Escort Mica - Microcentro bairesgirls

Paseando por Capital Federal con ganas de arrancar bien el día, me topé con Mica. Como vengo con suerte en los piletazos pedi info. Por el mapa, parecía un edificio cerca de Esmeralda y Lavalle, justo donde tuve una XP con un culo hermoso. Me confirma que atiende a la hora que propongo, reservo y me mando. Al llegar, confirmo mi sospecha: mismo departamento, baja Mica. Sorpresa de las buenas, porque al conocer a Mica me encuentro con otro culazo increíble. ¿Es este un refugio secreto de mujeres con culos perfectos? Si es así, deberían declararlo patrimonio de la humanidad.
Me hace pasar a la habitación y agradezco que el aire acondicionado esté a full, porque justo ayer a la tarde hacía calor y con mi tendencia a sudar como un chancho, la cosa podía complicarse. Ya habiendo pasado por el baño, le pido que se desnude para satisfacer mi faceta de mirón jeropa. Se saca la ropa sin vueltas, y lo que veo es una postal erótica de primer nivel: cuerpo bien armado, tetas medianas naturales y una conchita que invitaba a perderse en ella. No me hago rogar y arranco con una sesión intensiva de cunnilingus hasta que mi lengua se agota y pide tiempo. Después de un rato de besos intensos y mimos, viene lo mejor: el pete. Y qué pete amigos. Juega con los labios, la chupa con dedicación, mirándome fijo a los ojos como si me leyera el alma (o la pija, en este caso). Tiene técnica, ganas y un ritmo perfecto. Me la estaba dejando al borde de acabar cuando, en un movimiento ninja, se pone en cuatro y en menos de un segundo me calsa el forro como quien ata los cordones sin mirar. Sin preámbulos, le entro con ganas. La vista de ese culo es una locura, algo que debería estar en un museo. Quería aguantar más, pero entre la postura, el ritmo y el recuerdo de ese pete demoledor, terminé explotando antes de lo planeado. Me quedó la espina de haber querido estirar la faena un poco más, pero eso ya es excusa para una pronta revancha de una hora.
Me visto, abono el arancel (bastante razonable para ser independiente) y salgo con una sonrisa en la cara. ¿Voy a volver? Con ese pete y ese culo, cuenten con que sí. Saludos, colegas, nos leemos en una próxima cacería.

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