Candela - Microcentro fueguito caribeño y buenos masajes

Espero que estén disfrutando de la vida!
Aprovecho para agradecer sus siempre generosos consejos.
Coordinar con Candela es muy sencillo, cero vueltas. Arreglé de un día para otro, por preferencias mías, ella organiza con una hora de antelación, pero hay días que esta muy solicitada y si tenes horarios ajustados puede complicarse. En cualquier caso ella te contacta 30 minutos antes para confirmar o liberar el turno, así que también puede funcionar contactarla de emergencia, pero no lo prefiero.
En la puerta te piden el DNI y te indican, sin vueltas, donde es - es en la planta baja, por lo que segundos después del DNI ya esta con ella.
Golpeo la puerta y desde adentro responde con alegría 'ya va amor' se escucha el taconeo y te abre la puerta.
Me recibe en ropa interior negra, dos piezas deportivas, de esas elásticas sin broches, y zapatos negros de tacos muy altos.
El lugar es amplio y cómodo, en la pieza tiene una heladera de la que saca una botella de agua qué me ofrece y abono el regalito, me besa, me da una toalla limpia, un jabón nuevo de hotel y me acompaña al baño. Desde el primer momento piropea y coquetea, me acompaña al baño preguntando cosas tentadoras como 'todo eso es para mi???'. Es muy pícara y juguetona.
El baño bien, también amplio y luminoso, es de esos baños adaptados, el agua de la ducha bien, con buena presión y temperatura. Se ocupa de que todo sea cómodo.
Candela es muy bonita, mulata, de más o menos 1,65 con tacos qué la hacen parecer alta. Es armoniosa, delgada, con una pancita qué no desentona, de lindos pechos con negros pezones y un culo precioso, no muy grande pero destacado. Tiene un culo precioso, de tamaño correcto. No podía dejar de amasarlo, de contextos fuerte sin ser una piedra. Tiene una sonrisa preciosa que resalta en su rostro exótico, de nariz pequeña y ancha y unos labios carnosos y húmedos. Me gusta.
En la acción es cálida y extrañamente respetuosa, pide confirmación para todo y acepta con alegría casi cualquier pedido -excepto la cola-
Nos besamos abrazados y se arrodilla para hacer un pete decente, correcto, no espectacular pero bien, igual es muy sexy verla de rodillas, besando y chupando, limpiando permanentemente los excesos con una pila de servilletas prolijamente apiladas en la cama.
Con mi permiso, enfunda un dedo y mientras chupa juega con mi asterisco.
Después de un buen rato de faena, la recuesto en la cama y devuelvo favores orales, beso su rica conchita, pequeña y morena, lengüeteada de asterisco, limpio, sabroso. Decido no dedear, si no habrá anal, prefiero no entusiasmarme.
Luego de un rato me pide que la coja, cosa que hacemos con sorprendente ímpetu. Sorprendente para mi, estoy muy muy muy lejos de ser un atleta, pero ella te va llevando. Comienza ella arriba, en distintos ángulos de modo que puedo de a ratos besar sus pechos, de a ratos darle chirlos en la cola, de a ratos bajarla con fuerza de la cintura. Se banca todo, lo celebra y redobla la apuesta metiéndole más intensidad.
Me pide que le de en cuatro, le doy el gusto, de pie en la esquina de la cama, su conchita lubrica, late y aprieta varias veces, y le doy cada vez más fuerte Luego de un rato la recuesto en la cama y le doy en misionero con amorosa furiosa. Su masaje de próstata me dejó muy al palo y a la vez un poco bloqueado, ya pasaron cuarenta minutos, sigo como una piedra y sigo dándole durísimo pero no sale ni una gota y me empezó a cansar. Ya no estoy para tanto traqueteo. Me detengo y le pido que me de una manito.
Me recuesto de espaldas, me la chupa con delicadeza, me pajea con fuerza y termino en dos labios. Ella deja caer mi simiente en los huevos, me limpia con una servilleta, y me invita a lavarme. Me tiembla todo, apenas puedo caminar derecho. Una genia.
Luego del baño, ya casi no quedaba tiempo por lo que le digo que nos hagamos unos mimos, retruca ofreciéndome unos masajes qué acepto.
Para mi sorpresa los masajes fueron excelentes, tiene fuerza en las manos y su técnica es buena. Alterna los masajes con unas fuertes elongaciones qué vienen muy bien.
Me visto mientras charlamos de todo y de nada y nos despedimos con besos y abrazos.
Los quise.

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