¿El mensaje rompe las reglas?
Reporta a Lord Carrington
[XP] Geraldine: Una vuelta a la noviecita de la adolescencia.
22-Aug-2024, 18:01
El frío de agosto se cuela por una hendija mal cerrada de la ventana de mi oficina, mostrando el contraste entre el exterior y el calefaccionado lugar en el que me encuentro. Al pararme a cerrarla veo que, a pesar del clima, siempre es una tentación abandonar los tubos de neón por la luz natural y el aire fresco. La vista de la ciudad desde mi ventanal invita a abandonar el letargo obligado de las horas laborales por algo que merezca la pena ser vivido o, al menos, contado. Las calles parecen llamarme con un tono hipnótico, invitándome a unirme a ellas. O quizás, simplemente, tengo tantas ganas de rajarme que escucho llamados dónde no los hay.
En medio de las reflexiones me suena el WhatsApp. Es la contestación de Geraldine a mi mensaje de hace un rato. Me manda un video. Cuando lo abro es el speech de presentación con datos del servicio y aranceles. Me cierra. En pocos mensajes combinamos horario para conocernos. Aprovecho para terminar algunas cosas y dejar otras más o menos listas para el día siguiente.
A la hora acordada le mando un mensaje avisando que había llegado. Geraldine baja a abrirme. Vestida de civil y sin maquillaje parece aún más joven que en las fotos de la página. Acusa 25, si te dice menos es verosímil. Tono de piel pálido, rubia (por opción) con mechones rosados, físico proporcionado y armonioso con una perfecta distribución en su 1,50 de estatura. Muy agradable pero no llama la atención. Probablemente en la calle pase desapercibida. Está lejos de los clichés corporales atribuidos al rubro. Dicho en buen criollo: Cero pinta de gato. Habla suave, con confianza, como si te conociera de antes. La charla en el ascensor es amena, fluida.
Llegamos al departamento. Tengo que disimular delante de la dama un ataque de nostalgia. Conozco bien el lugar. Demasiado. Ya estuve ahí varias veces. Me vienen flashes a la mente, intensos como disparos. Ahí pasé momentos pasionales con dos hermanas guaraníes muy famosas, ya retiradas (B y N). Con una, con la otra, con las dos juntas. La entrada conduce al living (que es apenas un lugar de paso) y la segunda puerta a la habitación, con el baño en suite. Toda la acción transcurrirá detrás de la segunda puerta. Recuerdo mis luchas en ese cuarto tratando de evitar que el dedo juguetón de las hermanas se me colara en el culo.
Me doy una ducha. Cuando vuelvo Geraldine porta un atuendo bien diferente a sus ropas de civil. Lencería negra (que contrasta de forma muy sexy con su piel blanca) y sandalias de pole dance con una enorme plataforma y tacos altísimos. La dama es delgada. Cuerpo atractivo propio de la juventud. Sin exageraciones, ni curvas desmedidas. Todo muy natural. Me gusta lo que veo.
La previa fue larga. Geraldine cumple con lo que pasa en el speech de presentación. Lo cual, hoy en día, es casi una excepción a la regla. El oral es sin (no hasta el final. Eso tiene un regalito aparte, desconozco de cuánto) y el servicio completo se avisa con anticipación y tiene un adicional de $30.000. No hice uso de estos complementos. El “onda novia” y los “besos full” funcionaron a la perfección. Me calentó mucho estar franeleando con esta pendeja. Primero parados, después en la cama. Se mete muy bien en el juego. La tocaba y estaba mojada. En tanga y corpiño se frotaba contra mi pija. Siempre me buscaba la boca. El oral es tranquilo pero sensitivo. Empezó muy despacio y fue subiendo la intensidad. Me quedé un rato a su merced mientras la dama me daba placer con la boca. Ya no aguantaba más. Pusimos forrito y cogimos suave y bien. Un par de posiciones clásicas y eyaculé mientras la besaba en la boca. La cantidad de semen dentro del preservativo daba testimonio de lo que me había calentado Geraldine.
Nos quedamos charlando en la cama mientras nos recuperábamos (al menos yo). Simpática. Te cuenta cosas de ella, te hace sentir cómodo. Nos quedaba tiempo. Repetimos casi una secuencia calcada del primer polvo. Mucha franela previa. Muchos besos. Otra vez la pija al palo. Me puse el preservativo y le dije que se ponga en cuatro. Ella gemía despacio, sin exageraciones. Me dejó cogerla a voluntad hasta que la excitación me hizo dejar el poco semen que me quedaba dentro del forro. Me di una ducha sin apuro y me retiré con la promesa de volver.
Epílogo: La visita a Geraldine me dejó una reflexión. Hace poco, en la experiencia de un querido colega, también lo planteaba. Y es que transitar este rubro no solo quiere decir cumplir una fantasía estilo porno. Uno tiene la costumbre de asociar esta actividad más a lo guarro, al instinto animal o al sexo brusco. Y, claramente, se puede también volver a la fantasía de coger con esa novia adolescente. Con un estilo más dulce y mucha franela. Y para eso Geraldine es ideal. En lo particular, me gusta mutar entre los dos extremos. A veces soy Dr. Jekyll y otras Mr. Hyde. Es decir, nada más y nada menos, que el propio reflejo de la dualidad del alma humana.
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