Kimberly, buenas tetas, lindo culo y mucha actitud. Hay fotos y videos como evidencia

Apareció su foto en “Ultimas Escorts” incorporadas. Pense que podía ser un piletazo, pero solo el nombre y su nidito eran nuevos, la escort ya estaba incorporada en mis registros como Xiomara desde Enero. Ahí me acorde, olvido imperdonable porque la mina tiene alto hándicap en mi registro personal. Tire mensaje que repondio al toque, propuse horario que fue aceptado, y al poco rato estaba en su departamento del apart de Esmeralda al 900. El departamento impecable, amplio y cómodo, tal vez un poco mas grande que otros monoambientes que he visitado en este edificio. Una cama queen, televisión con buena música, mesita y silla donde dejar las cosas. Ella estaba con un conjuntito azul turquesa que era un deleite visual. Pedi fotografiarla y accedió. Le saque el corpiño y comencé a disfrutar de unas gomas al parecer naturales, grandes sin exageración – ver fotos – y de unos pezones que se pusieron duros al primer contacto. Me había sacado solamente la camisa porque quería franela, pero ella tenía otras intenciones, prácticamente me arrancó el pantalón y los boxers, y comenzó con un pete magistral. El amigo le respondió rápidamente, y ahí murió mi pretensión de un momento romántico, se pusieron enseguida de acuerdo, ella le calzó el pilotín, se puso en cuatro, y el socio como por cuenta propia se sambulló en la concha como en la cueva el peludo. Y ahí terminó la primera parte, greemlings en el latex, higiene, y a buscar revancha. La mina es, para mi gusto, muy linda, y cuando sonríe me desarma. Buen lomo, altas tetas, hermoso culo, grandote y carnoso, lindas piernas. Hay mina para disfrutar, y quería eso, disfrutarla. Le pedi que se acostara atravesada en la cama, almohada bajo el culo, y arrodillado como penitente le pegue una chupada de concha. Le pedí que se diera vuelta y segui la chupada, esta vez del culo. Otra vez me puse al palo, pero esta vez quería saciar mi sed de concha, asi que le pedi que se sentara en mi cara y segui con la tarea hasta que acabó (O eso me hizo creer). Sacó la concha de mi cara y con un hábil movimiento me puso el forro y se sentó en la verga que estaba dura y expectante, y asi se fue el segundo. Nuevamente higienizarme, charlamos un par de boludeces mientras me vestia, y me fui haciéndome la promesa de no volver a dejar pasar tanto tiempo antes de reincidir.

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