¿El mensaje rompe las reglas?
Reporta a Buscador de amor
[XP] Semiensartado.
25-Sep-2005, 19:49
Amigos del Foro: Quiero contarles que, desde que ingresé a esta Comunidad por primera vez tuve una experiencia engañosa. Hace unos días (el lunes 19) estaba en el Centro luego de haber cumplido con algunas ocupaciones. Me quedaba un tiempo largo antes de ocuparme nuevamente en una clase (creo que alguna vez dije que soy profesor) y -la carne es débil- decidí no pasar sólo ese lapso, por lo cual intenté hacerlo con alguna gatita. De los teléfonos que disponía de las niñas que me interesaban, no pude contactar a ninguna, y decidí conocer a una chica de la cual había leído en el foro buenas referencias: Mayra. Había visto sus fotos, que me gustaron, y según contaban quienes habían estado con ella, su bucal era inmejorable. Como sabía también que estaba por Once, y la ubicación me quedaba bien, llamé. Pregunté por ella, y una voz me dijo: soy yo. Concertamos una cita inmediata y allí fui. Al entrar, advertí que la niña no era la de las fotos. ¡Qué cambiada estás!, le dije, a lo que la niña me respondió que era Camila, la hermana, y que Mayra no estaba viniendo. Claro, le dije que el hermano de Napoleón no era ni la sombra, y el hermano de Maradona también jugaba a la pelota pero no le hizo ningún gol a los ingleses. Sin embargo, como ya estaba jugado, la chica tenía buen lomo -no era muy bonita de cara, eso sí- y me quedaba un rato, me quedé. Si no, ya en mi estado iba a tirarme un lance con alguna alumna, y eso no sería correcto. Me ofreció un combinado con otra chica, una flaquita que dijo llamarse Sasha, pero no me atrajo. Yo tenía bronca por el engaño, pero me compró la simpatía de la supuesta hermana. Y no me fue tan mal. El bucal lo hizo sin y estupendamente bien, una delicia. Participó con ganas en lo demás, su entrepierna se mojó abundantemente. No la noté en cambio muy entusiasmada en ser penetrada por la colita, por lo que me abstuve, ya que lo bello es que la dama también disfrute al ser invadida por detrás. En fin, por 50 pesos no la pasé mal, pero tampoco me fui satisfecho, sobre todo por el engaño telefónico. Tal vez no debí quedarme, pero en fin, como dije al principio, la carne es débil y yo soy de carne ¡qué voy a hacer!