Escort Priscila - Microcentro - XP no mala pero fallida (un poco por mi culpa)

Hace una semana dije que la Embajada no me estaba dando satisfacciones y acá estoy, relatando una XP que tuve hace unos días en la Embajada. Pasó que recordé la publicación de Priscila y me dije que no podía alejarme definitivamente sin probar esos melones.

Contacto fácil y rápido, excusa en la oficina de que salía a comprar comida y me apersoné. Ya en cuanto la vi me la puso gomosa: tetas gigantes + edad de pendeja, se me activó el morbo.

Actitud muy tímida; casi, aunque resulte irónico, como si no tuviera mucha experiencia (¿y por qué una chica que trabaja en este rubro tiene que contar necesariamente con mucha experiencia? Hay de todo en este mundo.) Oral sin, bueno, con el culito apuntando al espejo, visión que, sumada a los mencionados tamaño de la delantera y edad, dieron mucho de comer a los ratones.

En seguida me puse a punto y la arremetí por atrás con mucha furia. Se enganchó en esa, a pesar de lo que se dice en otra XP de que ella quería imponer el ritmo. Acá eso no ocurrió, pero sí ocurrió algo que me fue perjudicial: ella se movió mucho y, generalmente, mal. Estando en cuatro, con su imposibilidad de quedarse quietita y con sus movimientos un poco torpes, me iba empujando cada vez más hacia atrás. En un momento me puso con la espalda pegada al respaldo, de manera que yo ya no podía bombear. Nos acomodé de nuevo y seguí con todo el ímpetu. Yo estaba endemoniado, la visión me encantaba. Justo cuando estaba sintiendo que me acercaba a largar la leche, cuando ya sentís una cosquillita eléctrica en la parte de abajo del tronco, no sé qué movimiento hizo ella que se me salió. No es que soy Ron Jeremy, pero tampoco tengo una miniatura, es algo entre normal-anchita, que no se sale fácilmente en medio de un ajetreo en el que, de hecho, empujo para adelante con cada vez más fuerza. Ahí, seguramente alguna vez les pasó, fue empezar de nuevo: la cosquillita que anuncia el derrame se fue en un segundo, era empezar a trabajar de nuevo.

Me saqué el forro y le pedí otro oral, que me gustó mucho. Estuvo un rato así, con un movimiento más bien invariable, sin ningún adorno, pero lindo (me gustan los movimientos regulares). Cuando yo ya me estaba acercando otra vez a la descarga, levantó la cabeza y tocándose a los costados de la boca, me dijo "me duele" (por un dolor propio del cansancio de hacer el oral). Le dije "si tenés otro globito, podemos intentar otra vez". No tuvo problema, es tímida pero no mala onda, se dispone a lo que uno le pida (dentro de lo pactado). Esta vez, ella en cuatro sobre la cama y yo parado en el piso. Tampoco tuve suerte: arranqué otra vez con toda la furia y tuve que parar por sus movimientos; en este caso, con los dos pies de ella formando una tenaza me agarraba mis piernas, lo que me dificultaba moverme. Como el pedido de "quedate quietita" no funcionó, me di por vencido. Me fui y, para sacarme la carga, me pasé la tarde evaluando la posibilidad de hacerme una paja en uno de los baños de la oficina (no lo hice, me la banqué hasta llegar a la noche a mi casa).

En definitiva, considerando que lo que en otros relatos consideraron los puntos flojos de esta chica (rechazo de besos y paleteada) no me resulta indispensable, no fue un mal encuentro para mí. Si no tuvo el desenlace esperado, es en parte por culpa mía, porque tengo una concentración más bien frágil y cuando algo me saca del ritmo, en seguida me empieza a trabajar la cabeza. Creo que manteniendo la furia que tuve al principio de cada tiempo de este encuentro, poniéndome más firme al darle una orden, dejando que la calentura se imponga sobre los obstáculos, puedo tener un buen polvo con esta chica. Por eso, no descarto volver (y seguro que lo haré). Visualmente, ella me calienta mucho. Yendo preparado a todo esto que puedo encontrar, sin que me agarre de sorpresa, estimo que puedo correr otra suerte.

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