¿El mensaje rompe las reglas?
Reporta a carlos_labanca
[XP] Anabella, me fui medio enamorado
16-Mar-2010, 00:25
La llamé. Para verla. Se me ocurrían tantas cosas...
En realidad, la venía llamando desde hace un buen tiempo. No la podía ubicar. Pero algo me decía que tenía que seguir insistiendo. Llegué hoy a casa y seguía con la sangre en el ojo por algunas últimas experiencias que pudieron haber sido mejores. Encima al subir al ascensor, estaba mi vecinita del 5to piso. Esa que me gusta tanto. Qué linda que estás, mi amor. Estás más bronceada. A propósito, por qué te casaste, decime. Y para peor, con ese salame... De verdad estás segura? Te juro que te doy todo, mi vida, te quiero hacer felíz, pero dejalo. Dejalo y venite conmigo. Te prometo que te voy a hacer felíz. Me sacó de mi fantasía con un simple "hola, qué tal? qué piso era?".
No sé si fue una señal o que me hervían las venas. Pero abrí la puerta de casa y sentí que tenía que llamarla a Anabella. Y hablamos por primera vez. Gracias, Barba. No dudé en combinar con ella para cuando pudiera. Tipo de servicio, dirección, horario. Listo, agendado Anabella, ya voy a tu encuentro. Llegando del trabajo ya se me venía partiendo la cabeza del dolor, así que no lo dudé: me clavé un Migral Compositum con el estómago vacío. No lo hagan, amigos, es malo eso. Pero entiéndanme. Tenía que ir en un buen estado a conocerme con Anabella.
Hacía bastante que no iba a esa manzana. Desde que tuve que hacer un trámite por un ABL.
Me recibió ella.
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Me gustó desde el primer momento. Es de la estatura que anuncia. Quizás dos centímetros menos. O no. Qué más da? Creo que lo único que parece diferir de las fotos es la cola. Ah, y según mi ojo clínico supera los 30 por unos 5 o 6 abriles. Es flaquita, es una morocha argentina que está largamente apetecible.
Charlita previa en la que me sentí muy cómodo y me dije: aja, sí, sí, esto es lo que estaba necesitando. Todo venía cumpliendo mis expectativas. Alternamos unos besos, que me gustaron mucho. No sé si los da siempre, porque empecé a sentir que entrábamos en confianza mutua. Sentí que los dos estábamos a gusto. Me ofreció pasar al baño. Fui y cuando volví la encontré poniéndose muy sensual. Estaba haciendo cosas para que la pasara bien. Todo eso siguió sumándome. Y ya saben, uno más uno, más uno, más uno. Eso lleva a desnudarnos, a empezar a besarle los pechos (operados muy moderadamente). Anabella tiene unos pezones que... Dios me libre, cómo me gustaron esos pezones punteagudos. Me entretuve tanto tiempo con esos pezones. Y seguí hacia la chuchina. Depiladita, sin el mínimo olor. Impecable, colegas! No me dejó alternativa. Almejeé como me gusta almejear a una novia. Ahí me entregué. Fue cuando me comprometí en la experiencia y perdí la noción de que estaba con una escort. Me olvidé. No sé qué me pasó.
Ella lo disfrutaba, sí, pero yo mucho más. Me encanta chupársela a una linda chica. Sí, ahora lo saben. Le lamí la conchita a Anabella que me hubiera quedado ahí una noche entera. Lo único que me hizo ceder fue el pete que comenzó a hacerme ella. Y también eso lo sabemos todos. Hay una instancia en la que no se puede tolerar más. O se acaba ahí o se calza un pilotito y al agua pato. Delicadamente se lo pregunté y se rió mientras me decía: ay, no seas chancho.
Ok. Piloto IN. Hacia allí fuimos, un primer ratito de misionero. Que hermosura. Sentía esa temperatura tan agradable. Esa humedad que tanto bien me hace. Así estuvimos un rato. Después pasamos a la cabalgata de ella. La sensación fue igualita a la de estar cogiendo con una novia. Qué riesgo. Cuánta chance de enamorarme y de sufrir. Qué falta de sensatez la mía. Tuve miedo de tener sensaciones que no venían al caso. Estuvimos así un buen rato y Anabella acusó un orgasmo. Creerlo o no es algo que hace tiempo he dejado de tratar de responderme. La que se lo goza, bien por ella; la que no lo tuvo, quién sabe para qué lo mintió? Mucho más en estos casos. Así que sólo ella lo puede saber.
Seguimos así, pero ya a otra velocidad y ahora en esa posición era yo quien ejercía la penetración. No ella. Como es de las formas que más me cansan y menos disfruto, opté por volver al misionero, sólo que ahora con sus patitas contra mis hombros. Bomba. Bomba, bomba. Bomba, bomba, bomba, bomba, rugido de león. El lechazo que me sacó esta chica hacía rato que nadie me lo sacaba.
Anabella no relojeó nunca. Se me fue la hora en uno de los mejores orgasmos que gocé en el útimo tiempo. De esos irrepetibles. Esos en los que uno alcanza ese lugar al que quiere llegar. No todos los polvos son iguales. Este lo vine persiguiendo con cierta obsesión. Fue mi Moby Dick de las sábanas. Anabella (Ahab) lo persiguió y lo encontró. Pueden ustedes llamarme Ishmael.
Sí, muchachos, hacía mucho que no sentía esta clase de conexión en una de mis experiencias. Me la venía debiendo.
Por única vez, les pido que entiendan que este no es un cuento que lo invento yo. Me fui felíz, cantando un tema de Babasónicos.
Gracias, Anabella, que preciosa esta locura!
Carlos Labanca
PD Es completa, pero no tuve tiempo de hacer uso. Qué insensatez con tremenda cola, no? La hora $200, completa.
Última edición por carlos_labanca; 16-Mar-2010 a las 23:39