Sandra, más linda que en las fotos. Servicio completito

Hoy conocí a Sandra. Una experiencia extraña. Me llamó la atención el gift,, muy barato. Y la verdad, esperaba encontrar cualquier cosa menos una belleza. En las fotos de página no aparece muy linda para mi gusto, y encima pensé que estaban retocadas. Por eso cuando me abrió la puerta del departamento de Cerrito y Rivadavia lo primero que me salió fue preguntarle “¿vos sos Sandra?”. La chica es muy linda de cara, una belleza. Encima usa lentes, lo que le da un aire inocentón que fascina. El lugar, un dos ambientes con un living bastante desordenado y una habitación mediana con solamente una cama grande y una mesita. Pasamos a la habitación donde le abone el gift y ella salió. Aproveche para desnudarme. Volvió, se quitó los lentes y se desnudó ella también. Y se quedó mirándome con una cara de orto que casi me visto y me voy. Le pedí que se acercara, la acaricié casi con temor. Y le pregunte que le pasaba. Ahí sonrió, con una sonrisa tan franca que continué acariciándola y llenándola de besos que ella comenzó a corresponder. Tiene tetitas chiquitas, duritas y paraditas, es delgada, un recuerdo amoroso de un parto reciente, cintura fina y un culito chiquito pero suficiente para hacer las delicias de cualquiera. Besa bien aunque los besos no son a full. Se dejó acariciar de frente, de perfil y de espalda, y luego se sentó en la cama y me hizo un pete perfecto. Para mi lo mejor del encuentro lejos. Muy buena chupada de poronga. Eso solo ya justificó el gift. A mi vez le chupé la concha que, por la forma que gemía y me agarraba la cabeza apretándola contra la almeja, pareció gustarle. Aproveche eso para hacer un misionero a mi satisfacción que ella acompañó, hasta el final. Ella me limpio usando papel. Le pedí que me la chupara otro poco y lo hizo con la dedicación del principio. Sonó la alarma de su celular. Le pregunte cuanto quedaba y me dijo que cinco minutos, y me preguntó si prefería intentar otro polvo o que la siguiera chupando. Le dije que al siguiera chupando porque lo hace muy bien, pero ya se me había cortado la inspiración asi que le dije que estaba bien, que no valía la pena seguir. Me miró con cara de nada. Y comenzó a vestirse. Le pedí tomarle algunas fotos y se negó rotundamente. Me vestí a mi vez. Le di una propina que agradeció y me fui. Resumiendo, valió la pena conocerla, el servicio fue bueno, la actitud me desconcertó. ¿Volvería? Creo que sí, para intentar saber cómo es realmente.

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