Otra vez con Cielo esta vez con una fantasía. Fotos y videos para admirarla

Hola Colegas. Volví a visitar a Cielo, la vedetonga, esta vez con una fantasía. Voy a tratar de hacerla corta. Sobre la mina y el lugar ya me explaye en mi XP anterior, hace algo mas de un mes, asi que no voy a volver sobre esto. Reservé turno y me fui al apart de Esmeralda y Paraguay, donde, previo registro de documento en la entrada, me dirigi al primer piso donde anida la niña. Me recibió con besos y mimos, En esa especie de traje vaquero que esta en las fotos, y unos zapatos de tacos que la hacían parecer altísima. El trajecito, muy lindo, volo casi de inmediato, lo mismo que los zapatos. Así, en pelotas, aún descalza, la morocha sigue siendo avasallante. Como dije en mi anterior experiencia, no es para principiantes. Después de recorrerle todo el cuerpo con las manos, cara y lengua, le explique mi fantasía, a la que accedió sin problemas. Había llevado un par de corbatas y un pañuelo de cuello para el evento. Me tapó los ojos con el pañuelo, me ato las manos sobre la cabeza y a la almohada con las corbatas, y comenzó su magia. No podía ver nada ni hacer nada con las manos. Solamente sentir. Y así comenzó una experiencia alucinante. Podía sentir como me recorría con las manos y la lengua el cuello, el pecho, el vientre, las ingles, las piernas. Al no poder ver era sorprendente y electrizante a la vez. Parecía que los otros sentidos se afinaban. La manos atadas me hacían perder la noción de espacio, Solo podía adivinar donde estaba por los roces de mano, lengua y el resto del cuerpo. En cada roce yo que trababa de adivinar que parte de su cuerpo era y me calentaba más y más. Si hubiera podido le hubiera llevado la cabeza a la poronga que ya palpitaba. Pero ella se entretuvo bastante tiempo sin tocarla, dedicada a otras partes del cuerpo incluidos los gobelinos. Finalmente comenzó con el amigo, no sé si con la mano o la boca, o las dos al mismo tiempo. Atado como estaba y gimiendo como un burro, no pude pararla y acabe demasiado pronto para mi gusto. A mi me gusta estirarlo. No se si fue en la mano o en la boca, si la trago o la escupió. Sentí que me limpiaba la pija y continuaba con la paja o el pete. Cuando la poronga estuvo nuevamente al palo me puso el pilotín, se subió y la cabalgo un buen rato hasta que me saco el segundo. Quiso seguir, pero dije basta, desatame porque no doy mas. Me saque la venda y ahí estaba ella, con sus enormes tetas, cagándose de risa. Todo parecía un sueño. A Ella se la veía muy satisfecha del deber cumplido. Pero más satisfecho estaba yo, porque me hizo sentir cosas un poco distintas a las habituales. Aboné con gusto el gift mas una propina, unos besos a full y abandone ese templo de placer.

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