Reincidiendo con Fiamma. Esta mas tetona. Fotos y video

Mi informante, un colega muy conocedor del ambiente, me avisó que había vuelto Fiamma. Todavía ondea en mi recuerdo su culo portentoso. No hay manera de transmitir lo que es este orto. Le rompe el culo – valga la reabundancia – a cualquier garota o hermana dominicana que se atreva a querer competir. Y es pura industria nacional. Ese burrote es la referencia obligada de todos los colegas que tuvieron el placer de visitarla. Ansioso por un revival reserve turno. Sigue en el conocido apart de Esmeralda y Paraguay, nido de aves de todo plumaje. Me recibió con una tanguita y un corpiño de tiras que no sabría describir. Las fotos son más elocuentes. Está en otro departamento, impecable, con una buena cama y una camilla. Pareciera que tiene más tetas, el resto está igual. Después de actualizar mi higiene y fiel a mi gusto comenzamos con un pete sin, yo de parado y ella arrodillada. Delicioso. No fue el mejor que he recibido pero le puso onda y esmero, buena dedicación a los gobelinos, completándola con un buen masaje peneano (una rica paja). Mientras, ya sin el corpiño exótico, le acariciaba las tetas. No tenia intención desaprovechar la camilla, así que le pedí que se acostara ella y le retribuí el pete con una esmerada chupada de concha. Bien depilada, y sin olores raros, la disfrute a full. Mención especial para el clítoris que se le pone durito y permite un juego de lengua muy placentero. Pasamos a la cama, ella en cuatro y yo detrás, parado, le di a atrás disfrutando la visión de ese orto majestuoso. Para que no haya malos entendidos aclaro que fui por autopista. Le pedí colectora pero se negó, y para no arruinar el momento no insistí ni indague mas. Tal vez otros colegas tengan o hayan tenido mejor suerte. Antes de echar los galgos le pedi pasar a misionero porque me gusta mirarle la carita. A mi me parece muy bonita, pero es subjetivo. Ni bien se la puse sentí que apretaba la conchita atrapando al amigo y eso fue demasiado para mi: fin de fiesta a toda orquesta. Nuevamente la higiene de rigor. Aunque no es muy locuaz, al menos conmigo, mientras me vestía le pregunte por su ausencia y me contó que había estado un tiempo en el sur. Despedida con un buen beso, mucha lengua. En resumen la pase muy bien, voy a volver a reincidir, y no dudo en recomendarla a aquellos colegas que les gustan las pulposas, y sobre todo de buen culo. Como el término se presta interpretaciones, el grado de “pulposidad” puede apreciarse en las fotos.

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