Se agradecen los comentarios....
Les agrego que, estando Camy en plena operacion restauradora del sacorchos pedorro, sus impetuosos y enérgicos movimientos hicieron pasar al destapador de tapitas corona, en más de una oportunidad, excesivamente cerca de su pezón derecho.
- ¡¡¡¡ Nena!! -grite yo- ¡guarda que si te enganchas el pezón con el destapador... menudo bolonki vamos a tener!
Camy, con una sonrisa entre canchera y cautivadora, me contestó que "no problem", tengo la cosa controlada, etc...
Pero yo, por las dudas, actuando como corresponde a un caballero, puse mi mano sobre el pezón amenazado para protegerlo de cualquier amenaza metálica.
Y ya que estaba, me vi obligado a poner mi otra mano sobre el otro pezón, no sea que el sacacorchos, o la pinza, o alguno de los otros adminículos que el extraño -y algo siniestro- aparato multifunción que Camy blandía con desparpajo, amenazara la excelsa,
prístina y erótica integridad del pezón izquierdo.
Para lo cual me tuve que poner, necesariamente, detrás de Camy a fin de poner las cosas en su lugar: es decir, mano derecha sobre pezón derecho, y mano izquierda sobre pezón izquierdo.
Como Vds. podrán suponer, tal posición, a retaguardia de Camy, obligó a que el "amigo", ya alzado como corresponde, hiciera contacto con los glúteos camilenses...
... y es por ello, como decía en mi post anterior, que al poco tiempo mandamos el tubo de Cosecha Tardía al joraca y nos empezamos a dedicar a lo nuestro...
Asi que, estimados colegas... ya saben como viene la mano.
Si van a visitar a la Princesa Camy (autócrata del Principado de Camy y SSS) y piensan llevar, a guisa de ofrenda mística-y báquica- un tubo de lo bueno y de lo caro- por las dudas lleven un sacacorchos de buena calidad. En la penumbra no tuve oportunidad -y francamente, ni interés- en comporbar la calidad y marca del sacacorchos que A*** salió, rauda, a comprar en carácter de unrgencia báquico-erótica. Evidentemente, funcionó. Pero ... vaya uno a saber...
Camy... me dejaste medio fundido, medio flotando en las nubes...
Un beso apasionado
El Gato Felix