Iniciado por injotep
Con las piernas mas bonitas
las mas lindas piernas que vi
y un juego rico de amores
caída libre para dos
Buenos Aires es una ciudad de encanto, pero a veces suele tornarse en un abismo de polución. Algo así como lo describe tan apocalípticamente nuestro Carlos Virasoro cuando escribe, desde su opresivo Open City, esas crónicas distópicas, abrumadoras y ominosas.
El lunes podía haber sido el primer ejemplo, pero luego de saber que habían cortado las vías del Ferrocarril Roca, se convirtió en una pesadilla. Poder llegar a casa iba a ser una tarea que implicaba perder horas esperando a poder tomar un transporte público.
Y al segundo posterior a la resignación, le siguió un plan alternativo para mitigar el stress de la espera hasta que la ciudad se comenzara a desinflar. Todavía en mi trabajo, comencé a pergeñar planes A, B y C, que contaban con siempre pendientes reincidencias y algunos aventurados piletazos.
Hasta que me dejé influir por las experiencias de Juan Palo y el Gran Hunter...y me decidí por Dona BG...que es esta niña de la foto...
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La llamé y le tiré una hora casi virasórica...19.15. Y me dijo que sí, que no tenía problemas. Me pasó la data de rigor y el taxi que tomé hasta el Naciones fue el único "rush" que tuve en el día, con el corazón a xxx RPM, sabía que iba a darme un gusto...
El trámite normal en el hotel de las banderitas, paso por la recepción, documentos...y al piso 15, lo demás, lo conocemos hasta el hartazgo, timbre, mirar hacia esos pasillos alfombrados que a mí me hacen acordar a El Resplandor de Kubrick y el sonido de "tacones lejanos"...
La foto que publiqué más arriba es la que más honor le hace a Dona. Porque, para los que nos gustan las tetas, y si bien las de Dona son hechas, tiene unos pezones que se erizan al momento de acariciarlos. Y eso, para mí, sumado a unos besos de lengua que no escatima, sino que los busca, redoblando la apuesta...me alcanzan para lograr el estadío mástil.
Regresado de la higiene de rigor, ella espera que yo termine de desprenderme de toda la ropa, ya que estábamos en desigualdad de condiciones. Y me vuelve a atrapar con sus besos, ella arrodillada en la cama, yo aún de pie.
Y le pido que siga arrodillada porque desde que me recibió me intimidó, con esas piernas eternas subidas a los tacos que no me animé a medir en altura.
Y ya no le pido más nada, o sí...pero será más adelante.
Y me sigue besando
Y baja para comenzar con un oral suave pero definido, salivoso pero astringente, lento pero firme...
Y tengo que detenerla para no acabar en nanosegundos.
Y es ahí cuando me dedico a su vulva.
Y ella responde con la contorsión de su pierna apretándome más contra su sexo, y se pone de costado, yendo y viniendo sin dejar de hacer presión...y me pregunto...¿se puede actuar tan bien un orgasmo? o ¿se dejará llevar, como tantas veces?
Y ahí vuelvo a mi oral, por el que fui.
Y ahí cambio de plan, y como estamos cerca del velador que ella había tapado para hacer la luz más tenue, corro el velo y le pregunto si me deja sacar unas fotos, mis primeras fotos...
Y ahí me decido a que voy a estar eternamente en esa posición. Saco las fotos como puedo, entre temblores. Y ella se frena cuando sospecha el disparo, posa cuando busco desatinadamente otro encuadre para darle dinamismo a una escena que es dinámica por sí sola, que no necesita de otro aditamento porque ella es la artista, la modelo, pero también la que manda.
Y ahí es donde me entrego, a no sé cuantos minutos de no sé cuántas media horas, de no sé cuántas eternidades, sí, como la de sus piernas...y mi conquista vale ese territorio.
Y ahí exploto. Y ella no dice nada, como en casi toda la experiencia, porque Dona BG es de palabras justas y de miradas que lo dicen todo.
Y cuando vuelvo, del baño, luego de ella, sólo atino a acariciarle el pelo rabiosamente rubio y ensañadamente lacio que la completan y se me tira encima, rozándome con esos pezones que hieren de tan duros que están. Y tengo la misma sensación que tengo ahora al evocarlo, una lenta pero durísima erección.
Y ahí ataca nuevamente con otro oral, porque sabe que es lo que más me gusta. Qué maravillosa intuición, cómo adivinar lo que al otro le parte la cabeza.
Soy yo el que toma un preservativo e interrumpe la magia. Y ella responde y me monta y ya no puedo sacar más fotos.
Y el paisaje de ella levemente arqueada hacia atrás encima mío, con esas dos piernas que aprisionan para no dejar escapar ni el aliento, es lo que completa una imagen que sólo queda grabada en la corteza cerebral.
Y ahí empieza el frenesí. El cambio de posiciones. Invita al doggy style y yo respondo, pero otra vez esas piernas eternas, no permiten que este alfeñique domine la atávica situación. Y cambio nuevamente, y nuevamente me entrego al oral, pero con tanta fatiga que yo mismo soy el que abandona porque siento que la tarea ya está cumplida.
Y así se va la experiencia, con los autorreproches de no haber gozado de esa cola, pero con la satisfacción de respirar el humo de la sensualidad que provoca un crepúsculo que se deja colar por las cortinas del piso 15 del Naciones. Donde no hay ruido ni polución, donde la hora dura xxxx minutos, donde una vez más, se cumplió el sortilegio.
Así me fui, a buscar cómo llegar a casa, un poco desorientado, por el túnel de esas piernas que, como dice bien Sabina van de Córdoba a Maipú.
Hasta la próxima
HAGO UNA SALVEDAD, PASO SIN RESTRICCIONES Y CON MUCHA PACIENCIA LAS ÚNICAS FOTOS QUE ME PERMITÍ SACAR, PÍDANLAS POR AQUÍ, NO POR MP
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