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Amelina o la artesanía en el sexo


Amigos, he visitado a Amelina, again.


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y puedo decir que es la figura exacta del “Ave Fenix”. Y vaya si lo es.

Esperar que ella vuelva
Y me diga acá estoy mi amor
No existe el olvido
Acá estoy mi amor de vuelta
He venido
Lo puedes creer, no existe el olvido mi amor
No existe...
Sólo para hincharles las pelotas al foro, voy a retomar, o mejor dicho darle una vuelta de tuerca a lo que dije en mi XP con Diva Hot (o Pily Hot, como prefieran) respecto de cómo nos relacionamos con las escorts.
Amelina aparece y desaparece. Lo hace apareciendo sobre fin de año, según ella aprovechando que muchas colegas se toman el piro en ésta época. Y lo hace continuando su anterior nombre y conservando sus votos en Baires.
Y lo hace muy coherentemente con la imagen que ven en su perfil: a cara descubierta, mirando a los ojos, diciendo acá estoy, ésta soy, ¿te acordás…?
Siguiendo con la línea que les comenté el mecanismo fue similar a la de otras escorts que me tienen agendado: un día cualquiera publican en su estado, al rato te dicen “volví”, en los días siguientes te gatean un poco y uno entra como un caballo por el aro en llamas. Efectivamente luego entra al aro en llamas.
Por $3.500 te recibe en su habitación de Paraná y Viamonte donde comparte con otra dama, a quien no conoce. Me dice que pronto irá a un lugar sola, me menciona el templo de Juncal, y me dice que le gusta trabajar sola. El lugar es viejo y básico, el baño es viejo con ducha con cortinita, te da jabón en gel y toalla. Todo lo demás en el límite inferior del confort. Su servicio es completo y toda su actividad tiene un denominador común: va haciendo lo que le gusta, sin rutina y con una entrega insólita, por lo menos para mí, que la debo haber visto con ésta tres veces desde fin del año pasado.
Van a ver exactamente la dama de las fotos, con unos kilos más que le quedan bien. Es delgada, de caderas estrechas y tiene una postura chuequita hacia adentro que me encanta. Buenas gomas de buen tamaño, y besa y se deja besar con una naturalidad que te deja pasmado. Es como que se entrega al beso como si fuera importante, pero para ella.

Su mente inquieta se puebla de historias
Su cuerpo es solo memoria
Es eso que hay que sentir
Con paciencia infinita
Andando las calles ajenas
De hombres que al fin le dan pena
Campanas en la noche
Ruidos de melancolía
De esperar
Conversa amable y distendida antes, durante y después del encuentro. Te demuestra una confianza que, en mi caso por ejemplo no creo transmitir, pero la tipa se ubica cómoda ahí por las de ella.
Te recibe en plataformas y con un baby doll negro, que sujeta a medias sus gomas. Creo que es el de las fotos. De parados comparte (si, comparte) una muy buena sesión de besos, se estremece y se engancha en la actividad a la par.
Luego me tumbó en la cama, y empieza una prodigiosa tirada de goma (sin), con visita a todos los lugares aledaños, incluidos besos negros. La verdad debe tener las cervicales de titanio, pero si algo hay más allá es que no es para nada mecánica, y viene ahí el título de la XP: una artesana del sexo. Pero con el asombroso detalle que es que todo el tiempo hace…
¡lo que más le gusta a ella!
Podés devolverle favores, y te guía con sus gemidos, se da la situación insólita donde se invierten los roles: parece que ella te contrató por una hora para que hagas y hacer lo que a ella le gusta.
Este párrafo viene a complementar mi anterior XP con Diva Hot. Viene de alguna manera a redimir a aquellos que con justa razón esgrimen la ilusión de que los encuentros no son “más que una transacción comercial”.
Te cabalga con ganas, va buscando (y lo encuentra) la forma de sentir el sexo. Me pide “ponete a trabajar” y le doy en cuatro, y lo mismo. Algunos espasmos y contorsiones dan a mi vanidad su premio. Saco, desenfundo y le acabo en la cara y boca y me dice: “cuánta”. Sonrisas y mohines, complicidad y relax.

¿Que esperar?
Esperar que ella vuelva
Y me diga acá estoy mi amor
No existe el olvido
Acá estoy mi amor de vuelta
He vencido
No puedes creer, no…
Estos fragmentos de la letra de Los Tipitos, “Campanas en la noche” me vino justo, es verdad. Pero me sirve para remarcar que la ambigüedad está en la esencia de los encuentros.
Amelina me dijo después que tenía un novio re dulce y romántico. Pero como ella quería garchar fue y se contrató un taxi boy, y le dio para que tenga, guarde y reparta. O sea, esta dama vive el sexo más allá de su trabajo… ¡y en su trabajo!
Luego del sexo, siguen las caricias, la cosa corporal relajada y cordial. Soy de un solo tiro, pero sospecho que aproveché sólo una parte de su servicio. Y por lo visto, ella obtuvo de mi lo que pudo.
Un poco como nosotros como cuando vamos a un encuentro.
¡Channnnn!

Epílogo
Salgo a la calle y una vez más, corroboro que puedo ser cualquier cosa menos un buen amante. Sospecho sin melancolía que estas líneas servirán para que nuestros baluartes del foro de las acrobacias sexuales vayan y hagan lo suyo.

Pero les aseguro que Amelina va a hacer lo de ella. Así que no digan que no les avisé.

Nuncagateo desde Buenos Aires, la ciudad de los ojos tan pero tan maquillados.


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