Sonaron las siete trompetas, pero las más resonantes fueron las primeras cuatro, las que anunciaron desastres sobre tierra, sobre el mar, sobre las aguas y sobre el cielo...
...fue si mal no recuerdo una tarde como otras tardes, mientras había terminado mi almuerzo ligero -viandante yo- en una escapada que me había permitido mi jefe de redacción de Open City. Recuerdo que llegué y me dijo, con la lengua afuera, se viene el fin del mundo...y dónde está Virasoro, dónde está, el señor?: COGIENDO....!!!!!
...así tuve que reemplazar al mejor editor que teníamos, me tuve que hacer cargo de la crónica más importante de todos los acontecimientos que nos tocaron vivir...
...el tiempo apremiaba...había que llegar antes del cierre de la edición, algo parecido, cotidianamente, al fin del mundo...
...y mientras tanto...EL SEÑOR, COGIENDO!!!!....
...y lo vi venir, como esperando la lluvia, con la misma naturalidad, con ese andar cansino, con esa sonrisa de dientes amarillentos que se abría paso entre la maraña de ese bigote tan decontracté como ridículamente vintage y esa melena que significaba todas las Resistencias...
...y con esos ojos, lo único vivaz de su porte...
...esos ojos que sólo se nublaron cuando cayó el primer rayo sobre Buenos Aires...
...cinco segundos antes, le dije "pensé que habías dejado de fumar", no, me contestó, ahora fumo Lucky Strike...