Zoe: La guerrera amazona que por momentos es un dulce de leche

La tenía pendiente desde hacía un tiempo. Le escribo un día antes y combinamos para conocernos al siguiente. Es rápida y resolutiva para contestar. No da vueltas. Al otro día, unas horas antes, le confirmo la reserva y me pasa la dirección exacta y el piso. Punto a favor.
Edificio sobre la calle Uruguay, casi esquina Corrientes. La puerta está abierta, igualmente me anuncio por el portero eléctrico. Cuando entro está el portero sentado en un escritorio junto a un guardia de seguridad. Me pregunta el piso. Tenía una especie de libro de actas que parecía un registro de visitas. Pensé que me iba a tomar los datos pero cuando le digo el departamento dice: "Ahh.... está bien, pase" (Ahh...venís a coger, andá tranquilo). Pasando el escritorio de la entrada hay un molinete que se encuentra abierto y más allá los ascensores. Subo junto con una señora mayor, muy simpática. Apretamos el mismo piso. "¿Somos vecinos?" me pregunta. "No, estoy de visita" le contesto con una sonrisa (verdad a medias, tampoco iba a ser tan explícito). "Vengo poco al edificio por eso no conozco mis vecinos", me dice. La miré a la señora. Se notaba proveniente de un contexto socioeconómico alto. Superada la sexta década, muy bien conservada. De joven debe haber sido una belleza. Si hubiera tenido 30 o 40 años menos, lo lamento por Zoe, pero juro que la hubiera encarado. Le hice un comentario gracioso y ambos bajamos del ascensor riendo. Lamentablemente no tenía la máquina del tiempo, para ofrecerle un viaje a la señora, así que me despedí y me puse a buscar el departamento de Zoe que estaba del lado opuesto del de mí nueva amiga.

Toco timbre y se abre la puerta, Zoe escondida detrás. Al verla comprendí muchos de los relatos que había leído. No van a encontrar la belleza clásica que estamos acostumbrados a ver y con la cual nos bombardean en publicidades y medios de comunicación masivos. También comprendí cuán contaminados estamos con esas imágenes, que al fin y al cabo, lo único que logran es cerrar nuestra percepción hacia otros rasgos de belleza que finalmente terminamos considerando más sutiles o exóticos. Evidentemente el atractivo es un concepto relativo de acuerdo al lugar y a la época. Así como el ideal de belleza del Renacimiento eran los cuerpos más parecidos a los cuadros de Botero, hoy en día ese ideal gira más por las féminas más europeizadas. Zoe no pertenece a este tipo de mujeres. Cercana al 1,70 mts, rasgos típicos norteños, tez morena, delgada por naturaleza, dueña de una buena genética corporal que hace innecesaria su presencia en algún gimnasio (al menos en esta temprana etapa de su vida). Físico natural y firme, salvo la delantera, adquirida, que parece hecha más por un artesano que por un cirujano. La caída, dureza y consistencia es la ideal y en ese cuerpo de guerrera amazona es un arma que impone respeto y admiración. Al principio parece un poco seria. Erróneamente mi primera impresión fue atribuirlo a la timidez pero me di cuenta que en realidad pone atención en estudiarte, en medirte, en analizarte. Te deja hablar y te saca una radiografía de como sos. Es una mina muy inteligente. Cuando finalmente se suelta y podés conversar con ella te das cuenta de esto. Me recibió con una especie de malla enteriza color rojo que le daba un aspecto muy sexy y marcaba sus prominentes pechos. El departamento es grande y viejo. Le falta algo de mantenimiento. No pude verlo todo pero se intuye que hay varias habitaciones. Yo pasé a una que está cerca de la entrada, casi contigua al baño. Una puerta corrediza logra aislar tanto la habitación como el baño del resto del departamento.

Después de una rápida ducha volví a la habitación. Empezamos a besarnos parados. Pensé que se me iba a abalanzar de forma abrupta y a desplegar todo su talento guerrero pero no. Arrancó muy suave. Me gustó. Nos estábamos saboreando muy despacio. Los besos eran tranquilos, medidos, parecía que me estaba probando. Comencé a frotarle la concha muy despacio. Acusó recibo y metió su mano por debajo de mi bóxer. Ambos tomamos temperatura. Mi mano empezó a captar la humedad de su sexo receptivo. Se sacó el conjunto rojo que traía liberando ese hermoso par de tetas. No pude evitar que mi boca, en un gesto autómata, vaya directo a saborear esos pezones de aureolas marrones. Los dos estábamos perdiendo sutileza. Yo le chupaba los pechos de manera salvaje y ella me hacía la paja como si fuera a arrancarme la poronga. Me senté en la cama. No hizo falta ninguna indicación. Ella agarró la almohada y la tiró al piso, se arrodilló y empezó y chupada de pija furiosa. La amazona ya se estaba mostrando. Muy violento el oral para mi gusto. Me marcó claramente el terreno estableciendo el dominio. La tuve que frenar un par de veces porque esa mamada ya había pasado el punto de inflexión del placer para convertirse en algo cercano al dolor. Me pasó la lengua por los huevos. Bajó más todavía y llegó hasta el ano. Me hizo un black kiss intenso mientras me pajeaba. Le volví a poner la pija en la boca. Siguió con esa chupada extrema mientras intentaba meter un dedo en mi culo. La frené y le pedí de coger. Pusimos el forro y la penetré en misionero. Los besos suaves de la previa se habían convertido en un descontrol de lenguas que batallaban en lo que parecía el apocalipsis. Con toda la previa y la chupada me había dejado la pija durísima y completamente excitado. Empecé a bombear cada vez más fuerte. Zoe me agarraba del culo y acompañaba en movimiento. Se bancó las estocadas mientras jadeaba de una manera muy sensual. Nuevamente intentó meterme un dedo en el culo. Apuré en bombeo y antes que logre su objetivo estallé en el látex. Mi culo, por suerte, seguía intacto.

Me fui a dar otra ducha y volví a la habitación. Nos quedamos abrazados en la cama charlando. Es una mina muy piola. Cuando te mira fijo con esos ojos negros y sonríe tiene un atractivo especial que va más allá de la belleza física. Después de una conversación amena volvimos a los besos suaves. Estuvimos un largo rato. De nuevo era esa mina dulce. No duró demasiado. Empezó a transformarse otra vez. La paja que me hacía mientras nos besábamos se tornó más brusca. Antes que se quede con mi pija en la mano le dije de coger. Me puso de nuevo el forro y se subió a cabalgar. Impresionante como monta esta niña. Te coge sin piedad. Me pegó unos conchazos furiosos que si hubiera sido el primer polvo me hacía eyacular con apenas un par de movimientos. Tiene un meneo de caderas muy enérgico. La agarré de las tetas mientras ella se movía sin compasión. Parecía que hubiese metido la pija en una picadora de carne. Estuvo un buen rato jineteando. Finalmente la bajé y la puse en cuatro. La cogí un rato en esa posición. Se acostó boca abajo y me monté encima de ella. Le metí la pija con fuerza mientras nos besábamos en la boca. Ya estaba por acabar de nuevo. Le pedí eyacular en la boca. Me senté en la cama y ella me la chupó hasta que le dejé la descarga de semen en las fauces. Esperó que termine y sin decir nada se la tragó toda. Sin gestos grandilocuentes, sin escenas de película porno, sin jugar para la tribuna. Con la belleza de lo simple. Sencillamente se tragó mi leche.

Me di la ducha final y volví a la habitación a cambiarme. Ella se fue a higienizar. Cuando volvió ya estaba listo para irme. Me encantó el detalle final. Me rodeó con sus brazos y estuvo un rato dándome los últimos besos. Esos besos de mina dulce. Esos besos que no tenía ninguna obligación de dar. Esos besos que marcan la diferencia entre una buena escort y una del montón. Esos besos que hacen que quieras volver a verla.

TABLITA DE LA EXPERIENCIA

Regalito: xxxx
Barrio: Tribunales - uruguay al xxx
Bucal: HTA EL FIN
Es Independiente: SI
Besos: A full
Calificacion Gral: 9


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Cara: 7
Lolas: 9
Cola: 8
Cuerpo: 8
Onda: 10
Lugar: 7
Porcentaje photoshop: 10 %
Relojea?: No
Servicio: 9
Reinicidencia: Si

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