Escort Fiamma - Microcentro. Siempre bien dispuesta y atenta para el disfrute.

Buenos días amigos. Continuando con la actualización de experiencias, una dama que suelo visitar es ´Fiamma´, y luego de su ida del depto., que ocupaba en Tribunales, tras haber sufrido un robo de sus cosas, me dice que estaba en clásico edifico ´gatero´, de Maipú casi Corrientes. Y hacía allí me dirigí, en horas pasadas el mediodía, a poco de empezar su jornada de labor. Ya saben la visite en varias oportunidades, la primera de ellas, que refleje en la experiencia&#xxxx;..
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Y como dije es una dama especial, de trato afable, pero puede ser cortante y directa. Conmigo se lleva muy bien, y entiendo su particular humor, a veces caustico e irónico, que no deja de expresar también una forma especial de defensa. Para quienes no la conocen, es alta, cerca del metro setenta, contextura mediana a grande. cuarenta y poco de de años. Ojos claros, hermoso verde, de mirada penetrante y claramente escrutadora, capaz de descubrir el ´perfil &#xxxx;del cliente con un vistazo. Cabello negro, que contrasta bien con su piel muy blanca, y prolijamente arreglada y gustosa en producirse también con pelucas. Admite que tiene algún kilo de más pero no le molesta, es más luce con orgullo su figura, que en su talla, a mi gusto esta muy bien. Inclusive se atreve a algún chiste mordaz sobre el tema que demuestran su particular humor. Su figura luce ´potente´ para el amor.
Toco en su depto., y me hace pasar. El lugar es muy confortable, mejor que el anterior. Como la mayoría de los deptos., del edifico. Monoambiente con todo lo necesario. Pegado a la entrada, el baño, completo con todo lo necesario, y pequeña cocina con algunos enseres, necesarios para tal función. Amplia cama, con tele fija a la pared en una esquina, un sillón con mesa y espejo frente a la cama. Casi perfecto. Ataviada con remera, sin sostén, y calza negra, que destacaba su pronunciada cola. Bien maquillada, sonoro beso me da cuando entro, y comenzamos a platicar sobre su mudanza, los inconvenientes que tuvo en el lugar anterior y circunstancias del ´metier´ que nunca faltan. Paso al baño, repito la higiene para comenzar con el objetivo de mi visita, mientras reduce la luz haciendo más confortable el ambiente. Comienzo con los besos, y la dama se deja llevar. Ni ´come hombres´ ni nada que se le parezca, sabe adaptarse a los gustos del cliente, y conoce mi estilo. Se deja llevar. Vuelan las ropas de ambos, y ya en la cama, voy por sus pechos, verdadero punto sensible de ella, y luego su sexo, siempre impecable y sin olores. Tiene varios tatuajes muy destacados, que tienen su historia particular, pero no molestan. Me dedico a su sexo un buen rato, y se relaja, demostrando lo disfruta. Luego, salida de la posición, me dice ´ahora me toca a mi´, y me dedica un muy buen oral, que es una de las notas que la destacan. Recorre el miembro, juega con el semen, que a esa altura salía con abundancia, alterna ritmos, y lo engulle casi con fruición. La dejo un buen rato en ese menester, tratando de encontrar la fórmula para eternizar algunos momentos, pero sin poder hallarla todavía, le digo sin media tintas: ´te quiero coger´, previo con destacada habilidad había puesto el preservativo, casi sin que me diera cuenta. Así que listos para el siguiente paso del encuentro, la coloco sobre mí, para penetrarla. Y así comenzamos, largo rato cabalgándome, cuerpos unidos, bocas también, y estimulando sus pechos, medianos, reactivos, placenteros. Con palabras calientes, pronunciadas por ambos, me pide vaya arriba de allá, y obediente cumplo. También me sujeto al ritual de la posición, alterno ritmos, voy cambiando ángulos de penetración, hago sienta las contracciones de mi pene, como si eyaculara, y le pido se ponga de espaldas, para hacerlo tipo ´perrito´. Hermosa vista de su intimidad. Golpeo con mi pene ambas aberturas, y sigo por su vagina. ´Como me coges, que hijo de puta´, escucho, en esos insultos que el momento presentan como los mejores halagos que podemos oír por nuestra tarea. Ya cumplida la hora, lento retira mi pene, se arrodilla, y pide me estire sobre la cama, quita el preservativo,&#xxxx; ´quiero mi desayuno´, dice, y vuelve al oral que sabe ponerme a mil. Otra vez, recorriendo el instrumento, salivándolo, agarrándolo firme en la base, mientras succiona el glande, hacia todo lo correcto para que explotara en su boca. Y yo no encontraba tema que intente pensar para distraerme en ese momento retardando mi orgasmo, así que me entregue a sus habilidades hasta que descargue en buena cantidad en sus fauces. Rápido va al baño a escupir, mientras trato de reponer fuerzas del trajín. Vuelve a los minutos, luego paso yo. Y repetimos la conversación que siempre solemos tener, afable y distendida. Sobre banalidades siempre presentes, luego abono lo pactado, nunca lo pidió. Y tras lindo abrazo y beso, me despido con promesa de futura visita.
En suma amigos, ´Fiamma´, con méritos ganados por su servicio, y conocida en el foro, revalida los elogios por su servicio, siempre atenta, con un estilo particular, que no me canso de re descubrir.
Saludos y hasta la próxima.

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