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LUPE, LINDA NENA

Lupe es una de mis nenas de cabecera y la visito con cierta frecuencia. No es tremenda, no es una fiera, pero me encanta su servicio: besa a full, es simpática, quiere que los pases bien y siempre me recuerda a esas jóvenes mamás de unos 30 años a las que uno conoce en la escuela de primaria de los nenes y que estás loco por cogerlas.

Después de varias visitas decidí reservar una hora para conocerla en su totalidad, es decir, para hacerla la cola ya que por unas razones u otras no había probado ese culito divino que tiene. Normalmente solo hago uso del ogt con nenas de estilo más guarro, pero esta vez fui decidido a disfrutar con la retaguardia de Lupe. Apartamento en Maipú y Corrientes y solo me molesta que baja a buscarte y mientras tenés que estar disimulando en la lotería de al lado. Baja con unos jeans ajustados y me relamo pensando en la colita que me iba a comer.

Subimos, paso al baño y cuando salgo ya está entangada y con corpiño. Nos besamos a fondo y recorro sus tetitas y todo su cuerpo mientras que saca la poca ropa que me quedaba. Sentado en el sofá, se arrodilla y me la empieza a chupar con ganas. No es la reina de la felación, pero se defiende y como tengo turno de 1 hora, la dejo hacer sin prisas.

Después de unos 15 minutos, me dice ”¿cogemos?” y le digo, no Lupita, hoy vengo a por tu cola. “¿No querés ir primero por la concha?”. Y me sale el lado sucio y la contesto que no, que hoy quiero romperla el culo. Me sonríe pícaramente, me dice que hoy estoy vicioso, agarra forro y se pone y me pone gel y dice “¿en cuatro?”. Obvio, la respondo.

Costó un poco meterla, es de culito fino y no da demasiado la cola, pero con ella moviendo las caderas, entró toda. Y a partir de ahí fue una maravilla. La agarré por las caderas y la serruché a full, el plaf, plaf de mis caderas chocando con su culo se mezclaba con su “dale, dale, bebé” y con algún chirlo que le daba. Unos 15 minutos de anal y ni una queja. Y todo viéndolo en el espejo lateral. Cuando vi que me venía la pedí que me acariciase los huevos y exploté.

Un polvazo anal que, a mis años, me dejó exhausto y caí agotado en la cama. Quedaban unos 20 minutos en lo que todo lo que pude hacer es recuperarme y darnos algunos besos postsexo.

Como os decía la nena es, para mí, estupenda. Me contó que trabaja hasta fin de mes y luego se arreglará un poco el culito para estar todavía mejor.

Abrazo.

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