Escort Adara - Recoleta bairesgirls

Esta experiencia es de febrero, pero creo que va a gustarles.
Mandé mensaje sin ninguna expectativa, pero ella, Adara, devolvió el saque con tanta rapidez como creatividad. “Te espero… dejá todo… quiero ser tu mundo… la Vida pasa por otro lado…”, me decía. Argumentos con los que yo concuerdo, pero, no sé por qué, desconfiaba. Quizá era ese “no mostrar la cara” que me frenaba… me dice “soy linda”. Después de todo lo que me había dicho, no dudé: “Lo sé”. Pero seguía intrigándome por qué con semejante cuerpo que parecía que Dios había hecho con sus propias manos, mezquinaba la cara… mi duda máxima era si realmente era ella… estaba mal pensar así? O a ustedes no les pasó mil veces que van y la piba no es, o te dice, una “compañera” ese odioso latiguillo de “justo salió a hacer un domicilio”. Cuestión que dejé de pensar y me sedujo con su buena onda en el chat, esperándome media hora cuando estaba a punto de irse, y, como todo entra por los ojos, esas fotos descomunales más cercanas a estrella XXX que a una escort a la que hombres terrenales pueden acceder.
Llego al depto de Recoleta. Más puntos a favor que inclinaron la balanza a su favor (sumados al peso de las que ya sabemos): me dijo que me abría de arriba y se me abrió el cielo. Para mí, dueño de una gran timidez, fue un bálsamo. Para colmo, el edificio es tranquiliiiiisimo y resulta, créanme, imposible, pero imposible, cruzarse con alguien. Cuestión que llego a la hora acordada, y ya la voz que emitió el portero fue celestial. “Quién?”, surcó el aire una jovencísima y dulce voz. Ya frente a la puerta no podía dejar de preguntarme qué rasgos escondería la morocha… cuando abrió la puerta… cuando la vi… que Dios es argentino no es chiste. El cuerpo ese que ven en las fotos (lo trabaja todos los días… dos veces!... es una fan- fundamentalista del gym), más una cara muy bonita, con unos ojos achinados preciosos. De verdad que no podía dejar de mirarla por lo linda que es. La observé y me di cuenta que tiene más de 30, pero muy bien llevados. O sea, a la genética le agrega dedicación, por lo que la conclusión jamás podría salir mal. No quise preguntarle, ya que me parece una pregunta no muy amena para una chica. Hay más… vestida tranca? Por el amor Dios… me recibió con un baby- doll transpararente negro que hacía vislumbrar un conjuntito blanco que, uno oía, casi mágicamente, a esos breteles llorar de angustia por soportar estoicamente ese peso excesivo…
Mi sorpresa fue mayor cuando empecé el escaneo de esa belleza en mi cabeza. Yo la conocía. Claro que la conocía. Mil experiencias leí de ella pero nunca, nunca, me animé a ir. Es que su figura te avasalla, de verdad. Su personalidad es tranquila, y hasta diría que hay que llevarla, pero una vez que agarra confianza es un placer. En fin, ella es ni más ni menos que la famosa Alanisse, una escort de renombre hace un par de años, el tema es que se fue del país y por eso no la vimos más por acá. Incluso, muy humildemente después, cuando ya charlamos un poco, me dijo: “Yo era un poco conocida antes…”. Una genia. Diosa.
Luego de mi higiene, pasamos a la habitación. Yo no podía creer que estaba con ELLA. De verdad… me sentía como en “Una noche con Sabrina Love”... Estando un poco nervioso, ella no hizo más que calmarme. Parados frente a la cama empecé a besarle toooodo el cuello, a lo cual respondía afirmativamente, mientras murmuraba y acompasaba su cuerpo. Yo ya estaba en slip, ya que previamente, ella me había dicho “sacáte toda la ropita”, con una vocecita que hirvió la sangre y la llevó toda y muy fácilmente hasta el lugar que todos queremos que, en ese momento, vaya. Ahí empezó toda una previa que le dio un salto de calidad al encuentro. Comenzó por agarrarme las manos, en tanto se levantaba apenas el baby- doll de atrá, y llevarlas hasta esa cola bien dura que tiene,. Muchachos: una roca. Después dejó que yo siguiera y tocara esa superficie todo lo que quisiera. Mientras, ella siguió tocándome con las uñas sobre mi cuerpo (pero no arañándome, sino muy delicadamente, con ese roce que creo conocen que, por lo menos a mí, me calienta un montón), para posteriormente meterme las manos en la parte interna de las piernas para apenas rozarme los testículos. Yo la apoyaba y hacía el movimiento como si ya cogiésemos. Ella también se movía… y me encantaba. En eso me detuve, y llevé mis manos desde atrás hasta delante. En ese instante, agachó la cabeza, la subió y me miró, como diciendo: “Querés ver?”… ufff… me acuerdo y se me para… abrí despacito los cordones del baby- doll. Pareceron mil años, de tanta excitación que me causaba. No les miento, temblaba un poco… lo que vi… las mejores tetas que conocí… nada de operación: las de ella son reales y se sienten tan bien al tacto… me cansé de amasarlas, mientras manoseaba con muchísimas ganas una le chupaba los pezones de la otra. Así, varias veces. Hundí mi cabeza en ellas, mientras le saboreaba toda esa grieta (en esta grieta sí que todos coincidimos) y le hice el famoso “brrrrrrr” que tanto (me) calienta. Ella, tranquila, sólo dejaba hacer y disfrutaba que yo disfrutara. Voló el tul negro, la giré apenas y me senté en la cama para besarle, por todos lados pero con suavidad, esa colita hermosa que tiene. La llené de besos y ya no aguantaba más. “Podremos hacer turca?”. “Sí, bebé”, me respondió con dulzura. Se agachó sin drama, me desnudé y me agarró bien la pija para ponerla entre esas tetas gloriosas. Arriba y abajo con rapidez, pero también con lentitud: alternaba como una chica que entiende lo que hace. A los pocos minutos la tuve que frenar, si no, me iba. “Sabés que gustaría que me hagas?” “Que te chupe bien la pija”. Me miró con cara de “canchera simpática” para decirme: “Viste? También leo la mente…”. Me acosté en la cama y se acercó en cuatro patas, como si fuera una leona que venía a devorarme. Siempre sexy, siempre sensual. La chupada fue especial: mucha escupida antes de encapuchar, pero con salivazos que caen como una cascada en cámara lenta… me explico? Cuando te pone el preservativo, tiene ratos que no para y ahí de nuevo tuve que frenarla para pasar al acto. Ella arriba. Ya se imaginan: ver esas tetotas rebotar no hizo que esperara mucho para terminar. Eso sí: me pude dar el gusto. Cuando cabalgaba desenfrenadamente, me pregunta: “Papi, me das la lechita? Quiero que me llenes las tetas de leche…” (me acuerdo y se me para, parte 2) Para qué… salí de garchármela para tirársela toda...
Fui al baño y cuando volví… me esperaba boca abajo… ver ese ojete ahí, todo para mí, no hizo más que empezara a apoyarla como si estuviéramos en pleno garche. Sirvió para que me pusiera al palo enseguida. Me recosté a su lado, me miró y me puso una cara tan de “hacemos otro, amor?”, que no pasó nada cuando ya tenía su mano pajéandome rabiosamente. Cuando estaba lista, me puso el forro y otra vez la chupó con un esmero poco común. Acabé con ganas, con una furía inusitada.
Resumiendo: si les gustan las tetonas, vayan con Adara. Si quieren descargarse en serio, vayan con Adara. En definitiva, si quieren pasarla bien, vayan con ella. Es tierna, paciente y, al mismo tiempo, una bestia física y sexualmente. No se la pierdan. Es satisfacción garantizada.
Por lo que me dijo, está hasta los últimos días de agosto. En mi opinión, para no desperdiciarla.

P.D.: A los que ven porno, para mí es igual a Alexis Fawx, pero con 15 años… así que háganse una idea…

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