Iniciado por El Gato Felix
Se deja constancia que, a efectos de parafrasear el estilo tan particular de Jack xxxx, se ha hecho el depósito correpondiente en el registro de la Propiedad Intelectual por lo que no vale acusarme de plagiario. Sólo que me pareció muy apropiado intentar emular la poética pluma del amigo Jack...
Nos conocimos una noche de lluvia... pero adentro no sólo no llovía, sino que el calor de nuestros cuerpos tan cercanos... (estabamos sentados uno junto al otro) ... ahuyentaba los frios de ese último remezón del crudo invierno...
...su sonrisa... y su risa, me cautivaron... y yo la miraba... y ella me miraba, a veces de reojo, a veces de frente... y su encanto me habia conquistado como Pizarro a los Incas...
Y la llamé por telefono... y nos encontramos en su nidito... y me recibió con un dulce, recatado y al mismo tiempo prometedor beso... y empezó a sacarme lentamente la ropa, mientras nuestros labios, tímidos como palomitas... comenzaban su tarea de descubrimiento paulatino y mutuo...
Y luego de una adecuada higienización...mas bien, una purificación por el agua ...para que mi cuerpo abandonara, en el baño, todo resto de elementos profanos que atentaran contra el acto sacramental... nos dirigimos al lecho, acariciándonos delicadamente, cual colegiales que van descubriendo las primeras sensaciones ... y nuestras bocas.... y nuestras lenguas... que recorrian nuestros cuerpos... encontrando matices... y sabores... y su sonrisa entre ingenua y pícara... y finalmente, el estar dentro de ella y al mismo tiempo recorrer su piel con las yemas de los dedos... cual alfarero que delicadamente va modelando en la dúctil arcilla la suave curvatura de la belleza...
Y luego de descansar, abrazados y juntos... mientras las caricias que al principio fueron suaves comenzaron a aumentar en intensidad y fuerza... como la sinfonía que de a poco sale del dolce moderato para pasar al andante majestuoso... y mis labios continuaron besando nuevos rincones ocultos... y algun pequeño lunar que, cual náufrago abandonado sobre la blanca arena de una isla tropical, esperaba ser encontrado por la pasión de mi boca... y segúi recorriendo su cuerpo... hasta llegar a su parte mas esperada... allí mis labios y mi lengua acariciaron, sumisa pero apasionadamente, su húmeda intimidad...
Y seguimos, ambos en el juego... hasta que de pronto un teléfomo comenzó a sonar... y ella me dijo "ya es la hora..." y el sonido de esa campanilla... y sus palabras... me hiceron acordar el final del romance del Enamorado y la Muerte"
" vamos ya, el enamorado,
que la hora es cumplida"
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