Cielo, esta morocha que no es para principiantes, 10 fotos y 3 videos lo demuestran

Me gustaron las fotos de la página – especialmente una que se está pajeando en la bañera – asi que reserve turno para ese mediodía (el viernes) sin problemas. El lugar está en el apart de Esmeralda 900, el departamento es agradable, cama grande tipo king, otra cama chica más alta, ideal para ciertas posiciones, mesa con sillas y el baño impecable. La mina impacta por las tetas enormes, los labios bien gruesos, el cuerpo fitness (culito chiquito) y buenas piernas. Pero más me impactó la actitud. Ella se considera a sí misma como “la más puta del ambiente”, y cuando le pregunté porque me contestó que ella hace “de todo” y le gusta, goza haciendo cosas diferentes. Por eso digo que una mina con un cuerpazo avasallante, que te ofrece satisfacer cualquier tipo de fantasías, como dicen la canción de Los Pericos, no es para principiantes. Hay que ser buen navegante cuando se tiene esta vedetonga a disposición. Es el tipo de mina que hace darte vuelta cuando la ves por la calle. Aspecto de puta sin lugar a dudas. Sin embargo yo me conozco, soy bastante clásico, por lo cual pedí un servicio convencional. Me gustan los besos y que me la chupe y esos labios prometían. El cuerpito armónico y durito, probablemente de gym, y una conchita pequeña y tentadora, con un clítoris que asomaba tímido entre los labios, ideal para gastarla a chupones, llenaban el resto de mis expectativas. De todas formas en el 3er. tiempo charlamos bastante que me conto algunas de las cosas que hace. Sin lugar a dudas es una mina muy complaciente y es para tener en cuenta al momento de querer satisfacer fantasías. Realmente hace de todo lo que, por lo menos yo, puedo imaginar. Le pedí fotos y ella ofrecio “las que quieras”, y si queria también la podía filmar, cosa que hice. Sin embargo mi experiencia fue tranqui, muy al modo mio. Ella super complaciente. Besos a montones, esos labios son una delicia. Las tetas son un capítulo aparte. Fue una fiesta recorrerlas, chuparlas, lamerlas. Después recorrí con la boca y la lengua ese vientre plano, el ombligo, hasta llegar a la conchita. Lengüetear ese clítoris hasta arrancarle un orgasmo – lleva un buen rato – fue lo más. Un petardo razonablemente bien hecho , y finalmente ponérsela en tres posiciones hasta acabar Y ponerla en cuatro para volver a chuparle la concha y el culo hasta retomar el ritmo cardíaco normal. Me ofreció el orto pero solo se lo chupé. A mí me gusta así. No me apuró, no relogio, por el contrario fue bastante amena y estuvimos charlando un buen rato, haciéndome volar los ratones con el relato de las cosas que prometió que me haría la próxima vez. Me pase de la hora unos buenos diez minutos. Resumiendo, es una mina para conocer. Puede no gustar o gustar hasta ahí porque la mina, aunque complaciente, es avasallante (cada experiencia es diferente), pero no es una mina común. Yo por mi parte pienso reincidir tratando la próxima de liberar más ratones.

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