Escort Natasha SM - Congreso bairesgirls

Espero que sigan disfrutando de la vida, siempre es un lujo leerlos.
Arreglar con Natasha tiene sus vueltas, pero vale la pena. Mucho.
Mi recomendación es que lo hagan de un día para otro. Por lo que entendí, atiende solo de viernes a domingo, pero es cuestión de preguntar.
Ella suele ser puntual, pero no relojea ni te apura, por lo que por cortesía recomiendo estar a horario, ya que comparten el departamento tres o cuatro chicas y de la puntualidad de uno depende el tiempo de todos.
Dicho esto, llegué a horario y avisé por Whatsapp, ella baja a abrirme, de civil, con un ambo celeste. Se la ve menudita y sencilla, rubia por elección, de tez levemente trigueña, bien peinada y sin maquillajes exagerados. Me recibe con un beso amistoso y subimos juntos en el ascensor hablando naderias de relleno.
El departamento es muy lindo y ordenado. Es un pequeño loft, un único gran ambiente separado por una cocina abierta, del lado de la cocina hay un comedor amplio, la isla separa el dormitorio también abierto, con un cómodo y luminoso baño en suite. El departamento es también luminoso, una gran ventana en el comedor da a la calle, la otra en el dormitorio da al pulmón del edificio. Limpio, ordenado y perfumado. Ya estuve antes en este departamento con alguién más.
Le dejo su gift sobre la isla de la cocina, me da un beso profundo, ya de bienvenida, un suave abrazo y me ofrece una toalla grande y limpia. Me doy una ducha rápida y me siento en el bidet para eliminar cualquier olor del viaje -en su página ella remarca lo de la higiene, prefiero cumplir para ver hasta donde nos lleva un cuerpo limpio-
Al salir ella está recostada, pasando música, con un conjunto de lencería negra, de tiras tipo arnés que le queda espectacular -intercambio de piropos, sonrisas cómplices- ella es como dije, menudita, agraciada. Un cuerpito armónico, una colita redondeada, unos pechos medianos, naturales, de grandes areolas y pezones marcados. Una cara juvenil y una cintura de una maternidad reciente que apenas dejó marcas. Es muy bonita, onda vecinita preciosa.
Y pequeñita. La acomodo en la cama a mi antojo y comienzo a besarla como a una novia. Ella se deja, abraza, besa, besa mucho el cuello, unos besos delicados y sensuales. La cosa pinta bien .
Cada tanto la miro como pidiendo pista y ella habilita. Ahora que lo pienso, sin ser estilo sumisa, no dijo que no a nada. Joya.
A veces dice algo tierno.
Hace preguntas del estilo "te gustan mis tetitas?" Cosas así, con una voz adolescente, impostada pero sensual, como si estuviera jugando.
Me entretengo un rato en su conchita. Su entrepierna es hermosa, sin discusión alguna. Un clítoris pequeño, cubierto por unos labios gruesos y oscuros, que destacan en su menuda figura, una vulva pequeña, rosada y brillante de humedad y un asterisco precioso, juvenil, de bordes precisos, un impecable anillo, muy tentador.
Beso y acaricio cada detalle. Ella suspira, se retuerce y mientras beso su anillito, se masturba acompañando cada lengüetazo. Se nota que quiere disfrutar, y eso es bueno.
Hundo rítmicamente mi lengua en su orificio y se arquea para que entre más profundamente. Es una maravilla.
Luego de un rato asi, nos besamos con pasión, nos abrazamos y ella besa mi cuello y desciende besando mi pecho a hacerme un oral respetable. Con mucha chupada de huevos, un poco intensa, y cacheteo de huevos -esto es nuevo para mí... me gustó- la acomodo para que siga con lo suyo mientras hago lo propio. Nos trenzamos en un 69 largo y variado, nos dimos besos negros, nos clavamos dedos en todos los orificios - la higiene nos llevó lejos, recomiendo, sus BK son muy buenos - y al fin pasamos a los bifes.
De frente, de perfil, de atrás. En el misionero me lleve unos de sus pies a la boca. Si piecito es pequeño y bien formado. Se lleva mi mano a la boca, me chupa los dedos, me mete sus dedos en la boca y con mi saliva se masturba mientras la penetro. Una cosa de locos, una tensión equilibrada entre el porno y el romance. Estaba maravillado y gratamente sorprendido.
Mientras está en cuatro le pido la cola y me dice que no, que le va a doler. Pero igual se prepara, se pone gel, me pone gel y adentro, primero despacio y después ella misma me hace tomar ritmo. Su culito es hermoso hermoso hermoso, es un anillo perfecto y prolijo, aprieta un poco y ella apenas se queja. Me pide que le dé toda la lechita, con su voz adolescente. Y no hay nada que quiera más en el mundo, pero no, no salía. No me quejo, me gusta largo antes que doblete, pero la estaba pasando tan bien que no me di cuenta que estaba costando.
Nos paramos, seguimos así un buen rato y ya estábamos los dos un poco cansados, la verdad que era una maratón y la cosa seguía dura. Paramos unos minutos y ella volvió a la carga con un tremendo oral y paja que me hizo dar vueltas hasta que al fin largue todo. Ella lo junto amorosamente en sus manitas y no higienizamos por turnos.
Charlamos un rato de nada y de todo, nos contamos cosas sin importancia mientras nos vestiamos y me acompaña hasta abajo. Ya en el ascensor, vuelve a ser la vecinita, una agradable muchacha de barrio.
En la puerta me despide con un beso casto y amistoso.
Afuera el ruido de la avenida sigue cómo si nada.

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