Yazmín masajes y descontrol con la rubia - hay fotos y videos

Buenos días compañeros. Paso a dejarles mi crónica con Yazmín, quien después de esta experiencia, puedo decir que juega en primera división.

Contacto y arranque:
Andaba por el centro con tiempo libre y la excusa perfecta para darme un buen gusto, siempre cuidando el bolsillo. Un par de mensajes y coordinamos. La mina responde rápido y con buena onda, así que todo fluido. Igual yo de antemano por el foro sabía el precio de 60 mil una hora.
Llego al edificio y después del clásico trámite del timbre, subo.
Me abre la puerta y qué linda mujer. Alta, pelo rubio, curvas explosivas, mucha amabilidad y una sonrisa que te invita a hacer toda clase de cochinadas. Buen recibimiento, charla amena y paso al baño para arrancar limpio como corresponde.

El masaje que calentó el ambiente:
Cuando vuelvo, Yazmín ya estaba en modo profesional: ropa interior negra, actitud seductora y esas manos listas para hacer magia sobre mi cuerpo. Me acuesto en la camilla y arranca el masaje. Y no es verso lo de masajista, la mina conoce del tema. Primero va despacio, trabajando la espalda con movimientos firmes, pero a medida que avanza, empieza a meterle más piel al asunto.
De a poco, siento su cuerpo pegado al mío, su respiración en la nuca y así la temperatura sube. Su piel caliente contra la mía, sus manos que ya no solo masajean, y mi cabecita de abajo que ya estaba pidiendo pista.
En un momento, siento sus labios en mi cuello y ya estábamos en otra frecuencia. Me da vuelta con una sonrisa y baja sin preguntar. El oral húmedo, profundo y con un ritmo que me dejó clavado en la camilla (le di una propina para que sea sin). Se nota que disfruta lo que hace y eso marca la diferencia.
Cuando ya no daba más, me calzo el forro y pasamos a la acción. La subo a la camilla y arranco de frente, agarrándola bien de la cintura, entre besos le chupo las tetas que estaban muy lindas. La mina con movimientos lentos y sensuales de a poco se recuesta en la camilla y realmente parecía disfrutar cada una de mis embestidas. Después la pongo en cuatro sobre un sillon bajo o también llamado puff; qué pedazo de nalgas, una obra de arte. Me vuelvo loco, le doy con ganas, ella gime y se entrega al ritmo. La cosa terminó en un dedorapa con Yazmín apoyando sus manos en la camilla, no resistí la calentura, salí de su interior, saqué el forro y terminé explotando de placer, todo el arsenal de pibes desparramados sobre su cola.

Cierre y reflexión:
Paso al baño, ella también; me cambio y nos quedamos unos minutos charlando de cosas de la vida, me invitó un vaso de agua, la mina es muy simpática y buena conversadora. Me despide con una sonrisa de satisfacción.
Si están buscando una combinación de masajes y buen sexo, Yazmín a mi gusto es una opción fija. Buen cuerpo, manos mágicas y actitud con entrega.

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