Estimado Pepe,
En efecto tu relato también me ha hecho reir y te lo agradezco.
Debo aclarar que también he pasado por las garras de Evelyn y confieso que no terminó siendo de mi agrado.
Si bien fui un día feriado o fin de semana, no lo tengo en claro. Al menos pude conseguir zafar de tanto movimiento por la zona. No redundaré en descripciones del lugar puesto ya lo has hecho vos, de manera impecable, solo me cabe corroborar todo lo dicho. Desde la ubicación, el mobiliario, el baño y la colección faunística que allí dentro habita, dentro de la cual, lamentablemente debo adjuntar a su propietaria.
Si les contaré algunas apreciaciones puramente subjetivas de la XP. Comenzaré por el final aclarando que nunca más iría.
No se ustedes, pero personalmente busco un trato cordial, mas bien calmo donde la experiencia a la vez que placentera sea relajante y permita distenderse y gozar aunque sea por unos minutos de la compañía de una mujer que satisfaga nuestro apetito sexual. Claro que sin que te griten, o te atosiguen con charla burda y repetitiva, olores extraños, ambiente por demás cargado a la vista y la incomprensible sensación de estar en un sitio, donde el adjetivo extraño queda a todas luces chico.
La dama en cuestión tiene mucha más edad de lo que dice. Se nota viendo no solo su rostro sino también su cuerpo. Veterano de muchas batallas con la vida, donde no siempre ha salido bien parado.
La encontré sola, gracias a Dios no había nadie más. Creo que en conjunto, si hubiera visto otra persona, no hubiera accedido a despojarme de mis vestiduras y entregarme manso y solícito a su sesión.
El término guarra no creo se adapte a su descripción. La llamaría directamente ordinaria. Desde su entorno, su habitat, su manera de comportarse, de hablar, de caminar e incluso y preponderantemente su accionar en la cama como profesional. Es de esperar que al menos deje su teléfono de lado por unos instantes!!!
No fueron muchas llamadas, pero fueron las necesarias para que mi ánimo se diluya y me quite las pocas ganas que tenía y había estado juntando para el encuentro.
Les diría que luego de un primer polvete casi instintivo, me costó concentrarme para lograr una erección a pesar de sus notables esfuerzos para lograrlo. Mi actitud variaba desde mirar el gato y evitar que me arañe un huevo hasta tratar de concentrarme en sus habilidades orales, donde creo que su particular modo de llenar el ambiente de palabras huecas que en definitiva no dicen nada, son su principal virtud.
Le debo reconocer si que pone empeño en lo suyo. Su limpieza, casi maníaca. Su soberano upite y la elasticidad que este posee. Da lo mismo entrarle con un pene humano que con el falo de un burro. Se traga cualquier cosa. Pero eso también en mi caso juega en contra. Es como que no tiene gracia!
Finalmente pasó el tiempo. Ha de ser una de las pocas veces en las cuales el que miraba el reloj era yo.
En definitiva salí de ese sitio jurándome nunca más volver.
Como verás Pepe, no has sido el único, ni creo que hayamos sido los últimos.
Te mando un saludo y gracias por tu relato que me movilizo a escribir este.
Daniel