Andy BG es una nenaaa!!!

Amigatos, esta experiencia es de ayer por la noche. Tenía ganas de un polvo express antes de ir a casa y reservé para las 20 hs. con esta pendeja, que me daba mucha curiosidad al ver las fotos. Llegué puntualmente al lugar (San Martín al xxx), toco el timbre y una vocecita me dice “pasá”, abriendo la puerta desde arriba. Del portero ni noticia. Ascensor al 4º piso. Toco timbre y la puerta se abre sola, como si fuera una casa encantada. Paso y me doy cuenta de que no había fantasmas. Allí estaba Andy, una tremenda pendeja, hermosa, de pelo negro muy bien cuidado, con un curepito colosal, en corpiñito y minitanga rojo fuego, que resaltaban las redondeces de su cuerpo. Tiene un culito para enmarcar, super paradito, resaltado además por los tacos altos que usaba, que la ponían a mi altura. El maquillaje la cambia un poco, tal como se puede ver con el photoshop. Pero el “oriyinal”, se paaarrrteee!!!. Pasamos a la pieza, le garpo y pido el baño. Mini duchita para sacarme el calor en un baño que está muy bien cuidado, limpito y con todo lo necesario, como en un hotel. Vuelvo a la habitación y aparece “la lobaaa”. Me empieza a masajear el ganso, que inmediatamente, se puso al recontrapalo mientras la besuqueaba toda. Por el cuellito, en la boquita, en el cuerpito y luego de volarle el corpiñito, en las tetitas (hechas), hermosas, equilibradas y bien duritas. “A la camita”, me ordenó con un acento guaraní que me cautivó. “Si, mi reina”, le dije sometiéndome cual esclavo negro. Seguimos con la franela, besitos de aquí y de allá, a la mierda la tanguita y a comeeerrrlaaa!!! Le pegué una almejeada para los Golden Globe!!! Luego encapucha a “Lito Vitale (ese amigo del alma)” y comienza con un solo de clarinete con garganta profunda, para los Grammy!!! Super caliente, la penetro. El amigo estaba cada vez más tieso. Comenzamos de atrás, con un “perrito”. Madre Santa, qué vista! Increíbles esas cachas que te dan ganas de morderlas hasta que diga “basta por favor!”. Bombeamos así un rato, luego cambio a misionero, luego ella se sube a cabalgar. Yo creo que si esta nena hubiera participado en la doma de Jesús María hubieran pasado vergüenza los jinetes que lograron aguantar los ocho segundos que dura. Cómo se mueve!!! Recaliente, le empecé a hablar cada vez más guarro. “Dame tu lechita”, le pedí. “Juntos, me dijo”. “Me estás cachando”, le dije en blanco y negro. Y la pendeja seguía bombeando cada vez más fuerte. La besé muy intensamente mientras le agarraba las cachas muy fuerte, con un dedito en el culito y cuando la pija estaba al rojo, me la lubricó con un hermoso orgasmo. Cumplidora mi paraguayita (y calentona, la pendeja) “Cómo te llenaría de leche, guarrita”, y otras chanchadas, le decía mientras gozaba de ese momento. Se dio vuelta y siguió bombeando para terminar conmigo pero no pueo. Entraba y salía de mi pija, que seguía dura mientras yo miraba ese culo moviéndose como en un reaggeton. Para terminar, el infaltable misionero. La abracé muy fuerte, rodeando su cuerpo y tomándola de la nuca suvemente, y mientras la besaba, empecé a bombear fuertemente, hasta que le llené esa conchita superestrecha que tiene, con toda la lechita que le prometí. Sublime momento. Mini descanso. Sacamos el forrito con todos los pibes dentro. Ducha final, primero de ella, luego mía. Tardé un ratito en salir, ya vestido y me dirigí al living. Se abre la puerta de la otra habitación y pude ver otra hembra de similares características, acostadita en tetas (muy buenas tetas), en una cama. Se ve que estaría descansando luego de alguna faena. Tarea para “Columbo”. Tendré que investigar qué era eso, la próxima vez. En fin. Me despido con un beso, y le digo “la próxima vengo con más tiempo (y billetes)”. A decir verdad, me quedé sólo media hora por temor al clavo (estamos cuidando el mango), por eso seguramente el pete con. Seguro que la cola será aparte, aunque no iba por ella esta vez. La verdad es que me quedé con las ganas de seguir cogiéndomela, pero por suerte no me clavé, así que la próxima será. Bajé por el ascensor, el portero seguía sin aparecer, pero tuve que llamar a Andy que me bajara a abrir, porque ya habían cerrado con llave. Bajó vestidita. Es igualmente bella. Me daban ganas de llevármela y esconderla en el placard. Besito final y a casita.


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