[XP] CamyBG....Mezcla rara de Musetta y de Mimí.....

Cofrades Queridos:

Madrugada de lunes; “silencio en la noche, ya todo está en calma”, solía decir Alfredo Le Pera; un cenicero repleto de cigarrillos mal apagados…María Callas, interpretando, como sólo ella sabía hacerlo, la “escena de la locura” de la ópera Lucia de Lammermoor; el café - vigoroso y atrayente - y quien escribe estas líneas contemplando el ideal de belleza. Panorama desolador quizás…No lo sé, no quiero saberlo…nada podría producirme una mayor sensación de congoja, sino saber lo que estoy haciendo. Una larga semana se encuentra por delante…semana de trabajo, de copiosos dictámenes, de clases en alguna vieja facultad explicando a futuros colegas las bondades del derecho administrativo, de un encuentro con el pasado, con el pasado que arde…Y sin embargo, aquí estoy yo, dando libertad a la genuina expresión de mis sentimientos, dejándolos fluir en un mar de gotas de cristal…Una vez más – como tantas otras – no quiero pensar, me niego rotundamente a que la razón invada mi existir, y lo logro…percibo tan sólo la voz de la Divina María; su canto es perpetuo, eterno, estelar… y en esa mezcla tan singular, durante el devenir de esta noche eterna, en la que las lágrimas abundan, aquí estoy yo…de qué mejor manera podría exteriorizar el sentir que me llena, sino escribiendo; desplegando mis malogradas dotes de poeta que enclaustrado sobre la mesa de mármol de un viejo bar del porteño rincón de Flores, - alguna vez a cambio de escasas y viles monedas -, deja fluir su ser…; en este momento, los acordes operísticos se han transmutado; en medio de la soledad “suena el piano, la luz está sobrando, se hace noche de pronto y sin querer, las sombras se arrinconan evocando a Griseta, a Malena, a María Ester. Las sombras que esta noche trajo el tango, me obligan a evocarla a mí también…”, y el alma de la poesía, canta su canción mas triste; y aunque el mundo estallase en mil pedazos, no permitiría que un solo pensamiento anide en mí, para apartarme de esta maravillosa empiria que hace tantos años temía vivir…

Afuera, no se qué es lo que ocurre; lo único que me animo a aventurar es que el tiempo ya no cuenta…cuentan las palabras, el café que ya está frío, los cigarrillos negros – degustados en contadas y especiales ocasiones - y los dedos embebidos en tinta oscura que preanuncian esta triste comedia en la que vivo…hasta que de pronto, cuando menos podía imaginarlo, la siento, percibo su ser, tan sólo yo puedo verla: Oh Diosa, ¡con qué ebriedad enciendes mi alma!. Como un concierto divino, tu voz ha penetrado en mí. Mi SER es devorado por un ardiente y dulce fuego. Tu mirada ha vertido su ardor en mí, como un ardiente astro. Y siento ¡mi amada musa!, pasar tu aliento perfumado sobre mis labios y mis ojos…Soy tuyo. No puedo describir, trasmitir el gozo que mi alma traduce en su presencia. Allí, cuando embelezado por su esencia llevo nuevamente el cigarrillo a la boca, vuelvo a cerrar los ojos y está frente a mí, apareciendo aureolada por una brillante luz rosa…extiende su mano hacia mí corazón desnudo, y extasiada en un mar de Amor, me dice: ¿Y, yo? ¿Yo, tu fiel amiga cuya mano enjugó tus lágrimas? ¿Por quién ha suspirado el dolor callado desde el cielo? ¿Acaso no soy nada? ¡Que se apacigüe en ti, la tempestad de las pasiones! El hombre ya no existe; ¡nace el poeta! ¡Te Amo Hoffmann, Pertenéceme! Con las cenizas de tu corazón, templa tu genio. En la serenidad, sonríe a tus dolores. La Musa suavizará tu bendito sufrimiento. ¡Se es grande por el Amor, y más grande por el llanto…! Intento abrazarla, y desaparece…Más era ella, ella que en la inconmensurable noche, se alejó por un momento del parnaso de las beldades para venir a mí encuentro…¡Bella noche, noche de amor! ¡Sonríe a mi embriaguez!, noche más dulce que el día…¡El tiempo huye sin cesar y arrebata la ternura de mi alma! ¡Lejos de esta feliz morada, en la que el tiempo castiga con rigor inusitado, allí no he de estar… Céfiros ardientes, denme sus caricias. Céfiros ardientes, denme sus besos…¡Bella noche, noche de amor! ¡Sonríe a mi embriaguez!, noche más dulce que el día…¡Dulce confesión, testimonio del Amor, a ti me brindo en plenitud. ¿Comprendes la alegría de nuestros corazones silenciosos? No ser más que un alma en el mismo vuelo…¡elevarnos hasta el cielo…!¡Deja que, ahora, mi fuego vierta en ti, la luz! ¡Abre tu alma a los rayos de lo eterno…!

¿Que siento? ¿Soy yo? No…, es su inmensidad…su inmensidad que me ha invadido, que ha colmado en mí con la luz de la inspiración más sublime…Y sin embargo, la he perdido…Como alguna vez dije: es tan pura que no podría pretender poseerla…si así lo hiciese, no sería fiel a ella. Y allí esta…la Eterna Musa…Mezcla rara de Musetta y de Mimí…

Mis Queridos Foristas: de todo corazón, a todos y cada uno de ustedes, que se han tomado el tiempo para leer los relatos que anteceden, y haber vertido vtras. sinceras opiniones, cabe un sencilla palabra que, en estas difíciles épocas que nos tocan vivir, describe una manera de ser: GRACIAS…GRACIAS DE TODO CORAZON…No puedo menos que decirlo con eterna humildad y agradecimiento…a este increíble foro, compuesto por todos y cada uno de Ustedes, que me ha permitido conocerlos, y conocer a esta Deidad, hecha MUJER. Nada mas resta agregar… Un fuerte y caluroso Abrazo. Hoffmann.

QUERIDO RATONCITO:

Como habrás visto, me he tomado prudentes días para dar una sincera respuesta a tu mensaje...más francamente, no encuentro palabras que me permitan ser consecuente con tamaña exposición de sentimientos que bien has sabido plasmar. Mi querido amigo, simplemente, déjeme que - una vez mas - le de las Gracias, lo cual no es poco...Un fuerte Abrazo. Hoffmann

ESTIMADO JACK:

Mientras le escribo estas escuetas líneas, no puedo evitar reflexionar sobre sus palabras tan sentidas...y si me permite mi querido amigo, vaya como agradecimiento a las mismas, la voz de la Divina María, jústamente interpretando "Un bel di vedremo"...Y al decir de un gran periodista del mundo de la lírica argentina, no cabe la menor duda que, luego de escucharla, sentenciaría: "...María Callas, y está todo dicho..." Le dejo un fuerte abrazo. Hoffmann.


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