¿El mensaje rompe las reglas?
Reporta a Lord Carrington
[XP] Lupe: Creí que me iba a encontrar una leona y me encontré una "gatita mimosa"
30-Oct-2023, 19:57
Las expectativas, generalmente, suelen hacer cortocircuito con la realidad que la contrasta. Máxime en el aspecto sexual. A pesar de mis años de frecuentar damas, tanto del rubro como fuera este, no aprendo está sencilla regla. Tan simple como útil.
No tengo escort de cabecera. Para algo medianamente fijo están las civiles. Justamente lo bueno de este submundo es la posibilidad de alternar y buscar novedades. Sin embargo, visito con cierta frecuencia a un par de escorts. Una de ellas, con la que me llevo muy bien, es el tipo de mina que te coge ella a vos. Generalmente, después de una chupada de pija entre guarra y sensitiva, me pone en forro y se me monta encima con ímpetu, buscando más el placer de ella que el mío. Son esas minas que cogen con ganas, más allá de quien sea su circunstancial compañero de cama. La verdad, me encanta esa actitud (no rompan los huevos, no voy a dar el nombre). Quizás, algunos títulos rimbombantes en las experiencias de Lupe, me llevaron a creer que la dama pertenecía a esta clase de escorts. Alerta spoiler: Nada más alejado de la realidad, al menos conmigo.
Con esta idea en mente decidí escribirle. Combinamos rápido para dentro de unas horas. Edificio sobre la calle Maipú. El más cercano a Corrientes. Ya había estado en ese lugar. Edificio básico, tirando a viejo. Arquitectura chota. Doble puerta, la exterior de rejas, dónde siempre se traba la llave y uno tiene miedo de quedarse sin coger si está afuera, o peor aún, quedarte dentro del edificio encerrado, una vez terminado el idilio amoroso. Le avisé a Lupe que estaba abajo. Me dijo que venía a abrirme. La incómoda espera siempre es al lado del tacho de basura. Al rato vi venir a una rubia. Mina bonita y elegante. Treinta y pocos. Un físico muy armónico, natural y con formas delicadas. Bajó a abrir vestida con un estilo muy de oficina. A pesar de la discreción su belleza no pasa desapercibida. Para los que busquen estilos más de vedette Lupe no es la indicada. Es delgada y con curvas sutiles. Un físico agraciado por genética, más que por ejercicio. La cabellera rubia cumple con el estricto cliché de la compañera cheta de laburo que uno tiene como objetivo cogérsela. Punto en contra: Bajó con su anterior cliente, de quien se despidió con un beso en la mejilla. Cuando el susodicho se alejó cruzamos miradas, le sonreí y subimos. Es una mina simpática. La charla fluye naturalmente. No exagera, es medida. Posteriormente podría ratificar que en el aspecto sexual es igual.
Como en un cuento borgeano me pareció tener un déjà vu al subir el ascensor y entrar al departamento. No era el mismo lugar aunque sí muy parecido al que ya había estado con la otra escort. Un monoambiente con el baño al lado de la entrada y el resto bastante similar a lo que había visto en mi anterior visita. Como en un universo paralelo, ciertos aspectos no cuadraban con el otro departamento, aunque mi mente caprichosa trataba de reconstruir el rompecabezas de las diferencias, por más que se tratara de dos lugares distintos. Me di una ducha y cuando volví Lupe estaba en tanga y corpiño. Me gustó mucho. Muy armónica. Esas minas que son como una especie de comodín que se adapta a cualquier situación. La ves en ropa interior y te deja la pija dura como una estaca pero la podés llevar al Colón a ver una ópera de Wagner que no va a desentonar en el ambiente.
Empezamos a los besos. Me desconcertó su accionar. Yo me imaginaba que me iba a encontrar en medio de una película condicionada y arrancamos como en una novela romántica de la tarde. Lento, suave, pausado. No estuvo mal pero iba preparado para el “modo hardcore” que nunca encontré. El oral fue dentro del mismo estilo. Ella se arrodilló y se metió la pija en a boca mientras yo estaba parado. Después pasamos a la cama. Estuvo un rato chupando. Pusimos forrito e hicimos algunas posiciones clásicas. Lupe montando es atractiva pero no te cabalga con convicción. Más que una jineta domando un potro salvaje parecía una nena paseando en un poni. En fin, misionero, en cuatro, patitas al hombro. Mi accionar era el de un burócrata que quiere cumplir con todo lo estipulado y tacha en la lista lo que va haciendo. Y acá me atribuyo completamente la responsabilidad por mi apatía. Lupe le estaba poniendo más onda que yo y cumplía con celeridad cualquiera de mis pedidos. Finalmente, mientras le daba en cuatro largué en guascazo adentro del forro. Limpieza de ambos y nos quedamos charlando en la cama.
La charla con Lupe fue productiva para desarticular el chip que erróneamente había programado en mi cerebro. Me permitió poner la mente en blanco y empezar de nuevo de cero, sin preconceptos. Pude poner en la balanza los aspectos positivos de la escort real, que poco se parecía a la escort fantasma que yo mismo había inventado. No quedaba mucho tiempo. Ella me propuso seguir. Sabía que no iba a llegar así que le pedí solo oral, Se puso de costado y mientras le manoseaba el culo ella empezó con un pete suave. Me relajé y me dejé llevar. Cuando sentí que estaba listo le avisé que acababa. Aceleró el ritmo y le dejé en la boca el fruto de mi excitación. Esperó que salga la última gota y fue a escupir al baño. Nos duchamos y nos cambiamos sin ningún apuro. Me acompañó hasta la salida y nos despedimos. No vi a nadie en la puerta esperando. Quizás, por el horario, el mío haya sido el último turno.
Caminé un par de cuadras hasta la boca del subte, que indiferentemente me deglutió y, más cerca de las entrañas de la Tierra, emprendí el viaje de regreso a mi hogar junto con el resto de almas perdidas que a diario vagamos por la Ciudad de Buenos Aires.
Debes estar registrado/a para otorgar reacciones
Link a la publicacion en BairesGirls
Escorts Capital Federal (CABA) - Escorts Microcentro - bairesgirls