Cami Love:Cada tanto me hago dar una puñalada

Cami Love: cada tanto, me hago dar una puñalada.

Amigos,
He visitado a Cami Love, again.

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o sea, dejé de hacerme el boludo, y volví a verla.

En la tarde que en sombras se moría, buenamente nos dimos el adiós; mi tristeza profunda no veías y al marcharte sonreíamos los dos.
Una de mis ex, me decía que sabía cuándo andaba sin guita, porque me la garchaba a ella. Desde esa lúcida observación, siempre me ufané de gastar en mujeres, lo que el instinto me dictaba. Pero con Cami, me traicioné. Porque sabía que acabado un encuentro, solo me quedaba buscar el próximo.
Cami, como ya he dicho, es una bella mujer, de veintiocho ponéle, morocha toda ella, delgada y curvilínea, de grandes gomas naturales, encantadora, sensual y cautivante.
Pide foto del visitante, porque trabaja también con horario en otra cosa, y teme encontrarse con un conocido. Solo eso: no pasa un filtro, solo te conozco / no te conozco.
Tan es así que desde hace un corto tiempo, tiene que cumplir horario, entonces tiene que armar malabares para generar un encuentro, pero le pone tan buena actitud, que lo logra. O sea es consciente que es una dificultad de ella y ella la resuelve.

Y la desolación, mirándote partir, quebraba de emoción mi pobre voz... El sueño más feliz, moría en el adiós y el cielo para mí se obscureció.
Coordino con ella, para un encuentro convencional de $ xxxx la hora (no relojea, desanda el turno del telo con uno, no mirando para afuera) y mantiene este precio desde hace unos meses, habla esto de que sabe lo que está pasando. Nos vemos a la tarde del martes pasado en el Falcón, habitación de $ xxx.
Se presenta con una falda negra ceñida, corta pero no mini. Sus turgentes gomas dentro de una blusa, cero trola, como siempre. Sonríe y es amable al extremo.
La habitación tiene un caño para pole dance, jodemos con que si pensaba que yo practicaba, corríamos el riesgo de rotura de cadera. Parados al lado de la cama, empezamos a besarnos, a full con mucho interés de parte de ella y el mío esta vez como espejo. Acá aparece la primera nota sutil: yo la manoseaba morbosamente, y ella me acariciaba. Era tan asimétrico que en un momento, bajé al mandril de la rama, y me ocupé de &#xxxx;ser&#xxxx; una caricia.
Se baja de los super tacos / plataforma, y queda a una altura normal, y esa pérdida de altura hizo que mi cuerpo se adaptara mejor a una postura más hombre / mujer, menos escort / cliente.
Desnudos seguimos sumando la boca a todas sus partes que ofrece con un raro anhelo, observando atenta como una delicada incitación.

En vano el alma con voz velada volcó en la noche la pena... Sólo un silencio profundo y grave lloraba en mi corazón.
Podría haber seguido con eso, sin otra cosa para hacer. Pero mis manos fueron a su entrepierna y ella, se encendió en el deseo. Suelo ser muy cauto con ganar los dedos para trodén, pero esta vez, ella lo provocó suavemente. Siguió extasiada mi acción hasta acabar en un auténtico y mágico estremecimiento.
Con un palo de otra edad, me fui a lavar sabiendo del exhaustivo control de parte de ella. Me propina un oral sin, obligándose a dejar eternos segundos clavado el glande en su garganta en cada GP. Sabiendo que si seguía no duraba una puteada, le pregunté como querés.

Sobre el tiempo transcurrido vives siempre en mí, y estos campos que nos vieron juntos sonreír me preguntan si el olvido me curó de ti.
Me dice, yo arriba, cabalgando. Ahí vamos, empieza a mecerse y ondularse. La segunda nota sutil fue entonces que, como hace tiempo no me ocurría, su frotar prendía fuego mis ingles, en un afán que cumplía la misma calidad y cantidad de deseo de ambos.
Occcccbiamente acabamos juntos y abrazados. Puta madre, me voló la peluca.
Podría haber intentado seguir, pero el después me dio tanta caricia gratis, que el sibarita le ganó al pecador. Es por eso que el tango subrayado que titula cada párrafo (el adiós) estaba en mi mente durante el encuentro.

Y entre los vientos se van mis quejas muriendo en ecos, buscándote... mientras que lejos otros brazos y otros besos te aprisionan y me dicen que ya nunca has de volver.
Amigos, acá puedo cortar la XP, ya tienen la data. Cami, está disponible pero lo que ofrece así sin más, es de otra liga. Es tan improbable compararla como pensar que entre un encuentro con uno y el próximo, no va a haber nadie. Entonces terminamos esclavos de nuestro planteo de ¿comprar, alquilar? un rato de sexo. Pues no, dentro de un encuentro con Cami, está el adiós a ese momento que nunca va a volver, simplemente porque cuando ocurre, ella no es una escort. Y esto si que en algún momento no vuelve.

Nuncagateo desde Buenos Aires, la ciudad de los ojos tan pero tan maquillados.

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