Poquer de damas frustrado, ... y DENISSE

Me separan más de 12 horas (de avión) de Buenos Aires, por lo que mis viajes a Argentina son esporádicos. Pero, allá por Julio, me comunicaron que, por cuestiones de laburo, tendría que pasar cuatro noches de septiembre en septiembre. Como un estratega, invertí horas planificando mi mi estadía, leyendo detenidamente la cuantiosa e inestimable información vertida en el foro por muchos de ustedes. Finalmente, opté por selecionar a cuatro damas, para pasar con cada una de ellas una noche completa. Tres de las damas por mí elegidas son de las consideradas "puerto seguro" por casi todos los foristas. Y, para dar margen a la atracción hacia lo desconocido, añadí una cuarta dama ajena a Bairesgirls, de quien apenas encontré referencias.

Contacté con las cuatro, via M.P. o e-mail, desde Julio y todas estuvieron de acuerdo con los términos de mis propuestas. La confirmación de las citas en agosto, antes de mi ansiado viaje, me infundieron tamaña dosis de confienza en que todo estaba cerrado que, iluso de mí, no me preocupé en armar una lista B (a decir verdad, tampoco me parece correcto proponer a dos o tres escorts un encuentro de pernocte, sabiendo que si la primera cumple lo pactado yo estaría arruinando dejando en la estacada a las siguientes de la lista).

LLegado el momento, mi apuesta por el póquer de damas quedo resulto fallida, ya que tres no acudieron a las citas (dos se excusaron, a posteriori, y a la tercera parece que se le olvidó escribir o que perdió mi e-mail). Afortunadamente, en mi último intento la Caballería, el Ejército de Salvación, o como quieran llamarlo, acudió en mi ayuda, PERSONIFICADA EN DENISSE

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Sabía que, como en ocasiones anteriores, Denisse no me iba a fallar. Por eso, por su belleza, buena onda y excelente servicio la reservé para mi último día.

Llegó puntual, a las ocho de la tarde del lluvioso lunes pasado, y desde los primeros minutos me enredó con sus apasionados besos. No tardó en volar la ropa, para dar paso a un contacto más íntimo y directo. El primer acto dió para una espléndida cabalgata de la amazona Denisse y de un almejeo (no recuerdo si a petición suya o mía; mi mente no estaba para esos detalles en ese momento) con lanzamiento de dedos a proa y popa, que pareció disfrutar. Obvio, mi resistencia fue escandalosamente inferior a la suya.

El entreacto estuvo dedicado a la cena, necesaria para que un servidor recuperara las energías que iba a necesitar para el segundo y más largo round. Sin darnos cuenta, al poco del segundo round estábamos trenzados en un 69; pero en esa modalidad suelo llevar ventaja, "soy muy rendidor" a Petes y "Manuelas Palmas" en palabras de alguna conocida. Así que cuando Denisse pareció rendirse (recalco lo de pareció, no crean) sus piernas se cerraron en torno a mí, como si fueran un cepo del que no trate de escapamarme, y con sus cadenciosos y constantes movimientos, frente a frente, besándonos sin parar, llegó mi turno. Nos mantuvimos así bastante tiempo y como dice una canción: "y nos dieron las diez, y la una y las dos y las tres ....". Y, para no aburrir en exceso nos despedimos a eso de las nueve de la mañana, después de un desayuno reparador.

Una tabla descriptiva del físico, prestaciones, onda, etc. de Denisse no es precisa, en mi opinión, pues sobra información (siempre buena) sobre ella.
Sólo precisaré que su trato en todas las ocasiones que estuvimos juntos es inmejorable, que siempre llegó puntual (lo cual rompe el tópico de la impuntualidad femenina; bueno, también podría ser la famosa excepción de la regla) y, lo que es más importante, nunca falló a una cita cuando quedamos en vernos.

GRACIAS DENISSE POR BRINDARME EL MEJOR DE LOS FINALES POSIBLES PARA UNOS PLANES QUE NO PUDIERON IR PEOR HASTA QUE VOS LLEGASTE.