Estimados Amigos:
Continuando con algunas de las XP. que aún no había relatado, es el turno de referirme a BELEM, esta bellísima pelirroja natural que tiene un trato inmejorable, y una simpatía y calidez dignas de halagar.
Remontándonos a un mes atrás me dirijo una tarde hacia su monoambiente de Maipú y Avda. Corrientes.
Al ingresar, la Srta. que se hallaba en recepción charlando animadamente con otra me consulta a qué piso me encamino. Le digo al 5to..... y me comunica que tome los ascensores que se hallan junto a recepción o que subiera por los del fondo a la derecha.
Tomé los más
próximos, tal mi costumbre. Salgo de la caja metálica, doblo a mi izquierda y a tras el corto camino a recorrer toco a la puerta que me abriría paso a un encuentro sublime.
Mudo quedé cuando la ví
, y no era la primera vez que lo hacía; llevaba puesto un vestido diminuto de color gris que permitía deleitarme con sus torneadas piernas y sus hermosos pechos cubiertos por numerosas pecas, se insinuaban tentadores a través de su escote.
Sonrisa amplia de bienvenida que me ofrece BELEM, acompañada de un extenso, profundo y húmedo beso de lengua que se prolongó dando lugar a otros similares, mientras la Dama rodeaba mi cuello con sus manos, y las mías la apretaban fuerte hacia mi cuerpo, acariciando y pellizcando suavemente su tentador back.
Luego de unos minutos, deposito mi abrigo en el sillón y paso al completo baño con todo lo necesario (jabón líquido, toallón individual, etc) para higienizarme.
Al salir veo a BELEM recostada en la cama con un sensual conjunto de lencería blanca.
Me aproximo hacia ella y comienzan los besos profundos
y caricias, dando paso a que desprenda su corpiño para que salten exultantes sus bellos pechos naturales y comience a besarlos, lamerlos, succionar sus erguidos pezones, sin olvidar de besar cada una de sus pecas que tanto me seducen.
Los gemidos de mi compañera se hacen presentes, la temperatura corporal mutua se eleva
, quito su tanga, y comienzo a recorrer su deseable cuerpo con mi lengua hasta detenerme en su sexo suave y perfumado, el cuál a partir de ahí, empezaba a dar muestras de una humedad que iría en aumento a causa del juego propuesto por mi lengua y mis labios hacia su interior, sobre sus labios vaginales y clítoris. Al tiempo, la Dama sintiendo que era ella quién deseaba saludar a mi amigo de aventuras, lo envuelve con sus labios y con un ritmo preciso, suave, con movimientos exactos de su lengua, logra llevarme al borde del placer mientras por instantes me miraba a los ojos, y por otros su garganta profunda devoraba mi sexo, sin descuidar con su saludo a los dos acompañantes de mi amigo; el cuál deseaba sumergirse en el interior del pequeño lago que se hallaba hacia el sur.
Vestimos a mi compañero con su ropa de combate, \
BELEM se sube sobre mí y lo convierte en su prisionero teniéndolo dentro suyo firmemente atrapado, mientras subía y bajaba en un ritmo suave al comienzo y frenético después, en tanto nuestros labios y lenguas se unían en un prolongado beso; la cabalgata continúa, al tiempo que los gemidos ganan intensidad, entonces aprovecho para acariciar y besar sus pechos.
Sin perder contacto con nuestros sexos, cambiamos de posición y seguimos con patitas al hombro, luego alternamos con cucharita y finalmente llega mi esperada explosión en posición perrito, cumpliendo con el pedido que me hacía la dama entre gemidos y jadeos, para que le entregue todo de mí.
Caímos exhaustos y agitados uno junto al otro, luego de una prolongada y feroz contienda amorosa.
Higiene mediante, mantuvimos una entretenida charla sobre aspectos de nuestras vidas mientras el roce de sus caricias sobre mi amigo y mi pecho, y el de las mías sobre sus pezones o su sexo, se hicieron presente alternadamente durante el diálogo.
La temperatura volvió a subir y sus labios se confundieron con los míos, mientras nuestras lenguas mantenían una lucha furiosa.
BELEM desciende hacia mi recuperado amigo y comienza a besarlo nuevamente como ella sabe hacerlo durante un buen rato, pero el acto principal del día había concluído, mi compañero ese día se daba por satisfecho con el fragor del combate sostenido, y con éste húmedo y placentero saludo de despedida.
En escasos setenta y cinco minutos una deliciosa, suave, y ardiente MUSA, continuaba confirmando su plena vigencia, derrochando seducción y charme..... que junto a su entrega y pasión, le otorgan la distinción de la cuál gozan unas pocas elegidas.
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Saludos
Elisseo23.