Gema BG - Microcentro. Garantía de pasarla bien y de disfrutar todo lo que te

Che, ¿cómo andan? Ya hace rato que vengo viendo a las mismas bellezas, así que decidí mandarme por algo distinto. Vi a esta Gema, que labura en el mismo edificio, y ya la había cruzado antes caminando… ese meneo de caderas y el cabello me empujaron a mandarme a intentar algo.

Días después, con unas ganas bárbaras de descargar, me acordé de Gema. Le mandé un mensajito, charlamos un toque y arreglamos del lunes para ayer martes a la tarde. A la hora pactada, ya en la puerta del edificio, nos comunicamos por el portero eléctrico. Me dice que baja a buscarme. No es la primera vez que voy a ese edificio, y charlando con otras chicas, siempre me dijeron que cuando es la primera vez con una en este lugar, conviene avisarles cómo vas vestido. En la entrada suele haber algunos colegas esperando, así las chicas no tienen que andar preguntando nombres, solo una recomendación piola.

Veo a Gema que aparece desde un pasillo, y al toque se empieza a reír y me hace señas de saludo, indicándome que es ella. La reconocí al instante, ya la había visto caminar por ahí antes. Abre la puerta, entro de una, y por precaución me pregunta el nombre. Ahí nomás arrancamos el camino hacia el ascensor.

Dentro del ascensor me empieza a comer a besos, algo que no me esperaba. Lo había leído por ahí, pero por experiencias muy antiguas no pensé que todavía lo hiciera. Me re calentó, y terminé tocándole todo el cuerpo… fue puro instinto, cosa de macho, viste.

Llegamos a su habitación, un monoambiente amplio, con una mesa, unas sillas y todo dividido por un divisor de ambientes. Todo prolijito, bien cuidado. Nos damos unos besos, le paso la plata, siempre me gusta pagar por adelantado, ahí me entrego toalla para que entre a ducharme. Después de toda la higiene con rigor —igual ya venía limpito de casa—, me vuelvo a la habitación con ella. Yo ya estaba en bolas, y Gema, desde que me abrió hasta ese momento, seguía con un short casual y un top sin corpiño; lo único que se había sacado eran las zapatillas. Nos dimos besos a full, con lengua y todo, mientras yo le tocaba todo el cuerpo. Gema está fuerte. Es una piba joven, de rostro lindo y cabello hermoso, tiene una cola ancha, flaquea un poco en las tetas, pero igual le clavo un 9 en cuerpo. Hermosa, la Gema.

Ahí, con mis manos, le voy sacando todo lo que llevaba puesto, despacito, hasta dejarla en bolas, nos tiramos a la cama los dos y seguimos a full con los besos. Besos bien húmedos, de esos que te ponen duro al toque. Y ni hablar de la suavidad de sus manos cuando empieza a tocar mi chota… Empieza a pajearme con una suavidad que te vuela la cabeza, mientras yo le recorro toda la tetas sin dejar rincón sin tocar.

Ella me acomoda en la cama, porque estábamos medio al borde, y ahí nomás se pone a chupar mi chota. Siempre mirándome fijo a los ojos, le pasaba la lengua lento, mientras goteaba su saliva por el tronco, después le fue metiendo más intensidad, jugaba con la lengua recorría todo el tronco, la punta, le hacía de todo, siempre con ese rostro cómplice, siempre fui de un solo polvo largo, me controlo bien. Pero desde que empecé con esto, ya no lo hago con la intención de aguantar, sino para disfrutar al máximo, lo que hacía Gema era un 10. Solo me dediqué a disfrutar y relajarme, sin pensar en nada, solo en sus movimientos con la lengua.

Después de un buen rato, decidí pararla. Nos dimos unos besos más, bien apasionados, y ella se sube arriba mío, antes coloco el preservativo… Ya encima de mi, empezó a cabalgar con fuerza y profundidad. Se escuchaba el sonido de su cola rebotando contra mi pelvis, y su conchita largaba fluidos de lo caliente que andaba. Estaba encendida mal, y eso solo me daba más ganas de seguir dándole cpn todo. Pero no todo lo puede hacer ella, así que le dije que se recostara un poco para seguir de cucharita. Le pedí que levantara una pierna mientras yo me acomodaba para entrarle con todo, estuvimos así unos cuantos minutos, y lo único que se veía era su pie agitándose como una bandera al viento. Mientras tanto, mi mano le hacía de apoyo para que no se agotara, ella giró el rostro, me agarró la cara con firmeza y me dio unos besos que me hicieron ir directo arriba de ella, sin pensarlo. Lo que siguió fue un misionero muy intenso. Sus piernas se cruzaban sobre mi cuerpo, me tenía bien sujeto, sin dejarme escapar. Esa conexión, ese ritmo… me llevaron directo al final.

Así que terminé todo ahí dentro (en el preservativo), y seguido a eso seguimos dándonos buenos besos, sin necesidad de sacar mi chota. Fue un buen ritmo, muy conectado. Después de un rato, decidí cortar todo acto sexual y levantarme para conocerla un poco más y charlar con ella el resto del tiempo.

Después de una charla entretenida con ella, me fui a duchar, y luego ella hizo lo mismo. Cuando salió del baño, seguimos charlando mientras me modelaba su cuerpo con una actitud que te dejaba embobado. Sin dudas, fue una grandiosa visita. Ya lista y prolija, me acompañó hasta la puerta para despedirme del todo.

Es todo, no tengo nada más que agregar, solo que Gema es una genia. Le pone mucha onda, está atenta a que la pases bien en todo momento. Así que seguro haya pronta reincidencia con ella.

¡Saludos, gente! Espero que estén bien… y a disfrutar.

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