Escort Eli Marstar - Microcentro - Los gustos hay que dárselos en vida

Buenos días colegas, cómo va? Paso a contarles mi experiencia con Eli, ocurrida en el mediodía de ayer.

Coordinar fue medio un bardo, pero por circunstancias excepcionales: habíamos hablado hace semanas y después entre que tuve que viajar y que la semana pasada tuvo algún tema y no pudo, quedamos para ésta.

Pactamos una hora, y llegué 20 minutos tarde. Mala mía. Me pidió que le avise cuando estuviese y bajó a abrir vestida con un shortcito y un top que dejaba ver una figura más que armoniosa, al borde de lo voluptuoso. Ayuda la altura (cerca del metro setenta) para completar un lindo paquete.

El departamento, de ella, ordenado, limpio y con buena atmósfera. Paso velozmente al baño a repasar: cuando vuelvo, me espera sentada en la cama con la tanga nomás. Arrancamos con unos besos, seguí por sus pechos (operados, duros y preciosos) y seguí hacia abajo para llegar a su concha chiquita, bonita, depilada y súper fresca.

Le hago un rato de sexo oral, alterno con la lengua en el culo. Parece gustarle. Me viene a buscar y me hace un Pete muy bueno, yo parado al borde de la cama y ella en cuatro patas arriba. Me acuesto y sigue: me mira con la pija en la boca y sigue chupando. Pasa un ratito y ponemos forro, se sube y me cabalga sin miramientos.

En un momento me pregunta si quiero darle por el culo. Entiendo que cobra un adicional pero por la serie de enredos de la coordinación, una de las veces que me canceló me prometió que lo incluía en el servicio. Me aferré a ese cupón de promo con la vida y no dude un segundo en hacer uso.

Acá comprobé que le gusta más el anal que el arroz con pollo. Me cogió -porque las riendas las tomó ella- implacablemente con ese culo divino. Le pedí que se ponga de espaldas para ver cómo le entraba y desde el segundo gol a Francia que no veía algo tan perfecto.

Me pide que sigamos en 4: sus deseos son órdenes. Un ratito y hacemos misionero por el culo. En un momento me mando con demasiada vehemencia y le duele: paramos un segundo y fue como cuando estás probando con una novia. Esa situación de cuidado dentro de una sesión de sexo desenfrenado me transportó bien afuera de lo que era: una transacción.

Me saqué el forro y me peteó hasta que acabé. Me di una ducha rápida y salí a las calles del microcentro con la sensación de que hay que tener cuidado porque Eli Marstar es adictiva. Consúmase con precaución.

Link a la publicacion en BairesGirls

Escorts Capital Federal (CABA) - Escorts Microcentro - bairesgirls