Veronica - Microcentro

Buenas gente, esta experiencia es de hace un par de días.

Muy sobre la hora empiezo a buscar opciones y me confirma Verónica. Llego al Apart de la calle Suipacha donde está ahora, el conserje no pide DNI, ni nada por el estilo. Solo te anunciás y ella te avisa cuando podés subir.

Cuando subo a la habitación, la primera impresión es muy buena. Me pareció muy linda de cara y buena onda. Es alta, con buenas curvas.

La habitación es cómoda y el baño son cómodos. Hay agua caliente/fría y la cama es un sommier de 2 plazas.

Abono por 1 hora convecional y pido toalla y jabón (tipo telo) para ducharme. Cuando termino de bañarme y vuelvo a la habitación me esperaba vestida con la misma ropa que me recibió.
Me pide que la ayude a quitarse la ropa, la voy desvistiendo mientras arrancamos con el franeleo, la termino acostando en la cama para recorrerla con besos y lengua, primero cuello y voy bajando, me prendo a sus tetas... sigo bajando... llego a su conchita, paso a visitar el asterisco.... todo bien, todo limpio... pero... se notaba todo muy actuado. Obviamente no pegamos onda, no fui descortés ni nada por el estilo, pero tampoco me esmeré por ser simpático. Igualmente complió con su parte.

Retomando, como veía que no le estaba haciendo ni cosquillas, le pedí que me la chupe sin. Arrancó bien, pero como me lloraba la chota, ella encapuchó y siguió chupando. No había succión, apretaba los labios, tapando sus dientes... no se si me explico. Así que, por las dudas antes de que se me termine de ir la calentura, le pido que se suba encima. Y la verdad que puso empeño para que yo acabe.

Cuando me levanto para higienisarme en el baño me dijé: Gordo... me parece que no da para un segundo polvo. Y cuando llego al baño, con más luz, veo el forro manchado con algo sangre. Eso me terminó de bajar la calentura. No era una cosa impresionante, pero parecía que le estaba por empezar a bajar o se le estaba retirando la menstruación. Y si bien, no me pareció algo terrible... tampoco me hizo gracia. Además, si a esto le sumamos que cuando vuelvo a la habitación no paraba de escribir en el celu... Me volví a decir a mi mismo: Gordo... ya fue... la pusiste... te montó una linda mina... andate ahora que todavía seguís contento.

Así que me hice caso y me fui silbando bajito y más relajado de lo que entré.

Saludos gentes. Cualquier cosa que no se entienda... pregunten.

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