¿El mensaje rompe las reglas?
Reporta a Buscador de amor
[XP] Cerezita y el placer sublime del sexo.
06-Aug-2005, 12:54
Amigos del Foro. En mi primera incursión, hace unso dos meses, había visitado a Rocío-Cerezita. Y debo decir que no sé cómo demoré tanto una nueva visita a esta Diosa. Ayer he cumplido, y debo afirmar que la niña es un clásico. Una decripción completa de lo que ocurrió en la cama del depto. que tienen ella y Vero en la calle Suipacha sería redundante, ya que el Foro acumula suficente información, coincidente en cuanto a las bondades amatorias de Cere. Pero algunas impresiones quiero hacer públicas. Rocío es muy bella. Su rostro hermoso no es un rostro común. Es para un cuadro. Y ella es muy elegante. Provocativa. El verla es un regocijo para el espíritu. Como el rumor del mar cuando se presiente antes de verlo al legar a la playa, la roja sonrisa de Cerezita abriendo la puerta, con remera (negra, con la leyenda Porno Star), pantalones y botitas era el preludio al sensacional momento que vendría. También su voz, mezcla de música y susurro invita a recorrer junto a ella los más intensos caminos del placer. Ella es el sexo intenso e intelectual. En la cama junto a ella trabaja el pene y el cerebro. Sus movimientos son perfectos, tanto en el roce carnal como en lo visual. Se encarga de ir cambiando lentamente de posiciones para que puedas apreciar su bello cuerpo en todos su ángulos. Como un cuadro de Picasso. Cerezita me desarmó, totalmente, y finalmente la dejé hacer, gozando doblemente. Física e intelectualmente. Fui egoísta, lo sé, ya que no fui lo participativo que ella merecía. Y se lo dije. Pero en ese momento ella no podía contestar. Se imaginarán por qué. Su boca no estaba habilitada para el diálogo. Relizó un sabio, prolongado, suave y sublime bucal. Verga, bolas, zonas cercanas. La boca trabajando, despegando todo su talenco, secundada por el trabajo de sus dulces manos. Fue muy largo, creo que media hora. Mi doble placer era difícil de explicar con palabras. Recuerdo que en un momento le dije que era todo tan bello que iba a hacer lo posible por no acabar, que ese placer sublime tenía que durar hasta el infinito. Ella seguía sin poder contestar. Finalmente abandonó su presa y se acostó boca arriba. Entendes nos besamos profundamente, y ella comenzó a mastrurbarse. No pude evira el oservarla, y acariciarla y besarla para hacerla llegar a su placer manual, que certificaba con sus dulces quejidos. Después se ubicó, acostada de espaldas, levantando esa bella cola que vemos decorando cada uno de sus mensajes al foro. Penetrarla y comenzar a disfrutar nuevamente fue inmediato. Y allí no puide detenerme. Ahí pudo hablar, suspirar, gemir, pedir, gritar... La intesidad del momento final no puedo contarla. Fue un viaje al país de la felicidad. Cuando salí, el rumor del mar se seguía escuchando.