Escort Beba - Microcentro bairesgirls

Buenas:


Les quiere contar mi experiencia con beba. Si bien se escribió mucho de ella, lo que puedo decir es que me sorprendió su buena onda. Si bien el lugar no es de los mejores, la actitud de ella superó ampliamente mis expectativas. Yo iba a coger y me fui satisfecho. El encuentro fue a puro besos, de principio a fin.



Coordinar con ella fue fácil. Envío mensaje, ella me responde y arreglamos el turno de una hora.


Cuando llego al lugar, me pasa la dirección exacta. Subo y me recibe con un terrible beso, primera impresión: linda, piel blanca, morocha, ojos cafés, 1,65 m. descalza, unas tetas chicas acorde con su cuerpo flaco y un hermoso culo. Aproximadamente de 30 años.


Entramos, le recuerdo que me voy a quedar una hora y le doy el regalito. Me dice que me ponga cómodo y me ofrece pasar al baño. Tomo una toalla limpia, tenía varias y también toallones en un mueble en el baño y me higienizo. Ya había ido recién duchado de casa. El baño con todo lo necesario para la higiene personal. Cuando fui no estaba en las mejores condiciones al igual que el lugar (que parece una oficina), pero safa. Repito lo que dije al principio; fui a coger con una chica que, según ustedes, es de las mejores. Y claro está, cumplió mis exigentes expectativas. Hago esta aclaración porque a muchos les interesa ir a un buen lugar (y a mí también) pero en este caso priorice tener una buena e intensa sesión de sexo.

Empezamos con unos besos bien fogosos, muy profundos y mucha lengua. Me encantó como besa... nos degustamos como quisimos. Le besé el cuello y empecé a bajar de a poco hasta sus pechos, le chupé los pezones que ya estaban re duros. Ella empezó a gemir y me agarraba la cabeza para que me quede ahí, me dijo que siga que le encantaba, estaba como loca. Bajé mi mano izquierda hasta su entrepierna y le mandé mis dedos en la conchita (a esta altura ya estaba toda mojada) sentía el fluir de sus jugos y luego bajé hasta ahí y le corrí la tanga y le lamí su clítoris. Hundir mi lengua en su vagina y se notaba que no daba más de la calentura.

Me tiró a la cama y subió encima mío y me comió la boca. Bajó hasta mí pija y me la empezó a chupar. Me dio una buena lamida de huevos, me comió la verga como quiso. Lo hacía mirándome a los ojos y buscando mi aprobación, esperando que le dijera que me gustaba, pero en realidad le dije que quería coger (si la dejaba un minuto más explotaba en su boca de lo caliente que estaba). Accedió, buscó un preservativo y se subió de frente a mí y me empezó a cabalgar. Mientras nos comimos las bocas, podía ver esa cara de placer que ponía. Le chupaba esas tetitas que estaban deliciosas y ella al oído me decía lo rico que la estaba cogiendo. Y sus gemidos lo confirmaban porque sentía su conchita apretada y húmeda. Luego de unos minutos la acuesto y le empiezo a dar en misionero. Seguía gimiendo cada vez más fuerte y podía ver como sus ojitos se iban para atrás. Ya entregada, me empieza a besar de forma intensa hasta que me vengo con todo en el globo. Me dice “wauuu” y yo le digo, “no sabes las ganas que te tenía”. Mientras se ríe, pero al mismo tiempo no podía ocultar lo colorada que estaba. Para ella quizás fue un polvo más, pero realmente fue un gran polvo para mí.


Nos quedamos en la cama abrazados por un rato. Hablamos un par de cosas y antes de que el silencio incomodo rompa el ambiente que se había logrado (a esa altura la habitación tenía un olor a sexo jajajajaja), empezamos nuevamente. Esta vez ella quiso empezar y me chupo la pija. No costó mucho que se ponga dura, realmente ella sabe lo que hace.


Después la acuesto, le empiezo a comer la conchita por un buen rato. Mientras con su mano agarraba mi cabeza, como si quisiera metérsela a dentro de la concha, ella se retorcía y arqueaba. Gemía y cuando se le iba a escapar un grito se tapaba la boca. Hasta que en un momento me saca la cabeza, me mira a los ojos y me dice “hasta acá llegamos”. Subo y la empiezo a besar. Le digo al oído que quería hacerle la colita, ella se ríe y me dice que sí.


Fue hasta la mesita de luz a buscar gel y se lubricó. Se puso al borde de la cama, en cuatro, y yo parado en el suelo. Con sumo cuidado se la fui metiendo en el anillo, hasta ingresó la mitad de mi pija en él. Que linda y apretada que estaba esa cola, empecé a ritmo lento y luego fui aumentando la intensidad del bombeo. Ella gemía y se agarraba fuerte de las sábanas. Le pregunté si estaba todo bien y ella me dijo que siguiera. Así me estuvimos varios minutos y antes de terminar le separé las piernas y le mandé mis dedos en su conchita (toda empapada) y mientras le seguía bombeando el culo. Que placer sentir su orificio todo apretado, mojar mis dedos con su concha mojada, verla agarrarse la cabeza y escucharla gemir y gritar mientras ambos emanamos por los poros de nuestros cuerpos sudor de placer.
Nos acostamos los dos en la cama un rato para recuperar el aliento. Luego paso al baño para refrescarme. Mientras me cambio, ella seguía acostada. Me acerco a la cama, le hago saber que la pasé muy bien en la hora que estuve con ella. Se levanta, me acompaña hasta la puerta y me despide con un beso.


Como dije al principio, se escribió mucho de ella, pero yo quise dar mi visión de las cosas. Resaltar su servicio por encima de todo. Por eso fui detallista. No sé si con todos es igual, se nota que es una chica intensa cuando lo siente. En mí caso hubo una entrega al 100% y por eso siento que no se guardó nada.



Seguramente reincida más adelante porque por los horarios se me complica.


Saludos

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