Escort Adriana - Tribunales TU COLA ES MI REFUGIO

¡Holas amigos! ¿Cómo andan?

Retomo donde dejé. Después de un tiempo, me guardé. Pero uno siempre vuelve a donde lo trataron bien, ¿nocierto? Cuestión es que repetí accionar con dicha señorita. Y en ésta ocasión, prefiero enfocarme en su servicio-persona-actitud-ganas-vuelvoseguro. Esto fue hace dos semanitas aproximadamente. Quedé con ella con antelación (preferible si lo hacen así, es moyyy ordenada con la agenda, al parecer). Último turno del día. Llego en punto. Me anuncio, me abre desde abajo. A esa hora, casi que ni los fantasmas te saludan en el edificio. Escalera. Golpeo. PUMBA. ¡Bomba! Me come la boca de una (creo que se acordó quién era, o me hice esa película en mi cabeza... eso me predispuso más a gusto). "Bancá que voy antes al baño", le tiro ya semi erecto. Salgo en puntas de pie; vuelvo empelotado. Misma imagen me encuentro al volver.

Acá hago, literalmente, un punto aparte. Me centro en su figura, sus caderas, su colosal trasero, esos pechos que le entran a uno en la mano grácilmente. Todo en perfecta armonía; lo que abunda no daña. Ella es muy agraciada al hablar, también tiene sentido del humor. Ah, sí. El baño lo encontré correcto. Tiene todo, no le sobra nada. Y la altura del lavabo es perfecta para lavar las herramientas antes de usarlas (en caso de que también se quieran adobar los bolines). Ahora sí, dónde nos quedamos? Danza de lenguas, apretones de todos lados, de 0 a xxxkmph en 15 segundos. Se improvisa la faena sobre un... ¡¿Futón?! O lo que quedó de él, pobre desgraciado, ¡las batallas que habrá vivenciado! Al sopi. Misionero-cruzado-perrito-sube. STOP. Lo mejor de su repertorio. Ver esas tetas bamboleándose te deja visco (¿o se escribe con B larga?).

Se pasó la hora garchando más que volando. Elijo el epílogo. Petenusso sin, muy dedicado, salivoso. Me retuerzo del placer. Drenó todo mi pesar hasta el último centímetro cúbico en su boca. Me visto sin aliento, con la noche encima, casi terminando la jornada. Pero el contexto me esclareció algo: "Ey, no estás en la casa de una piba con la cual pegaste onda. ¡Vestite rápido y andate!". Buena suerte y más que suerte. Beso, abrazo. Risitas. Hasta todos los momentos. ¡Chauchis!


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