Reincidencia con Micaela.

Estimados,
El mismo día que había estado por primera vez con Micaela, leí en "ESCORTS EN EL FORO." un post de ella diciendo que se retiraba...
Me invadió la sensación (o la certeza) de ir por la vida en sentido contrario . Justo cuando conocí alguien con quien mi intensión era reincidir mil trescientas treinta y siete veces (mínimo) , se va... Hubiese sido mejor no conocerla -pensé- , ya que (supongo que de manera exagerada) el sentimiento que se me generó fue agridulce (contento por ella, triste por mi).

Me debatí entre intentar un último encuentro o quedarme solo con el recuerdo . Obviamente (si estás leyendo esto, mas obvio aun) ganaron las ganas de repetir e intenté comunicarme y coordinar con ella. Nunca me costó tanto coordinar un encuentro, si no era por trabajo, era por viaje, si no era ninguno de los dos, era el horario, y si organizabamos, probablemente surgía algun inconveniente a último momento ... en fin, casi con el último aliento volvemos a coordinar y esta vez, por fin, logré volver a recorrer el largo pasillo del primer piso.

Mientras me dirigía a la puerta sentía que una sensación de vértigo me invadía, comenzaba a sentir nervios o algo parecido que me presagiaba una tarde de comportamiento aparatoso a full.

Llego, toco el tiembre varias veces hasta convencerme que no funcionaba y finalmente golpeo la puerta . Del otro lado escucho a alguien acercarse, los nervios (o esa sensación molesta que me invadía) iban en franco ascenso... se abre la puerta, paso, me doy la vuelta para verla y la veo sonriéndome ... Logré sonreir y pero apenas logré decir "hola", paso seguido ella me mira y me dice "Que raro que no estás de traje!... ah... claro, es viernes!". Pocas palabras, probablemente dichas sin pensar, solo dos frasesitas y un alivio enorme me invadió... Que me recuerde o simplemente no encontrarme con un "¿a vos de donde te tengo?" me tiró abajo todo los nervios que hasta ese momento arrastraba, enseguida me sentí cómodo, como si estuviera en casa... la tarde ya pintaba diferente.

Ella estaba con un vestidito al cuerpo impresionante, pero por algún motivo yo no podía de dejar de mirarla a la cara, esa sonrisa entre pícara y alegre que tiene me podía, me tenía idiotizado .Cruzamos pocas palabras y, antes que nada, paso al baño. Una vez que terminé de asearme, me iba a sacar la ropa pero no, volví a acomodarme todo y vestido fuí hasta la habitación. En vez de esperarla en la cama me senté en el sillón que tiene en la pieza y junto a mi botellita de agua esperé que regrese.
Cuando por fin vino, se sentó en el borde de la cama y comenzamos a conversar, hablamos de todo un poco, de lo que quería hacer con su vida, de lo que yo hacía con la mía, de trabajo, estudio, de sensaciones... en fin... de todo... Supongo que en un momento percibió que el tiempo pasaba y se me acercó a darme un beso suave, tranquilo, lindo... La distancia no era la mejor ya que de la cama al sillón hay una distancia considerable para nosotros que somos pequeñitos.
Me levanté, me acerqué a ella y entre besos, charla y risas me acerqué a la cama, ella me ayudó a desvestirme y de a poco fuimos acercándonos a la cabecera de la cama.
Cuando se suponía que entre besos y caricias se venía la lucha cuerpo a cuerpo, un comentario, una risa o vaya uno a saber qué, hizo que volvieramos a cruzarnos en una charla exquisita. El tiempo pasaba, yo era bien conciente de eso, pero la verdad, no me importaba en lo más mínimo. Yo voy a pasarla bien y con su companía y lo estaba logrando.

Bueno, nada es para siempre, la charla no fue eterna. La charla dió lugar a caricias, las caricias a besos y todo junto a un encuentro precioso. Los besos de Micaela, su piel, sus pechos, su cuello, brazos, pierna, cola... todo es un conjunto armónico que me puede, debo admitir que la pienso y la siento como mi debilidad.
Tiene una carita hermosa, cabellera rubia, piel blanca pero bronceada, un cuerpo pequeño y firme (acorde a su estatura), unos pechos pequeños pero que a mi me resultan preciosos, una panza firme y una cola dispuesta a todo... ¿Como no me va a gustar?

Ella hace todo y sabe medir con quien está... puede ser muy activa en sus movimientos o pasiva, dejándose llevar por la persona con quien está, en mis únicos dos encuentros pude descubrir eso.
Recorrer su cuerpo o dejar que ella recorra el tuyo es intoxicante, es una sensación que te llena, te completa... Yo sentía que ella me cuidaba, que era cariñosa en cada cosa que hacía y yo intentaba, con mis limitaciones, ser recíproco a lo que recibía. Estar dentro de ella, sentir sus jadeos y los mios, su piel y sus brazos acariciándome durante todo el acto es un recuerdo que todavía hoy, a casi 24 horas del hecho no puedo dejar de recordar.

Me encantó, sinceramente, me encantó! Siempre las segundas veces, para mi, son mejores, pero esta vez fue completa, salí del departamento tan satisfecho, tan llenos mis sentidos que no podía hacer otra cosa que imaginar cuando podía volver...

Nos despedimos, me costó dejarla, pero me alegró verla. Tenía muchas ganas de verla antes de su "retiro" y quisiera volver siempre. No siempre podemos tener lo que queremos pero a veces podemos descubrir que obtuvimos lo que necesitabamos.

Para terminar y no aburrirlos... Lo mejor del encuentro estuvo después, en la oficina, cuando al taparme la cara para estornudar descubrí que tenía aun su perfume en la piel... ese fue un hallazgo mágico, me arrancó una sonrisa , un suspiro y luego seguí con mis tareas...

¿Que mas decir?... Nada. Está todo dicho.
Gracias al tiempo que permitió el reencuentro.
Gracias Mica por el momento que pasé.
y gracias a ustedes por leer.

Saludos a todos.



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