Escort Mili MP - Microcentro - Experiencia honesta

Buenas, paso a contarles mi experiencia con Mili. Voy a ser lo más honesto posible para que le sirva al resto de la comunidad.
Mucho se ha dicho sobre el físico de Mili y no voy a hacer más que corroborarlo: es chiquita (no muy alta), con tetas hechas que mantienen la proporción justa con su cuerpo y una cola muy linda. Avancemos a la experiencia en sí.

Había ido al centro a hacer un trámite y quería sacarme el gusto, después de haber leído tanto sobre ella. Le mandé mensaje, pasó tablita con speech: 16.000 la hora, 12 la media, con cola y bucal hasta el final, libre de participaciones en la hora. Arreglé una hora para las 12:00 y cosas del tráfico porteño me hicieron llegar más cerca de y media de lo que hubiese querido. Lo asumo como error propio, por lo que no es atribuible a ella. Portero abajo mira de costado e indica ascensor. No pidió DNI ni nada.

El departamento: propio, desprovisto de cosas, y bastante oscuro. Depende de la claridad de la luz solar que deja ingresar por una persiana casi baja del todo y unos vidrios semitranslúcidos. Imagino a más de uno leyendo y diciendo que uno no va a hacer reviews para la revista Living, pero sí me parece que son cosas que ayudan a la atmósfera y en este caso, no favorecen un clima copado. Detalles.

Llego, saludo a Mili con un beso en el cachete. Le doy su regalo antes de encarar para el baño, para lo que me ofrece una toalla de mano. El baño, a falta de un mejor término.... es espartano. No tiene cortina, por lo que asumo que la combinación toalla de mano y ducha imposible hace difícil la limpieza del que venga medio jugado, o que se quiera ir limpio. Llegaba bastante pulcro de todos modos, por lo que para la repasada estuvo bien.

El servicio

Vuelvo a la habitación, en la que me espera sentada en la cama. Me habia recibido en corpiño y tanga, y así se mantuvo hasta que arrancamos con un pico (único de toda la faena) y algunas caricias. No recuerdo qué colega mencionó el tema de sus dientes pero sí, es un factor. Menor, pero factor. La acaricié despacio y le pregunté cómo le gusta arrancar: su respuesta fue "acostate". Empezó con un pete sin, que sin dudas es de los mejores que me hicieron alguna vez. Mucha saliva, buen recorrido, intentó un par de veces GP. Visita corta a los testículos, y tras un par de minutos me preguntó si seguía o poníamos preservativo. Le pedí seguir un poco más, cosa que hizo.

Pasé a degustar y me encontré con una rica vulva, sin olores. Muy agradable al gusto y la vista. la di vuelta y la puse en cuatro, y le mandé un poco de lengua en la cola, que también estaba perfecta. Habiendo ido con la idea de conocer el plato fuerte, pedí la cola, pero antes pasé por adelante. Habiendo conocido las dos cavidades, más allá de lo visual de tenerla enterrada en ese culo divino, a nivel sensaciones me quedo con su conchita. Bombeamos un rato, gimió -con total honestidad, no me lo creí- y, corrido por el tiempo, le pedí acabar en la boquita. Acabé, se fue a lavar y volvió, ya para despedirnos.

Conclusión:
No fue en sí una mala experiencia: fui a conocer el culo de Mili y en ese punto, se consiguió. Sin embargo, la sumatoria de detalles y cierto manejo mecánico me hacen dudar sobre una reincidencia. Tal vez con más tiempo y conociéndonos un poco más la experiencia mejore. No puedo decir que hubo mala onda ni nada: tal vez la química no se dio.

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