Ahitana y la frescura de los 20 años bairesgirls

Como dice Ernesto Sábato en su famoso libro El Túnel “A veces creo que nada tiene sentido. En un planeta minúsculo, que corre hacia la nada desde millones de años, nacemos en medio de dolores, crecemos, luchamos, nos enfermamos, sufrimos, hacemos sufrir, gritamos, morimos, mueren y otros están naciendo para volver a empezar la comedia inútil.”

Quién sabe si dentro de su clásico pesimismo Don Ernesto tenga algo de razón. Tal vez los momentos felices que atravesamos sean apenas una mera distracción en una vida destinada al sufrimiento. O quizás emprendamos una búsqueda de placeres efímeros sólo para narcotizar la mente con la intención de evadirnos. La belleza femenina tal vez sea la mejor forma de evasión. Mujer joven, bonita y predispuesta al buen sexo, serían características ideales en esa búsqueda. Tratando de darle una identidad precisa a esas cualidades di con la publicación de Ahitana. Las referencias parecían buenas, incluyendo un reciente relato del querido MarcDorcel. Le escribí a la niña por WhatsApp y combinamos una cita.

Ahitana no maneja el teléfono. Una recepcionista la coordina. Agenda las citas y baja a abrir la puerta. Sin embargo, supongo que no es sólo eso. El teléfono de Ahitana ya lo tenía registrado en mi agenda, desde hace varios años, con el nombre de otra escort que, casualmente, trabajaba en ese mismo departamento. El modus operandi era el mismo. A buen entendedor... Así que cuando me pasaron la ubicación por WhatsApp la locación ya me era conocida.

La entrada y salida del edificio es un poco (para decirlo en buen criollo) a la buena de Dios. Uno depende que te baje a abrir la recepcionista o aprovechar la eventual entrada y/o salida de algún buen samaritano que se apiade del "pobre muchacho que viene a coger". No tuve esa suerte a la entrada. La recepcionista tuvo que bajar y me avisó que Ahitana me esperaba arriba.

El lugar es bastante deprimente. Viejo y oscuro. Va empeorando a medida que uno se adentra en el edificio. Para que se entienda. El palier es más feo que la fachada y el departamento es más feo que el palier. Todo en penumbras. Cualquier tipo de iluminación que uno pueda encontrar es artificial. No existe la luz natural. Afuera bien podría ser un mediodía de verano o una madrugada de invierno que el hipotético ocupante del inmueble no notaría la diferencia. Se hace difícil describir detalles exhaustivos con la poca iluminación del lugar. Básicamente la acción transcurre en la habitación de Ahitana, un lugar tan oscuro y desordenado como el resto del departamento y las esporádicas salidas serán para ir al baño. Camino a este se puede visualizar una especie de cocinita separada por una cortina y dónde se esconde la recepcionista cuando está dentro del departamento. El baño no desentona con el resto del lugar. El termotanque pegado al lavabo y una bañera con duchador. Las toallas se encuentran en una repisa debajo del termotanque. Si bien se notaban limpias, secas y cuidadosamente dobladas el intenso uso y los sucesivos lavados las hacen bastante impresentables a la vista. Traté de elegir la menos deteriorada. Tarea que no fue fácil.

Ahitana es una linda pendeja de 20 años, simpática y con esa espontaneidad propia de la edad. No esperen encontrar a la mina que aparece en las fotos. Las imágenes de la publicación están retocadas para profesionalizarlas y exhibirlas con un excesivo glamour. Sin embargo, Ahitana es una mina atractiva. De cuerpo natural y libre de imperfecciones. Un hermoso par de tetas, completamente adaptadas para ese cuerpo, le dan ese toque sexual que anula cualquier ápice de inocencia que pudiera aparentar. La ausencia de tatuajes permite disfrutar de la vista de ese tentador cuerpo, apenas salido de la adolescencia. De sonrisa fácil y carácter desenvuelto te hace empatizar apenas la ves. Esa frescura típica de la edad, que te libera de toda racionalidad, y que contrasta con el pesimismo de mi admirado escritor de “Sobre Héroes y Tumbas”

Me recibió con muy buena onda y una amplia sonrisa. Muy compradora la pendeja. Cumplidas las presentaciones de rigor, y después de la higiene, estábamos listos para dar rienda suelta a las artes amatorias. Se me vino encima, me pasó los brazos alrededor del cuello y empezó a besarme. Da lindos besos, no son del todo profundos pero cada tanto manda algo de lengua. Posteriormente en pleno acto, y algo más excitada, la vi soltarse mucho más. Tiene un servicio tranqui. No esperen una bestia que les pase por encima. Mientras nos besábamos metió la mano por debajo del calzoncillo y me agarró la pija. Acompañó los besos con una suave paja. En un acto reflejo metí la mano por debajo de su tanga y la acaricié despacio. Se desabrochó el corpiño. Fue una invitación tácita a chuparle las tetas. Claramente uno de los puntos destacables de su físico. Le pasé la lengua por los pezones. Alternadamente fui lamiendo en forma pareja ambos pechos. Ahitana se arrodilló y se llevó la pija a la boca. El espejo que está al lado de la puerta reflejaba mi imagen recibiendo placer de esa linda pendeja que con movimientos oscilantes desplazaba su cabeza hacia atrás y hacia adelante llenando mi verga de saliva.

Fuimos a la cama. Siguió con el oral, poniéndose de costado para que su culo apuntara en mi dirección. Ahitana es predispuesta, jovial. No es novata a pesar de su juventud. Sabe que les excita a los tipos No es nada guarra pero dentro de sus límites se adapta al gusto del cliente. Tiene esa espontaneidad que por ahí en mitad de la chupada te busca la boca para besarte y después continúa con su tarea. Detalles boludos que desde mi punto de vista suman muchísimo. Colocamos preservativo y ensayamos algunas variantes de poses clásicas. Nada rebuscado. Cumple. Después de un rato terminé eyaculando dentro del forro, ella boca abajo y yo acostado encima.

Higiene de ambos y nos quedamos charlando en la cama. Me cayó muy bien. Se notan sus veinte añitos cuando conversa. Es muy charlatana y abierta. Disfruté la charla intergarching. Ya recuperado volvimos a la parte sexual. Después de un buen oral pusimos nuevamente forrito y se subió a cabalgar. Es muy agradable tenerla encima, hamacándose suave, con esas lindas tetas bamboleándose. Me hubiera quedado toda la tarde pero el tiempo es tirano y el turno llegaba a su fin. En este caso fui yo el que relojeaba. Le pedí acabar en la boca. No tuvo problemas. Me sacó el forro, se puso otra vez de costado con el culito cerca y mientras la manoseaba le eyaculé en la boca. Recibió el semen y esperó paciente hasta que mi pija dejara de latir. Se fue con la boca llena a escupir al baño. Ahora sí....consummatum est.

Higiene, despedida con promesa de reencuentro y salí del departamento. Le pregunté si estaba abierto abajo. Me dijo que la recepcionista bajaba a abrirme. Mientras esperaba el ascensor la escuché hablando con otra mina dentro del departamento. Evidentemente la otra persona estaba escondida en esa especie de cocinita detrás de la cortina. Llegué a la planta baja, esperé......y nada. Al final, un buen samaritano (disfrazado de portero) apareció y pude recuperar mi libertad y salir a la gran ciudad. Siempre que fui a ese edificio tuve el mismo problema para salir.

Mientras me perdía por las calles de Buenos Aires, el recuerdo de Ahitana desnuda dándome placer se resistía a abandonar mi mente. Nuevamente me acordé de Sábato: "Vivir consiste en construir futuros recuerdos.” Esta vez, le di la razón.

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