Cloe… una chica de barrio para ponerse de novio. Fotos y videos en autoMP

Esta experiencia es de hoy por la mañana. A Cloe no la tenia en el radar. Un colega le escribió una buena XP. Busque jurisprudencia. Un montón de buenas XP, incluidas las de algunos peso pesado como Martingroso, Carlos297, GG y perotti. No se cómo se me paso. Encima tiene su nidito en uno de los míticos departamentos de Marcelo T al 900. Si 25 de Mayo es la embajada guaraní, este podría decirse que es el consulado. Reserve turno para las 11. Ningún problema. Bajo a buscarme previo aviso que estaba abajo, con un shorcito que preanunciaba un culito para quedarse a vivir. La primera impresión fue de una chica de barrio, jovencita, pelo largo, carilinda, no demasiado alta, y con una simpatía que se reveló desde la recepción, con un saludo afectuoso como si me conociera de toda la vida. Los besos empezaron en el ascensor, profundos, entregados, con mucha lengua. Ya en el departamento nos desnudamos y comenzamos una franela onda novia caliente. El departamento ha sido ampliamente descripto, una cama grande, un sofá, un televisor en un canal de música, espejos varios (Los de la puerta del placard hace mas de un año que esperan ser cambiados). Por lo demás está limpio y ordenado. Después de una hermosa franela acariciando básicamente ese culito redondo, durito y paradito que es su marca de fábrica, y sin descuidar las tetitas medianas, paraditas y duras, me invitó a ir a la cama. Seguimos con la franela y comenzó a acariciar peligrosamente al amigo con la mano y con la boca. Yo me conozco, mi arcabus es de un solo disparo y no estaba para desperdiciarlo así como así. Esta mina es un “bocatto di Cardenale” y merece ser explorada a fondo. Le pedi que se cruzara en la cama, la acomodé, y de rodillas como un penitente rezando, le lami la concha con dedicación casi religiosa hasta que tuvo o fingió un orgasmo que me puso al límite. Patitas al hombro, y le perdí al amigo en esa conchita de pendeja (aunque no lo debe ser tanto porque tiene un delicado rastro de maternidad que pasa desa percibido). No tarde mucho en acabar. Sin embargo siguió con la franela bajando los decibles hasta que mi corazón recuperó su ritmo normal. Higiene y una charla agradable sobre temas personales – vacaciones, hijos, las fiestas, mientras nos vestíamos sin apuro. No relogio para nada y por suerte me acorde del gift que tampoco me pidió. Hubiera sentido vergüenza si me lo tiene que pedir. Me acompañó hasta la puerta, un piquito de despedida y me fui con ganas de volver.

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