaba en la cabecera.
Empezamos a besarnos a todo trapo con pasión pero sin profundidad (tampoco la pavada) y le voy poniendo en bolas, confirmando que todo lo que veía estaba ahí abajo.
Unas enormes y firmes lolas, sensibles y deliciosas. Un orto encantador y una argolla limpia y depilada.
Alta mamada nos propinamos mutuamente, todo a pelo, siempre en una ondulación de caricias y deseo. Enfunda, se sube y cabalga maravillosamente.
Para rematarla me dice: Quiero que acabes cuando te la chupo mientras me metés un dedo en culo.
Channnnn…
Las oportunidades son lo único que se agranda cuando se aleja
Mientras me lavaba el enchastre de guasca, pensaba en el ojete que había tenido con Stefy. Me sonreí pensando en que había llegado primero a la cola de foristas (ya me había pasado con Gime) y que mi constancia en las masajistas me estaba premiando.
Cuando me despido (es muy agradable TODO el encuentro) empiezo a tener ganas de no encender el celular, con la infantil ilusión de seguir en ese limbo de deseo mutuo que fue el encuentro con Stefy.
Recuerdo lo que mi médico desde hace veinte años me dijo cuando le pregunté si podía tomar Viagra:
Mirá… después de dos infartos, un tumor y una pancreatitis sería una forma muy tuya de suicidarte.
Entonces me di cuenta que esos xxx miligramos mágicos los puso Stefy, un deseo que se metió dentro de mi y que me dio la oportunidad de lograr una dura verga, de disfrutarla y que ella se eche unos polvos deliciosos mientras le lastraba la argolla.
Lamentablemente tuve que prender el celular. Cuatro llamadas, diez WhatsApp y seis correos, me avisaban que lo vivido había sido solo un recreo.
No hubo Viagra, pero el deseo de Stefy pesaba xxxmg.
Nuncagateo desde Buenos Aires, la ciudad de los ojos tan pero tan maquillados.
Debes estar registrado/a para otorgar reacciones
Link a la publicacion en BairesGirls
Masajes Capital Federal (CABA) - Masajes Microcentro - bairesgirls