¿El mensaje rompe las reglas?
Reporta a tarquino
[XP] Y la Cone Vip me terminó
09-Dec-2006, 20:57
Atendiendo a decenas de XPs favorables, a lo crecido de su club de fans, y a la cantidad de votos que lleva de ventaja como Gata de Oro, me contacté con Conejita Vip. Había quedado conmigo mismo en que la exploración había culminado en maravilla, primero con AndreaHot, y luego con la espectacular Nahyara. Pero, como han dicho tantas veces, tal vez uno se envicia. Digamos que no quise decir "terminé" sin conocer a la estrella de este magnífico foro.
Quedamos para antes del mediodía en la esquina del telo, y creo que fue un error. Ella estaba bastante cansada, recién despierta, y llegó un poquitín tarde. Realmente parece una mujer común, hasta que ingresamos en la habitación 7. Me di una ducha, y, al salir, pude verla desnudarse. Lo hace con calma, sonriendo, conciente de que su cuerpo es una bomba. Sus pechos altos y esféricos se sueltan de su remera con un movimiento leve, que hace que mi baba chorree. Queda con una minitanga blanca, que resalta su vientre plano, tanto que uno se pregunta si allí dentro estarán todos los órganos de cualquier cuerpo humano.
Los primeros besos fueron tranquilos. Me di cuenta de que había que ir despertándola, así que la recosté y le besé su piel entera. "Decime qué te gusta", me dijo, pero no supe qué responderle, hubiera querido abrazar ese cuerpo hasta el fin del día. Ella se frotó contra mí después de ponerme boca arriba. Sus tetas y su cola increíble iban y venían por mi panza, por mi pecho, y yo la besé hasta que ella bajó. Pt sin, con su mirada en la mía, y su collar-talismán golpeando mis muslos. Como siempre, aguanté (ella no sigue hasta el final), y la tomé de las caderas para penetrarla. Así pude ver el balanceo de esas tetas impactantes. Lo escribo y me parece mentira haber estado allí.
La Cone es como la mejor mina del gimnasio, esa con la que todos sueñan. "¿Querés entrar en la cola?", me preguntó. Se puso en cuatro patas, y yo comencé la lenta y placentera tarea. Cuando estuvo dentro, ella cerró las piernas. Yo las abrí y quedé sentado en el aire, con mis manos en sus caderas, comenzando un bombeo inolvidable. Exploté de una forma demencial, y me fui sentando de a poco en la cama, como desmayado. Ella me siguió en el movimiento hasta que nos soltamos. Quedé tirado allí, mal, como para pedir la ambulancia.
Después me limpié y volví para hacerle unos masajes. En la espalda, en los pies, ella los disfrutó y me alegré. Conversamos un rato, y nos metimos juntos en la ducha. La lavé entera y ella a mí. La elogié entera, y ella no tanto (la verdad es que no soy el mejor del gimnasio). Nos secamos el uno al otro como dos amantes.
Dos rocas y medio por TODO el servicio, más el turno en el hotel. Qué más decirles, amigos. Mi tránsito por el mundo gateril fue de menor a mayor, y hasta me ha inspirado algunos poemas. Sigo agradeciéndoles a todos.
Tarquino