¿El mensaje rompe las reglas?
Reporta a tomas j
[XP] AGOSTINA Bg: un lujo a su alcance
28-Feb-2012, 12:16
Había posteado esta XP hace dos días, pero igual hice algo mal porque no la veo más en mi Pc; la vuelvo a volcar acá y pido disculpas si vuelve a aparecer repetida.
Huyendo del rigor invernal en pagos europeos, recalé en Argentina a finales de enero. Como mi paso por Buenos Aires iba a ser fugaz, preparé (vía M. P.) encuentros con algunas escorts, de las consideradas como
puerto seguro por muchos foristas de laga trayectoria. Conseguí concretar encuentros con tres de ellas: Eriika (esa será otra XP, si consigo sacar tiempo para redactarla), con una segunda escort retirada (para mí una de las
Top Three) y con
Agostina (de aquí en más otra de mis
top three).
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Había reservado la noche (12 horas) de uno de los pocos días completos que iba a estar en Buenos Aires, a primeros de febrero, para pasarla con Agostina, prendado por su belleza y por los comentarios sobre su onda y excelente entrega. Todo estaba preparado y, como supondrán, yo estaba impaciente ante la inminencia del encuentro. Pero, sobre el mediodía del día de acción, un mensaje de Agostina echó por tierra mis expectativas: un serio imprevisto (que me explicó) le impedía acudir a la cita. Podría haber llamado a otra escort
Tras pasar Los Carnavales por la Quebrada de Humahuaca, mi viaje tocaba a su fin y no me quedaba más que "medio cartucho" en la recámara, ya que llegaría a Baires el jueves a medianoche y el viernes por la mañana me aguardaba el vuelo de regreso a mi terruño. Pensé que sería imposible contactar con ella y, sin esperanzas de que lo leyera, envié un último M.P. a Agostina el miércoles 22. El jueves a mediodía justo antes de subir al avión de Salta a Baires recibí su conformidad; el día de
Los Santos Inocentes había pasado, creo que en Argentina aún no se ha instituido el
Día del Bromista, así que me apresuré a decir que Sí, O.K., de acuerdo, vale, mais oui, etc... Cuando llegué al hotel en Baires tenía su M.P. diéndome que la llamara, lo que para mí fue una orden que cumplí de buen grado y con presteza.
La frustración producida por el fallido primer intento y el oir su voz por teléfono habían disparado mis expectativas y, mientras aguardaba su llegada, iba planificando todo lo que iba a hacer con ella. Cuando llamó a la puerta de mi habitación y abrí mis expecpectativas se vieron desbordadas por la figura de Agostina.
A partir de las presentaciones y tras una cortísima conversación para romper el hielo, Agostina me dijo que le agradaría darse una ducha antes de empezar. Pero mientras se quitaba la ropa, con mi ayuda desinteresada obvio, nos trenzamos a darnos besos. ¡Para qué! el proyecto de ducha de Agostina se quedó en eso y mis elaborados planes se vinieron abajo, ya que, a partir de ahí, todo transcurrió de forma natural y como si fuéramos amantes que conocen sus apetencias sexuales a la perfección.
Estuvimos parados besándonos como dos colegiales durante largo tiempo; los besos en la boca dieron paso a besos por todas partes, descendiendo por su pecho, sus lolas, tripa y tratando de alcanzar su clítoris, cuestión harto incómoda de parados: En consecuencia, la llevé hacia la cama, donde comenzamos una nueva y larga sesión de besos (y qué besos, señores). La capacidad de Magneto para atraer metales es una nimiedad comparada con la fuerza con que el sexo de Agostina llamaba a mi boca, así que finalmente me ví abocado a besar su labios bajos y lo que esconden. El chupeteo, las caricias a sus senos y algunos dedos por acá y por allá hicieron que se mojara como hacía tiempo que no había visto en una mujer (escort o no) y tras estremecimientos prolongados creo que acabó. A partir de ahí, ella tomo el relevo de las atenciones y comenzó con una cabalgata que hube de cortar para no acabar, pasamos a un misionero excelso, con una avalancha de besos desenfrenados y movimientos profundos y controlados de Agostina que, acompasados como los pasos de un tango intimísimo, me produjeron un orgasmo largo e intenso como hacía tiempo que no experimentaba. Cuando nos desentrelazamos tuvimos que darnos una ducha antes de continuar, pues los dos estábamos totalmente transpirados.
En el intergarching estuvimos hablando de temas diversos (con Agostina se puede conversar agradablemente) y mientras tanto seguíamos acariciándonos mutuamente. Así comenzó a llegar al segundo acto, sin buscarlo expresamente pero de forma inexorable. Mi boca recorrió su espalda, sus piernas y mi lengua acabó en el mismo sitio que la vez anterior (¿misterioso, no?). En esta ocasión, ella me demandó que uniéramos nuestros cuerpos y tras una nueva cabalgata pasamos a un 4x4, donde tras un buen rato de bombeo y viendo la magnífica estampa de su cuerpo en esa postura volví a acabar con una intensidad inusual.
Como en la canción de Sabina, así... nos dieron las diez, y las once y las doce y la una y las dos y las tres,... y a las ocho de la mañana nos despedimos, con la promesa de intentar volver a vernos en mi
próxima visita a Baires.
En resumen, Agostina ha tomado el relevo de los estupendos encuentros que me ofrecieran Denisse y Carola en su día. Por eso decía que, para mí, es una de las TOP THREE de Buenos Aires.
P.D.: Agostina, te tomo la palabra, en septiembre nos veremos de nuevo, de la forma que me has sugerido.
TABLITA de la eXPeriencia:
Regalito:A pactar
Barrio:Microcentro
Cara:10
Lolas:10
Cola:10
Cuerpo:10
Onda:10
Lugar:7 (la habitación de mi hotel)
Porcentaje de Photoshop:5%
Relojea?:No
Servicio:10
Reincidencia:Si
Besos:Perdí la cuenta
Calificacion General:10